19 de agosto de 1984
Habla Silo
“LA TERCERA de La hora”, domingo
por Daniel Galleguillos
fotos: Julio Bustamante
-La Comunidad existe en 42 países; estamos organizando partidos humanistas y la postura es contra todo imperialismo, esté donde esté.
-América Latina debe anunciar que no pagará ni un peso de su deuda externa
Bastante nos han esquilmado.
José Tomás Sáenz, presidente del Partido Humanista, me abre la puerta de su casa y me presenta a Mario Rodríguez Cobo, conocido por “El Araña”, El Negro Rodríguez y Silo, este último apodo, según leí, a causa de su metro y 85 centímetros. Le pregunte si se achicó o ¿los periodistas lo ven de un metro 85 a medida que habla? Me contesta que en su vida ha dicho que tiene esa estatura y pregunta si pueden traer café, que sirve personalmente, mientras me presenta a un humanista español llamado Pepe y me saluda, con su rostro siempre al borde de la sonrisa, Francisco Granella, encargado de las relaciones públicas del partido chileno.
Silo, a quien el gobierno militar expulsó del país a una docena de militantes de La Comunidad allá por el 73, me explica que vino unos días y le espera una reunión. ¿Bastará con una hora de entrevista o un poco menos?
Tarde de sábado. Afuera empieza a llover. Silo viste deportivamente, es muy delgado, tiene los brazos desmesuradamente largos (¿El Araña?), es moreno (El Negro Rodríguez) y sólo eso de Silo, por lo alto, no concuerda. Termina las frases con una sonrisa amplia y tiene ojos grandes y como redondos, así que parece siempre alegre, al margen que estalla en carcajadas cuando la pregunta le parece filosa o escucha algo divertido.
Es el fundador de La Comunidad, que empezó en 1966, allá en su tierra mendocina. Un grupo de estudios que investigaba la crisis de la sociedad y como salir de ella. En Chile, Silo fue sinónimo de escándalo. En esa tal comunidad se les enseñaba a los jóvenes a romper con sus familias, había libertad sexual ilimitada y la Catalina, niña, está como loca, fíjate que la Catalinita se aficionó a la marihuana y fuma más que un chino en velorio, mija.
Resultó que no se probaron cargos contra La Comunidad y los exiliados salieron… con certificados de buena conducta. Los marihuaneros se habían aficionado por su cuenta, las tales orgías no eran tales y La Comunidad había sido pato de la boda.
Eso en Chile. Porque en Argentina un sector propiciaba la acción directa para cambiar la sociedad, mientras otra desembocaba en el ascetismo. Estudiados Sartre, Heidegger, Jasper, Marcel, Marcuse, descubrieron la diferencia entre el sufrimiento, ese temor a perder lo que se tiene, a no alcanzar lo que se desea y el dolor más concreto: hambre, sed, todo lo que produce injuria contra el cuerpo.
En 1966 las autoridades trasandinas detienen a una docena de siloístas. En Jujuy. Acusación: ser guerrilleros. Esto porque habían comprado un campo, lo habían desbrozado y trabajaban en contacto con la naturaleza. Silo pide permiso para una conferencia pública. Se lo niegan. ¿Y si hablamos en las montañas? Eso sí. Si quieren irse al pedregal, pueden hablar hasta desgañitarse. Fueron y llegaron hasta periodistas de la NBC y la CBS. Silo explicó su tesis sobre la dialéctica generacional y por qué una generación joven irrumpiría como ariete por entre los resquicios de unas estructuras caducas.
Los siloístas rodeados de soldados con metralletas se sentían, en ese año 1969, parte de los movimientos juveniles que culminaron en ese mayo del 68 en Paris, en los movimientos de la Universidad de Berkeley, de la revolución cultura china, de la movilización en la Politécnica de Roma.
