1 de Julio de 1991
Entrevista a Silo en El Nacional
El escritor argentino da un giro en su quehacer literario
Guadalupe Pereyra
Antes el cambio que está sufriendo el mundo en los aspectos económicos y políticos. América Latina está en el momento de iniciar un gran foro con sus representantes intelectuales y políticos y discutir este problema que es totalmente nuevo. La capital de tal discusión, debería ser justamente México que está en el punto más crucial de choque de estos fenómenos, opina Silo (Mario Luis RODRIGUEZ Cobos), escritor argentino quien trata en sus libros planteamientos filosóficos para una mejor sociedad.
Piensa que hay muchas cosas que puede decir América Latina en torno al sentido de la vida humana, sus prioridades y su organización, y que el debate podría ser muy amplio y llegar incluso a las minorías desprotegidas dentro de Estados Unidos. «Yo creo que podría contribuir a despertar también la conciencia dentro de la población estadounidense de la clase media para bajo, que está alienada y sufriendo serios problemas personales, de relación y de encaje con el sistema. México tiene mucho que decir, es el portavoz de la influencia cultural latinoamericana sobre Estados Unidos».
Autor de Humanizar la tierra, Contribuciones al Pensamiento y Experiencias guiadas, Silo ofrecerá una conferencia el 4 del presente en la Sala Manuel M. Ponce para promocionar sus obras -editadas por Plaza y Valdés- y dialogar con los presentes sobre lo que ahora le ocupa: que el ser humano cobre el valor que se merece en vez de estar al servicio del poder, de las instituciones o de otras entidades.
Por ello afirma que la sociedad latinoamericana debe amoldarse a los avances tecnológicos pero desde una perspectiva humanista. En lo que respecta a nuestro continente, señala que hay que desarrollar la cultura por todos los medios de comunicación posibles. Al hablar de una combinación positiva entre tecnología y sociedad. Silo afirma: «La tecnología debe de estar al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la tecnología, porque aquí se está hablando de una máquina paranoica de eficiencia, de desarrollo, y nunca aparece el ser humano. En Europa, por ejemplo, sin decir que sea una maravilla, el planteamiento tiene un signo social bien diferente. En el caso del socialismo blando a la sueca, el sistema impositivo es tal que el capital puede desarrollarse, pero las grandes ganancias se distribuyen socialmente, por lo que en Suecia no se encuentran villas miseria alrededor de los centros urbanos, lo que si sucede en Estados Unidos.
«Yo no digo que Suecia sea el paradigma, pero si digo que hay formas muy diferentes de encarar el problema del avance tecnológico y la distribución de las enormes ganancias de estos insensibles capitalista. Entregarse de pies y manos y utilizar el modelo de organización social que ellos están utilizando en donde son todas variables económicas y el ser humano no interesa, no me parece muy bonito. No podemos negar que Suecia sea tecnológicamente avanzada, pero su organización social de todas maneras hace que llegue al ciudadano medio los beneficios del desarrollo tecnológico»
Para explicar sus planteamientos se remonta a la historia: «La concepción del capitalismo en los años 30, era que mientras más sumergida estuviera la gente y mayor fuera la plusvalía, mejor para las diferencias que se establecían en los dos campos, pero reconozcamos que después de la revolución del fordismo y la cinta transportadora ya no se trataba de producir tres artículos que consumiera una minoría. Hoy se necesitan ampliar los mercados debidos a la competencia que existe con Japón y el Mercado Común Europeo, pues si América Latina está empobrecida no le van a poder vender ni una aguja. El replanteo del capitalismo es que necesitan elevar mínimamente el estándar de vida para que haya una masa consumidora más importante que la de su propio país».
Silo da un giro en su quehacer literario al momento de sentir que los valores humanos son socavados por la ideología del pragmatismo y la caída de las grandes ideologías. Aunque aborda los diferentes géneros-ensayo, narrativa y hasta ciencia ficción -no soslaya un lenguaje poético.
América Latina debe tener por cierto que es en su cultura donde radica su fuerza, en sus códigos culturales; si no dejamos de lado estos aspecto, todavía es posible que la tecnología quede al servicio de la sociedad.