Diario de Mendoza

1969-05-05 - El Maestro Silo hablo en Punta de Vacas a la multitud - Diario de Mendoza

Diario Mendoza – 1969-05-05

El “maestro Silo” habló en Punta de Vacas a la multitud

El lanzamiento a la vida pública del “maestro Silo” estuvo rodeado de una ansiosa espera por parte de las cuatrocientas personas que se dieron cita en Punta de Vacas, para escuchar su palabra, y con la secreta esperanza de que se produjera algún hecho extraordinario. Luego de la introducción de un dirigente de SILO (la organización) de nacionalidad chilena, que relató simplemente algunas palabras “del maestro”, hizo su espectacular entrada Mario A. Rodríguez Cobos, o el “maestro Silo”, quien se expresó en bíblico lenguaje, recurriendo al uso de parábolas, aunque con profundos conceptos.

Entre el público había enfermos graves, pero en su mayoría estaba compuesto por jóvenes cuyas edades oscilaban entre los 15 y 25 años. Después de dirigirse a la multitud, se retiró a su refugio, y horas más tarde concedió una entrevista a los periodistas en el hotel de Uspallata.

Partida a la cordillera

A las 8 partieron varios ómnibus desde el local que la empresa de turismo “Cumbre”, posee en la calle Las Heras, ocupados por adeptos de la secta SILO o de la Iglesia SILO como se prefiera. A la vez numerosos automóviles formaban una caravana que conmovió la tranquilidad de las poblaciones cordilleranas a su paso.

A las 11.30 aproximadamente se produjo el arribo a Punta de Vacas, previo atravesar colosos puestos de vigilancia de Gendarmería Nacional, instalados poco antes del lugar fijado para la reunión.

Si bien Rodríguez Cobos tenía un refugio construido por él mismo en la zona, es imposible llegar a él con comodidad por la existencia de dos arroyos que al deshelarse convierten al lugar en peligroso lodazal para los vehículos. Por otra parte no está enclavada al costado del camino, sino sobre unas hondonadas, en abrupto terreno.

Los concurrentes

Pero eso no constituyó un inconveniente, porque entrando a un pequeño valle por un lateral, se habían ubicado banderines de color naranja -que constituyen el símbolo de la secta- indicativos de que allí tendría lugar la reunión. Un sistema de parlantes estaba preparado para la ceremonia.

Alrededor se fueron congregando los adeptos y curiosos. Y los enfermos, como el médico chileno Santiago Riesgo, que fue transportado desde el vecino país en avión a Mendoza, y desde aquí a Punta de Vacas en la parte trasera de una camioneta, ya que se encontraba afectado de leucemia y no pudo caminar. Una mujer que debió ser transportada cien metros en una manta que sostenían media docena de personas, para acercarla al sitio donde se efectuaría la presencia de Silo: estaba paralítica.

Mercedes de Muñoz, otra mujer de humilde condición, que viajo desde Uspallata con una niña de 10 años, hija suya, paralítica. Expresó su esperanza “de que el doctor sanara a su hija”.

Había también estudiantes universitarios, profesores, profesionales, y aunque no llegó a Punta de Vacas, sino que esperó en el hotel de Uspallata a la tarde, hasta políticos como el doctor Alberto Serú García.

Prolegómenos

Se acerco entonces hasta el micrófono un joven delegado, de regular estatura y poblada barba negra, que comenzó a relatar algunos pensamientos de Silo, o una síntesis de su doctrina.

Consignó que fundamentalmente, la doctrina consistía en la eliminación del deseo, como el camino para encontrar la paz. Después de relatar una parábola, señaló como causantes de todos los males a la ignorancia, el temor y la falta de persuasión.

Llega Silo

Luego, como se había previsto, llegó Silo desde la cima de un cerro. Vestía una especie de buzo claro, cinturón marrón, botas, y en la mano izquierda llevaba un capote blanco, en tanto en la derecha contentaba una varilla metálica. Y comenzó diciendo: “Si has venido a escuchar a un hombre a quien el comentario de muchos atribuyó la condición de Hijo de Dios, has equivocado el camino. Si has venido a escuchar a un hombre de quien se supone transmite la sabiduría, has equivocado el camino, porque la Sabiduría no se transmite a través de arengas o libros, porque la Sabiduría, como Dios está en el fondo de tu corazón. Si has venido a ver milagros, estás equivocado, porque el milagro está en la naturaleza”. Y siguió diciendo que: “escucharás a un pobre hombre, desconocedor de las leyes de la naturaleza, y desconocedor de las leyes de la Historia”. Y luego: “este pobre ignorante se dirige a tu conciencia”.

Luego destacó la vida en las ciudades, “en las que cada día es un afán truncado por la muerte. Al amor sucede el odio, y al odio la venganza”. Y después: “Las ciudades están cubiertas con un manto de sufrimiento y de tristeza”.