El hombre, se les dijo, debe estar abierto al mundo. No nació con un destino impuesto y se abre paso a medida que hace cosas porque la nada de Sartre es un error que no conduce a parte alguna. Importa la libertad, y la historia que la va modificando.
El 75 los siloístas tuvieron una reunión internacional en Corfú, Grecia. Unidad mundial. Ahora La Comunidad tiene 15 años y filiales en 42 países de América latina, Asia y Europa. Unidos gráficamente por el triángulo dentro del círculo: paz, fuerza y alegría.
Desde hace algunos meses, La Comunidad se está transformando en el semillero para los partidos humanistas y la filial chilena recibió la visita de Silo, quien sonríe y sonríe y piensa que hay que hacer algo contra el sistema carcelario.
De eso sabe. Ha estado detenido 17 veces.
El Partido
-Supongo que una de las razones de su viaje es retar a la gente del Partido Humanista, ¿no?
-Vine a ver qué me cuentan. Y me dicen que las cosas van muy bien, muy sincronizadas con lo que está sucediendo en otros lugares, donde el partido se está lanzando también.
-Pensaba en Chile, donde con el Partido Humanista no pasa nada.
-Me imagino que tampoco pasa mucho con los otros partidos.
-Por lo menos, señor Rodríguez, aparecen en los diarios.
-Hay que verlo caminar, es tan cortito su tiempo, tan poca la experiencia política de su gente, sin capital, sin lideres, sin elaborar todavía las reformas políticas al plan de gobierno. Es decir, todos los defectos.
-Entonces, si La Comunidad en 42 países ha hecho nacer a los partidos humanistas sin experiencia política, sin plan, sin lideres, sin financiamientos, ¿quiere decir que estamos hablando del milagro del siglo veinte?
-No. La Comunidad es una institución social y cultural, se las ha arreglado bien. Pero que pueda transformarse en una gran organización política hay que dejárselo al tiempo, a ver si puede o no puede.
-Resuelta, señor Rodríguez, que el Partido Humanista partió en Chile planteando una serie de reformas. Se suponía que sabía lo que quería ¿Qué pasó?
-No sé cómo está la situación acá. Estoy recién llegado. Pero, en otros países, he visto una serie de cosas positivas. En Sao Paulo logró que los cesantes tuvieran pasajes en ómnibus gratis, y se está haciendo la misma campaña en Río de Janeiro, Bello Horizonte y Recife. En Europa se han recogido dos millones y medio de firmas contra el desempleo, a favor de la cooperativización. Se pretende que toda empresa en quiebra o a punto de quebrar se cooperativice. Es decir, que pase a manos de los trabajadores y el gobierno apoye con créditos preferenciales, a corto, mediano y largo plazo. Eso es mucho más interesante que cerrar las empresas, la gente quede en la calle y después aparezca el banco transnacional que se hace cargo de la cosa, selecciona al tipo de personal y la gente sigue cesante. En Argentina, en un mes y medio, La Comunidad y el Partido Humanista salieron a la calle y recogieron un millón 200 mil firmas a favor del servicio militar optativo.
-Bueno, ustedes habían perdido la guerra de las Malvinas, así que la cosa era fácil. Las madres de los muchachos deben haber firmado tres veces.
-No se aprovechó el tema de las Malvinas. Se hizo un planteo más general, que no tenía nada que ver con un chauvinismo herido.
-A usted lo acusan de trabajar para la CIA y para la KGB ¿Qué acusación le gusta más?
-Y, depende, porque si estamos hablando con la derecha, está bien que nos digan que somos de la CIA. Si estamos hablando con la izquierda, está bien que nos digan que somos de la KGB.
-¿Nadie le pregunta si trabaja para la Internacional Socialdemócrata?
-No y, efectivamente, la Socialdemocracia es una internacional, igual que el Partido Comunista, que la Democracia Cristiana, que la Internacional del Dinero. Hay internacionales a montones.
-¿Y qué pasa con la Internacional Humanista? Leí hace algún tiempo que estaban a punto de formarla.
