Mario Rodríguez Cobos: escritor, mendocino, creador y líder carismático de un movimiento: La Comunidad.
¿Se acuerda de Silo? Está bien y reina en España
Madrid – por Armando Puente. Fotos: Javier Nespral
El 4 de mayo de 1969, Mario Rodríguez Cobos -que tenía por entonces 31 años- expuso ante un grupo de amigos mendocinos, sus provincianos, ideas particulares sobre “la curación del sufrimiento”. Aquellos pensamientos fueron recibidos con entusiasmo por decenas de jóvenes, que los multicopiaron al tiempo que empezaron a reunirse en un garage para discutirlos.
Hacia 1973 copias mecanográficas de esos conceptos traducidos al italiano, al alemán, al francés y al inglés comenzaron a circular de mano en mano entre los hippies de San Francisco y los estudiantes de Roma y París. Nadie sabía quien era el anónimo Silo, autor de esas reflexiones, publicadas en un libro con el título de “La mirada interna”.
Un zaratustra moderno
A Mario Rodríguez Cobos sus amigos de Mendoza lo llamaban Silo por su físico alargado, que recordaba a los depósitos de almacenamiento de granos. El apodo se convirtió en seudónimo y “La mirada interna” en la Biblia o el Corán de los fieles de una nueva doctrina: el “Siloísmo”. Volviendo a Mario Silo Rodríguez Cobos, vale aclarar que él es dueño de una larga trayectoria. Tras permanecer doce años en un colegio religioso, estudió Derecho y Ciencias Políticas, siempre con las mejores calificaciones. Publicó, en 1957 su primer libro (La novela “Imbéciles”), encabezó una federación estudiantil, obtuvo importantes trofeos gimnásticos, viajó por América y Europa, escribió una ópera para música dodecafónica, una pieza teatral y varios ensayos filosóficos. En 1969 abandonó su empleo como gerente de una compañía alcoholera, instalándose con doce seguidores en un terreno selvático al que podaron y labraron, realizando trabajos de desarrollo personal y formalizando el grupo Kronos que recibió hostigaciones policiales, sin que nunca se presentase cargo judicial alguno contra ellos.
El tiempo pasó y actualmente aquel originario grupo Kronos se extendió por más de 42 países bajo el nombre de “La Comunidad para el equilibrio y desarrollo del ser humano”, aunque vulgarmente se conoce a la doctrina que practican bajo el nombre “Siloísmo”. De la inicial decena de simpatizantes pasó a contar con 50.000 “instructores” y “miembros activos” -africanos, asiáticos, sudamericanos y europeos- que celebran cada año (el 4 de mayo) el día de su fundación.
Hace un tiempo Silo, que según sus seguidores está radicado en un pueblo pequeño cerca de Mendoza con su mujer y su hijo, hizo su aparición pública en Europa, iniciando su gira con un acto en Madrid en el cual unos 3.000 entusiastas lo escucharon con apasionada reverencia, aunque Silo niegue que se lo considere como a un líder carismático.
De Madrid a Barcelona, de allí a Islandia, Dinamarca, Alemania y Brasil. Y en todos los lugares el mismo ritual: un acto público y la permanente compañía de un equipo integrado por personas de distintas nacionalidades junto a Silo para reflejar el carácter universal que alcanzó la doctrina.
La Comunidad
Un “instructor”, presidente de la comunidad en España donde Silo logró gran cantidad de adeptos, explica lo que es la comunidad:
-Es un movimiento social y cultural que propicia el desarrollo humano en base al pacifismo y a la no violencia. El siloísmo no es una religión, no es una forma política, no es una institución terapéutica a la que se acude en busca de soluciones psiquiátricas. Tampoco es un refugio ni una huida de la realidad. La Comunidad pretende positivizar el presente y el futuro y en un lugar al que confluyen voluntarios dispuestos a la construcción de un mundo mejor. Hoy está prohibido hablar de política y religión en el seno de la organización respetándose la militancia partidista y la fe que pueden profesar los miembros. Del mismo modo se declara un pleno acatamiento a las normas legales y constitucionales del país donde se actúa. Nosotros denunciamos a la violencia como problema fundamental actual.
En todos los “centros de comunicación directa” como son llamados los locales de “La Comunidad” -en Madrid hay 60- se trabaja activamente en estos días para participar en la gran manifestación pacifista que se celebrará el 23 de octubre en la capital española al igual que en el resto de las ciudades del mundo occidental. Evidentemente, el movimiento cuyo doctrinario e inspirador filosófico es el argentino Silo, se expande rápidamente por España.
Silenciosamente, en algo más de 12 años, el siloísmo, “La Comunidad para el equilibrio y desarrollo del ser humano”, se ha extendido desde Mendoza a 42 naciones. Y pretende, muy pronto, con un acto multitudinario, ser “el movimiento más importante del mundo”.