“LA TERCERA de La hora”, miércoles 7 de mayo de 1969

Hizo su primera aparición pública:

El “nuevo Cristo” se llama igual que el crack del Colo Colo

Enfundado en un vestido inmaculadamente blanco y predicando, con voz de tono evangélico, la “no violencia” en todos los campos: físico, moral, religioso, racial y económico, hizo su esperada primera aparición en Argentina, un varón soltero, de 30 años de edad, que se autoconsidera -y en ello, empeñosamente, les secundan algunos entusiastas- el sucesor de Cristo entre los hombres. Se denomina Silo, y como tal ha iniciado, luego de ser agitador estudiante en sus años universitarios en Argentina, la trayectoria que espera lo lleve a ser calificado como la reencarnación del Señor.

Ciertos antecedentes

Los seguidores de Silo tienen una convicción que han voceado en todos los confines del país andino. Aseguran que su advenimiento fue anunciado ya en el Génesis, capítulo 49, versículo 10, donde se sostiene que “no caerá el cetro de Judas hasta que venga Silo…”

Ahora Silo, o alguien que lleva ese nombre, ha llegado. Es cuestión de esperar para cerciorarnos si en verdad Judas está sobre el filo de la navaja.

La auténtica identidad de Silo es Mario Rodríguez Cobo, y estudió ciencias políticas en la Universidad Nacional de Cuyo. A partir de allí, guiado por ocultas intenciones, formó numerosas sociedades secretas fuera de Argentina, particularmente en México.

Al parecer, con las experiencias vividas, se convenció de que andar a los puñetazos o perseguido por la policía no constituía ningún aliciente altamente valedero para su porvenir. Además, fue adquiriendo una suerte de misticismo que se contraponía directamente a la violencia y al andar a salto de mala, con los guardias pegados a los talones.

Comprendió, por otra parte, que Jesús, aunque resistió muchos golpes, siempre predicó la dulzura entre los hombres.

Silo, entonces, viró en 180 grados. Ahora está contra la violencia. Ahora está “en el camino del Cordero”. Ahora estudia para Dios. Ahora cuenta con seguidores que efectivamente creen que es su reencarnación.

En Punta de Vacas

El nombre de Silo, mediante progresiva propaganda en diarios y radios mendocinos fue adquiriendo resonancia. Sus “discípulos” se encargaron de lo demás hasta convertirlo en figura conocida. En cuanto a si es aceptado por la gran mayoría, está por verse.

Pues, en el propósito de que los escépticos terminarán convenciéndose de que Silo, con sus dones físicos en la tierra, y con el espíritu celestial al lado de Dios, es un hombre como todos, se anunció su primera aparición en la localidad de Punta de Vacas sobre la ruta internacional a Chile, en donde se mantiene desde enero pasado en su ermita de piedra.

Numerosas personas -alrededor de 500-, incluyendo a un camarógrafo de la National Broadcasting Company, de Estados Unidos, concurrieron a la ceremonia.

Silo no falló a la cita. Predicó la paz, el respeto mutuo entre los hombres. Hizo un llamado a la lealtad.

Acto seguido, sin que anunciara la fecha de su próxima “aparición”, Silo se marchó.

Hasta el momento no se sabe cuál es el pensamiento de quienes acudieron a conocerlo. Pero desde hace algunos meses, sus adherentes chilenos han estado anunciando su próxima venida en Chile, en carácter oficial. Ya estuvo una vez -dicen- secretamente en Valparaíso.