-Bueno, parece que esa idea prendió y la gente dijo que pusiéramos en marcha estos elementos doctrinarios nuestros tan amplios y tan vagos y los lleváramos a las realizaciones prácticas, a ver si pueden dinamizarse en el campo social.
-Eso de movimiento amplio y vago… ¿Por qué tiene una doctrina tan vaga?
-Nos dimos, hace años, jurídicamente, un encuadre social y cultural y estas organizaciones tienen planteos amplios, no como los partidos.
-Pero ahora también tienen partidos, parece que tan erráticos como La Comunidad.
-Es un esfuerzo de sólo tres meses. Un gran esfuerzo, en cada país, para darnos nuestro programa de gobierno, nuestra política social, universitaria…
-Si hay Internacional Humanista, habrá, claro, principios internacionales.
-Si y esos serán, necesariamente, la lucha contra el imperialismo, esté donde esté. Está el norteamericano, el soviético, el social-imperialismo. Nuestra internacional será fuertemente de tendencia juvenil, cooperativista en economía y con gran participación femenina. Ya se presentan dificultades en relación con otros partidos. Se inaugura un estilo nuevo, donde no existe rama juvenil o femenina aparte. No queremos tapones. En Perú precisamente, veíamos hace algunos días que sobre 200 representantes, diputados, sólo once eran mujeres.
-¿De fuerte contingente juvenil? Usted es un estudioso de lo ocurrido en esas jornadas de mayo del 68, en París. Resulta, señor Rodríguez, que esos jóvenes decían que nadie que tuviera más de treinta años podía enseñarles nada. Y usted tiene más de 45…
-Eso decían en aquella época. Ahora deben decir cosas distintas. Daniel Cohn Bendit, por ejemplo, se ha incorporado al Partido Verde.
-Así que usted, claro, está de acuerdo que se puede enseñar pasados los 30.
-Absolutamente. Siempre estuve de acuerdo con eso. Además, no puede negarse la experiencia histórica.
-Claro. Veo que usted va caminando a De Gaulle. Bueno, ustedes con programa vago y resulta que están en 42 países y nadie les cree que no tienen un peso. Es increíble, dicho sea de paso. Uno lee que los afiches los hacen con diarios viejos y las rifas y cada uno compra la pintura…
-Eso es. Ese es el punto. Justamente ése. Basta con preguntarles a los españoles cómo han hecho la campaña de afiches, que ha sido espectacular, en España y en Europa. Es cosa de pasar por los locales y ver la cantidad de afiches que preparaban, con un sistema rudimentario. Un millón de afiches en la campaña contra la cesantía y a favor de las cooperativas. De ese millón, sólo cien mil fueron impresos. Los otros, hecho totalmente a mano.
Aquí, Silo se volvió hacia el español Pepe:
-Pepe, ¿cuántos locales de La Comunidad hay en Madrid?
El español contestó con acento argentino:
-Y, aproximadamente unos 60.
-Bueno, los partidos ven cómo, de repente, aparecen 50 ó 60 locales financiados. Entonces creen que tenemos algún tipo de financiamiento.
Silo se vuelve a Pepe:
-Pepe, ¿cómo se financian los locales?
-Nosotros editamos “La Hoja del Barrio”, una especie de boletín informativo de los problemas de ese barrio y los comerciantes se suscriben a la Hoja y colaboran con una cantidad y le ponemos un aviso. A mí me dijo Rafa (?) que tiene arriba de 3.500 suscriptores.
Le pregunto a Silo:
-¿Y los viajes al extranjero también los financian así?
-Mire, están las cuotas que pone la gente del Partido, que son miles. Los gastos grandes son mantener los locales y la propaganda.
La violencia
-Usted, señor Rodríguez, fundó La Comunidad. ¿Fue una especie de revelación divina?
