Santiago de Chile. Setiembre 90

Entrevista Revista Apsi

P -¿Cómo ve usted el tema de la lucha generacional?

 
R -Bueno, no tenemos una concepción biológica, sino histórica de las generaciones. Normalmente se dice: «Cuando uno es joven, es de izquierda, cuando uno es de mediana edad, es conservador y, cuando uno llega a ciertos años, es reaccionario». Esa es la concepción biológica de las generaciones. Sin embargo, la historia no se mueve así. Bien sabemos que hay generaciones francamente revolucionarias, cuyos hijos son reaccionarios. Sabemos que en Estados Unidos, después de los contestatarios de Berkeley, de los fenómenos hippies y de toda aquella conmoción, los nenes, los niños de esos contestatarios son los que terminaron votando por Reagan. Así es que nuestra concepción de la dialéctica generacional no es una concepción biológica, sino histórica.

P -Respecto a las ideas, leyendo sus escritos, su pensamiento parece demasiado global y un tanto vago. Tendría uno la impresión de que no compromete a nada o a casi nada. Usted dice que abarca tanto la visión oriental como occidental, a creyentes e incrédulos, a distintos partidos políticos.

R -Si, tenemos una visión muy amplia y poco sectaria. Es cierto que no hay determinadas
prescripciones, no hay que hacer cosas concretas, no hay que ubicarse en ciertos cánones ni en ciertos mandatos. Es un pensamiento muy amplio y muy relativista.

P -Usted personalmente, ¿qué incidencia tiene en el Movimiento?

R -Yo creo que lo más importante es mi labor ideológica. En el Movimiento hay una referencia personal fuerte, y no le tememos a eso de las referencias personales, porque sabemos que en todos lados existen, aunque están disfrazadas. Tampoco tememos a eso de que tengamos una organización – entre comillas- «jerárquica», porque tal jerarquía o tales peldaños en la organización se van logrando por el trabajo que se haya puesto.

P -¿Qué tipo de actividad realiza para vivir?

R -No he estado mal económicamente nunca. Cuando mis padres pusieron una empresa alcoholera y de productos alimenticios, yo trabajé en eso. En este momento, mi mujer y yo, después de la crisis económica que ha sobrevenido en Argentina en el campo, y particularmente en Mendoza, tuvimos que empezar por arrancar viñas e irnos desprendiendo poco a poco de ellas y he hecho inversiones inmobiliarias y también mi mujer, que tenía sus propias fincas. O sea, que en ese sentido, me defiendo medianamente.

P -¿Su tiempo lo dedica a la producción intelectual?

R -Desde hace un año estoy abocado a eso.

P -¿Qué intelectuales de hoy le parecen especialmente significativos?

R -Creo que hay una suerte de crisis momentánea en el pensamiento puro, así como también creo que la hay en la ciencia pura, aunque no en la tecnología, que es una cosa distinta. Francamente después de la teoría de la relatividad, después de las ideas de Husserl, después de Heidegger, después de los últimos aportes de Sartre, pienso que se ha producido un eclipse y que, bueno, saldremos en poco tiempo de esto. No creo que haya mucho que admirar en los nuevos estudios del lenguaje y de la semántica, en las corrientes sicológicas y en todo eso que se habla del postmodernismo.

P -Ustedes vistos desde afuera, tienen una imagen más bien retro.

R -Menos moderna, pongámosle entre comillas si quiere. Depende del punto de vista, por supuesto. Nosotros creemos por el contrario, que somos los que estamos más adelante.