Más adelante distinguió dos clases de sufrimiento. Primero, el que se “produce al hombre merced de la enfermedad, y ese puede retroceder gracias al avance de la ciencia”, como “el hambre puede retroceder gracias al avance de la Justicia”. Y luego el otro, que deriva de la enfermedad, “que aunque deriva del cuerpo es de la mente”. Y agregó que en este sentido hay muchos tipos de sufrimiento que no pueden retroceder frente al avance de la Ciencia”.

El deseo

Dijo que el sufrimiento se produce: “por el temor de perder bienes, porque los has perdido, porque los quieres obtener”. Entre esos temores distinguió tres: a la enfermedad, a la muerte y a la soledad. “Todos temores de tu mente que delatan violencia interior. Esa violencia deriva del deseo”.

La parábola

Para graficar su pensamiento, relató una parábola referida a un viajero que debía efectuar una travesía. Ató su caballo al carro y partió. El animal se llamaba necesidad, una rueda del carro Placer, y la otra Dolor. Mientras a mayor velocidad avanzaba, con más rapidez andaban las ruedas y el animal. Y quiso embellecer el carro, y lo cargo de ornamentos. Pero mientras más pesado se hacía el carro más desfallecía el animal llamado Necesidad y se enterraban en el polvo las ruedas del Placer y del Dolor. Percatado de esto el viajero, una mañana desbarató la ornamentación del carro y comenzó a avanzar con felicidad. Pero nunca recuperó el tiempo perdido.

A la noche volvió a meditar, y entonces decidió sacrificar al carro del Deseo, porque de otra manera se atrasaría enormemente su avance. Si bien es cierto que al hacerlo perdió la rueda del Placer, también lo es que perdió la del Dolor”.

Después se refirió a al violencia de tipo económico, de tipo racial, de tipo religioso, o simplemente aquello de querer imponer a los otros el propio sistema de vida.

“Únicamente puede acabar con la violencia que hay en ti y en los demás por la meditación”. Y después: “El mundo está por estallar y no hay forma de acabar con la violencia. No hay política que pueda acabar con la violencia. No hay política que pueda acabar con esta violencia enloquecida, ni partido, ni religión, ni movimiento”. “No hay falsas salidas para la violencia en el mundo”. Luego: “He sabido que gente joven de distintas partes del mundo busca falsas puertas para acabar con la violencia”. Y finalmente: “Hermano mío, cumple con mandatos simples, como simple son estas piedras, esta nieve y este sol que nos bendice. Sé fiel, no solo a tu mujer sino a tus principios, aunque te cueste la vida”. Lleva la paz en ti y llévala a los demás.

“Hermano mío, allá en la historia hay un hombre clavado en una cruz mostrando el rostro del sufrimiento. Hermano mío, mira esa corona de sufrimiento. Pero aprende que es necesario seguir adelante en la historia y aprender a sonreír y amar”, “a ti te arrojo esta corona, para que eleves tu corazón y tu espíritu, para que no olvides de elevar tu cuerpo”.

Después tomó su mochilla y desapareció entre las montañas entregando el caduceo que es la varilla de metal que mencionamos antes, a uno de sus adeptos, que a su vez lo colocó entre las manos del médico chileno postrado en una camilla. Los fieles se lo fueron pasando de mano en mano. El caduceo, una varilla dividida en doce partes y 33 puntos que según algunos allegados contiene unas sustancias especiales y es a su vez de material especial, cosa que no pudo ser confirmada.

Posteriormente tuvo lugar una conferencia, a las 17.30. en el hotel de Uspallata. Allí asistió Silo y contestó preguntas que en realidad ya habían sido contestadas con sus palabras anteriores. Sostuvo en síntesis que su doctrina de superación del Deseo para lograr la paz, que no debía atribuírsele el carácter de Mesías, dialogó con un médico de medicina sicomática y las relaciones entre los cuerpos y psiquis, sostuvo la necesidad de volver al cristianismo primitivo. Contestó otra pregunta más directa referida a su persona y expresó que hasta el primero de enero de 1969 había sido gerente de una compañía alcoholera.

Dijo que no debía efectuarse interpretaciones equivocadas, como relacionar la fecha de su nacimiento 6 de enero de 1938, con la adoración de los reyes en belén, como también establecer el paralelo de que belén queda 33 grados longitud norte, y Mendoza (Punta de vacas) a 33 grados de latitud sur. Citó frecuentemente a San Agustín, a Hussert. Alguien le preguntó que si al haber iniciado su vida pública, esperaba morir en tres años.

“No, respondió, pero sí puedo ser encarcelado…”. Se define “en cierto modo panteísta”. Cree que el espíritu deriva de la materia, y que el espíritu “bien puede llamarse Energía”, es cuestión de términos.