-No, no. Era un grupo de estudios que veía cómo todo se deterioraba. Dimos una vuelta por América Latina, se incorporaron algunos intelectuales y ampliamos nuestro horizonte, que se limitaba a Mendoza. Además de ver lo personal, ¿cómo puede ser que en Suecia, con un nivel excepcional de desarrollo que les soluciona sus problemas, un tipo se suba al quinto piso y se largue? ¿Cómo las curvas de suicidios en los países altamente desarrollados son tan altas, si no tienen ningún dolor físico?
-En el caso de Suecia, señor Rodríguez, creo que se debe sencillamente a que son ordenados y llevan estadísticas. De hecho, los que más se matan son los húngaros. Casi por orgullo personal. Por octubre, si descubren que no van primero, se empiezan a suicidar como locos. Pero el asunto es que, para ustedes, la diferencia entre dolor y sufrimiento es importante, ¿no?
-Son fenómenos diferentes. El sufrimiento mental, psicológico y todo aquello tiene mucha importancia, pero ¿qué hacemos con el hambre, falta de proteínas, techo, mortalidad infantil? Ese un problema físico que no puede solucionarse con procedimientos terapéuticos…
-Concluyeron eso… ¿Qué solución propusieron?
-Modificar las condiciones que afectan a los otros y a nosotros. Al principio éramos un grupo de pequeños burgueses, de intelectuales. ¿Y ustedes de que hablan si no tienen esos problemas? Bueno, entonces aporte usted y así fuimos enriqueciendo el planteo. No dimos solución entonces. Denunciamos los problemas en términos generales. Estaba Onganía en el poder. Mucha gente fue deportada, cayó presa.
-En suma, la denuncia de ustedes, ¿no es la misma que hacen los partidos políticos? La miseria, la falta de…
-Básicamente, las denuncias nuestras han sido en torno a los problemas de la violencia. Nos identificamos con un tipo de acción no violenta, con metodología, a la par que aclaramos cuáles eran nuestras cartas. Denunciamos la violencia física, la económica, racial, religiosa, psicológica, educacional, cultural… Dijimos que era un problema de violencia. No se trata entonces de las denuncias clásicas de la izquierda ni de los capitalistas.
-Tomando en cuenta que en los últimos cinco mil años el mundo ha conocido sólo unos 50 años de paz, la tarea es media pesadita…
-Yo lo creo así, es verdad.
-El arma es la no violencia. ¿Cuál no violencia?
-Una no violencia activa. Se cree que la no violencia es algo descafeinado, pero no se trata de poner la otra mejilla. Para eso preferimos la guerra fantasma, donde no se pone ninguna mejilla y las denuncias circulan por todos lados.
-¿Cuál es la no violencia activa?
-Una forma de actuar. Si en política, aceptar un sistema pluralista, republicano, democrático, de participación de todos los partidos. De ir ganando escaños, presentar soluciones, llegar al manejo del poder político para modificar el sistema de acuerdo al planteo general.
-Hasta ahora, veo que consiste en llegar al Congreso.
-En parte. Ocurre que depende de la situación de cada país. Si hay una dictadura feroz, que no permita ese acceso al poder, habrá que organizarse como resistencia a la violencia del sistema. No con tiros y cosas semejantes. Concientizando a los sindicatos, universidades, pueblo en general, organizaciones de base. Organizar cooperativas de consumo en los barrios más necesitados, es decir, aportar un mejoramiento de las condiciones. No como hacen los políticos, que prefieren que se mueran de hambre los necesitados con tal de producir una confrontación social. Creemos en mejorar las condiciones de vida, a la zaga del Gobierno, de la oposición, de quien sea. ¿Por qué? Porque lo importante es el ser humano. ¿Qué sucederá entonces en una tiranía? No podrá institucionalizarse el partido. Entonces, se debe actuar en la resistencia, que es muy distinto al clandestinaje. Este último significa suponer que el sistema es legal y que uno es ilegal. La resistencia supone que el ilegal es el sistema. En Polonia, por ejemplo, y en otros países, se están organizando partidos humanistas en la resistencia y en el exilio, por lo que le dije, dos cosas diferentes. La resistencia dentro y el exilio fuera, claro, donde la gente se puede afiliar al partido.
