Diario Los Andes Mendoza – 5 de mayo de 1999 – Portada
Silo revivió un místico sermón de la montaña
Ante 1.500 seguidores venidos de distintos rincones del mundo, Mario Rodríguez Cobos, alias Silo, revivió ayer en Punta de Vacas la arenga que se constituyó, hace 30 años, en el acto fundacional del Partido Humanista. Si bien reconoció el fracaso de aquellos primeros ideales, el predicador mendocino dijo que, sin embargo, hay nuevas esperanzas, porque se vislumbra una civilización más espiritual y solidaria.
En charla con periodistas, hubo un fuerte mensaje político. (Inf. en página 3)Rodeado por el afecto de sus discípulos, Silo, de 61 años, transmite su mensaje de fin de siglo en la tarde fría pero soleada de Punta de Vacas. Muchos jóvenes y la emoción reinante fueron los datos para destacar.
Silo habló ante 1.500 personas en Punta de Vacas
“Declaramos el fracaso de nuestros ideales, pero hay una esperanza”
Silo, el mítico fundador del Movimiento Humanista, habló ayer en Punta de Vacas ante seguidores de todo el mundo. En un revival de lo que fue el acto fundacional del movimiento, hace 30 años, el líder declaró el fracaso de las ideas que lo inspiraron. Hubo emoción y los jóvenes se hicieron notar.
El ingrediente político no faltó.
Marina Walker
A 30 años de la primera arenga, Silo (61 años), el mendocino fundador del Movimiento Humanista, volvió a la montaña. Lo hizo junto a 1500 seguidores de todo el mundo que llegaron a Mendoza para recordar aquel 4 de Mayo de 1969 en que la organización hizo su primera aparición pública en aquel paraje de Punta de Vacas. Como homenaje al aniversario de la fundación inauguraron un monolito que lleva la inscripción “1969-1999”.
Con el mismo carisma que cautivó al primer grupo de jóvenes, Mario (el Negro) Rodríguez Cobos proclamó el fracaso de los ideales que lo inspiraron, dijo que el mundo está cada ves más deshumanizado y que sobrevendrá todavía mucho sufrimiento y dolor. “No obstante, reconoció, surgirá una nueva civilización, porque empieza a nacer una nueva espiritualidad”.
Alrededor de 25 colectivos subieron a Punta de Vacas desde las primeras horas de la mañana transportando a las delegaciones que vinieron desde los más diversos rincones del mundo, adonde Silo y el Humanismo de algún modo llegaron con su mensaje en estos 30 años: México, Perú, Chile, Costa de Marfil, España, Suiza, Estados Unidos, Italia, Francia e Islandia entre otros.
Sin duda el grupo que más se hizo notar fue el de los chilenos. Alrededor de 400 seguidores cruzaron los Andes con el único objetivo de escuchar al fundador del humanismo. También era llamativa la presencia de la prensa nacional (también estuvo la televisión nacional de Chile), que fue traída por el Partido Humanista (el brazo político del movimiento) precisamente cuando faltan pocos días para el lanzamiento de su campaña electoral en Plaza de Mayo. En ese sentido, tampoco faltó a la cita la candidata a presidente por el partido Humanista en Argentina, Lía Méndez.
El cuadro era cuando menos imponente, aunque esta vez no hubo enfermos esperando ser sanados, ni ametralladoras militares custodiando, como hace 30 años. No obstante Silo, aunque con un perfil más bajo y un discurso más político que espiritual, despertó fuertes adhesiones y demostró que continúa en el centro de todo. Y que el aura mística que lo rodeaba en los ’60 no lo abandona.
Desde temprano la gente fue ubicándose en los cerros con vinchas y banderas naranja (el color que distingue al humanismo). Hubo reencuentros, abrazos y contrastes generacionales: los de ayer, muchos de los cuales participaron de la arenga original, y los de hoy, en su mayoría jóvenes desilusionados con plataformas políticas que no tienen respuestas para ellos.
“Este es el único mensaje genuino que recibimos. Lo único que nos hace pensar que todavía hay futuro”, dijo Carolina Taberna, una joven de 22 años de Capital Federal emocionada después de escuchar a Silo. “En el ’69 me cautivó la perseverancia de Silo en sus ideas y hoy me emociona ver toda la gente que ha sido capaz de movilizar”, señaló Pedro, mendocino que estuvo presente en el acto fundacional.
Nada encima del hombre
Cerca de las 13 la frase “Humanizar la tierra, humanizar” coreada por la multitud anunció la llegada del maestro. Vistiendo una campera blanca que lo distinguía del resto, Silo subió despacio saludando y sonriendo a sus seguidores. Tranquilo, natural, sin la solemnidad de hace 30 años, y rodeado por sus amigos y compañeros de lucha.
