Diario El Mercurio – Chile 07/05/69
Cerca de Mendoza.

¡Emoción!… ¡Suspenso!
Silo se dignó aparecer

MENDOZA, 6 (AP). -Silo, un misterioso personaje que dice ser la reencarnación de Cristo y cuyas actividades han inquietado no pocas veces a la policía, hizo ayer su primera y solemne aparición en público ante 500 peregrinos, periodistas y curiosos.

Esta primera presentación del “Maestro” permitió también conocer su identidad. Se trata de Mario Rodríguez Cobo, un ex estudiante de ciencias políticas de la Universidad de Cuyo.

Soltero, de 30 años de edad, fundó en los últimos años varias sociedades secretas que alcanzaron ramificaciones fuera de Argentina, especialmente en México. Silo, agitador estudiantil en sus primeros tiempos de actuación universitaria, derivo más tarde hacia un misticismo esotérico que lo llevó a la convicción de que en su persona había renacido Cristo entre los hombres.

Sus seguidores sostienen que su advenimiento fue anunciado ya en el Génesis, capítulo 49, versículo 10, donde se expresa que “no caerá el cetro de Judas hasta que venga silo”.

Su primera aparición pública había sido anunciada profusamente en los últimos días a través de la prensa mendocina y de carteles en diversos puntos de la ciudad. El hecho movilizó a empresas de excursiones turísticas, cuyos vehículos llevaron no menos de 500 personas hasta el páramo conocido como “Punta de Vacas”, sobre la ruta internacional a Chile, donde Silo tiene desde enero pasado su ermita de piedra. Entre los asistentes a su presentación, que desafiaron la nieve y temperaturas bajo cero grados para conocer al nuevo Mesías figuraban incluso un camarógrafo de la National Broadcasting Company (NBC) de Estados Unidos.

La reunión tuvo por escenario la hostería de Punta de Vacas, donde un cortejo de acólitos precedió la aparición de Silo, vestido de inmaculado blanco.

Acto seguido uno de los fieles del “Maestro” pronunció ante los presentes una suerte de sermón contra “la moral, la religión y el Estado que esclavizan al individuo”.

Luego se escucho la voz del propio Silo, quien en breves palabras de tono evangélico abogó por la “no violencia física, la no violencia moral, la no violencia religiosa, la no violencia racial y la no violencia económica”.