Salvatore Puledda, un escritor italiano y puntal del Humanismo en Europa, saludó a los presentes y presentó a Silo. Luego se hizo un silencio corto pero tremendo. Y habló el maestro. “Queridos amigos, aquí estamos de nuevo” dijo Silo a la multitud parado junto al monolito que se alzaba en uno de los cerros.
En tono didáctico y dirigiéndose “a los que no tienen una idea clara de lo que somos” (se infiere que es la prensa y los partidos políticos) hizo un racconto de la historia del movimiento, que empezó en Mendoza, y hoy está en 60 países bajo diversas expresiones culturales y políticas. Luego, y con gran vehemencia, resumió los principios del Humanismo. “Nada está por encima del ser humano, y ningún ser humano está por encima de otro”, sentenció una vez más Silo, ganándose el aplauso de la gente.
Entonces hizo un análisis del mundo actual. Dijo que asistimos a “la última etapa de la prehistoria de la humanidad”, que la violencia ha crecido al límite de lo posible, y que sobrevendrán muchas crisis y sufrimientos, pero que eso dará lugar al surgimiento de una nueva civilización, más humana y espiritual. “Hoy el tú y el nosotros van desapareciendo. El individuo arrojado al aturdimiento y a la soledad no encuentra una salida”, expresó el maestro en medio de un silencio asombroso.
El antihumanismo nos ganó
Haciendo un balance de lo actuado en estos 30 años, Silo dejó sin aliento a más de uno. “Reconocemos el triunfo provisorio del antihumanismo y declaramos el fracaso de nuestros ideales que no se han podido cumplir”, retumbó la voz del fundador. “Pero los ganadores no tienen el futuro asegurado… Una nueva espiritualidad está despertando de un profundo sueño para nutrir nuevamente a los seres humanos en sus mejores aspiraciones”. En ese momento la emoción ganó a la mayoría. Solo el fuerte viento de montaña acompañaba la voz de Silo. Dijo que esto en lugar de atemorizarlos debía impulsarlos a actuar en todos los ámbitos posibles. Pero que el cambio primero debe ser interior. “Cada uno sabrá si busca o no una renovación profunda de su propia vida”, arengó Silo mirando a los jóvenes que poblaban el cerro “Paz, fuerza y alegría para todos”, dijo al momento de despedirse. “Para ti paz, fuerza y alegría”, contestó a coro la multitud.
Los amigos más cercanos se acercaron a saludarlo. El resto permaneció un buen rato en su lugar, inmóvil. Y se veían aquí y allá caras emocionadas, y hasta llantos. “Me pareció buena la imagen del fracaso. Asumir que el mundo se está violentando cada vez más y que unos pocos estamos en contra de esa violencia. Pero bueno, al menos somos unos pocos”, dijo Pedro Barrera, un joven militante del humanismo.
Silo se fue caminando despacio. Hoy como ayer cautivó a los suyos. Pegó fuerte en los antes y más aún en los nuevos. Y hasta se dio le lujo de decirle al periodismo que tal vez el movimiento ande mejor el día que él no esté. Hoy como ayer fue el centro de todo.
La historia responderá la pregunta que todavía subsiste en muchas personas si fue un visionario o fue un embustero.
“Llenaremos la Plaza de Mayo”
“El 14 llenaremos la Plaza de Mayo. Vamos a poner más gente que Duhalde”, señaló Silo en una charla de neto corte político que tuvo con los periodistas en el hotel de Uspallata, donde continúo el encuentro junto a sus seguidores más cercanos. Rodríguez Cobos se refería al lanzamiento de campaña que realizará el Partido Humanista de cara a los comicios de octubre.
“Nos oponemos a la dolarización, a la convertibilidad, al pago de la deuda externa y a la pena de muerte”, sentenció sin más Silo al definir la plataforma con que aspiran a convertirse en la tercera fuerza política del país y conquistar 1 millón de votos, según expresó Lía Méndez, candidata a la presidencia.
Rodríguez Cobos no ahorró críticas a todos los partidos políticos. Dijo que “hay muchas cosas por las que protestar” y que “la oposición no es una verdadera oposición”. En una frase lapidaria hacia la Alianza, señaló “nosotros no creemos en frentes electorales o de cúpula, sino en frentes de base”.
Al hacer un balance de la situación argentina, Silo dijo que el nuestro “ha dejado de ser un país como tal y ha entrado en un estado de indefinición total”. “Nos prometieron abundancia y mejores condiciones de vida para todos. ¿A dónde están?”, se preguntó ante las cámaras. “Por ahora la Argentina se sigue deteriorando”, explicó, al tiempo que señaló que no haría un frente con los partidos de izquierda, pero que los invitará a integrar sus listas de candidatos.