-Esto me recuerda que ustedes iban a pedir permiso en los países del Este para formar partidos humanistas. ¿Cómo les ha ido?
-En Polonia y Yugoslavia. Se ha hecho el intento para cumplir con las formas. La cosa se ha dilatado, así que los muchachos ya han empezado a organizarse.
La deuda
-Señor Rodríguez, ustedes en economía propician el sistema cooperativo. ¿Qué más?
-Bueno, nuestros especialistas están trabajando en eso. Recuerde que tienen tres meses de vida, en todas partes. Recuerde que en 1983 las Naciones Unidas declaró públicamente que, en todo el mundo, La Comunidad es la institución que más ha hecho en torno al tema del armamentismo, la no violencia, tomando en cuenta el uso de sus materiales, películas, charlas, exposiciones y demás. No ha estado esencialmente, ocupada de la política y la economía. Además, la prensa tiene sus intereses y no ha publicado todo lo que hacemos.
Le pregunté si eso era cierto en Chile y José Tomás Sáenz, quien estaba junto a un recién llegado con pinta de gringo, me hizo notar que no apareció ni una línea de lo que dijeron sobre el problema del cobre y los intereses bancarios internacionales.
-Bueno, señor Rodríguez, ahí tiene una grabadora. ¿Qué más no ha dicho la prensa?
-La campaña contra el Fondo Monetario Internacional que hacemos en todo América Latina. Nuestra postura es no pagar ni un peso al FMI. Los partidos están en la cosa de la deuda justa y todo eso. Nos amenazan con incautar los aviones, les vamos a sacar a remate los muebles de las embajadas, nos vamos a quedar con sus bienes, los niños se van a quedar sin farmacopea ni remedio. ¡Como si los únicos que produjeran farmacopea fueron ellos! ¡Se produce en todas partes del mundo! Así como negocian los yanquis con los soviéticos, es justo que los países negocien unos con otros. No pagar. Caerá tal vez la banca Rockefeller, pero no se destruirá el planeta por eso. Ya se han pagado con creces con la esquilmada que les han hecho a nuestros países. ¿Cómo es posible que Brasil, por ejemplo, que daba diez bolsas de café por un jeep, ahora necesita entregar mil bolsas de café por un jeep? Está lo que hacen con los precios internacionales, lo que hacen con los intereses usuarios. Además, ¿qué van a embargar? Podrían traerse primero los bienes que tenemos afuera y después decir: no se paga. Además, fíjese que si nuestro desarrollo fuera mayor, ellos tendrían mejores mercados, desahogo industrial.
-¿O podría ser que cada país pagara lo que pudiera, sin que eso le signifique renunciar a su desarrollo?
-Podría ser. A ver, tengo dos hijos, uno de menos de año y resulta que cuando nació ya tenia una deuda de mil 500 dólares. Un poco excesivo, ¿no?
-¿Y en el campo político?
-Nada de departamentos femeninos o juveniles, sino una participación plena y equitativa. ¿Cuántas mujeres, cuántos hombres hay? Pues, los cargos de acuerdo al número. Estamos por el desarme, pero no algo irreal, que se desarme Occidente y los países de la órbita soviética no. Planteamos que cada país de América Latina, por ejemplo, baje en algunos puntos su gasto. ¿Digamos un dos por ciento? Pues que todos los bajen en dos por ciento y ese dinero se invierta en desarrollo. No sería un triunfo político, sí, por ejemplo, logramos que se desarme Brasil unilateralmente, porque saldría un vecino paranoico y provocaría una catástrofe más grande que la que queremos evitar.
-¿Un vecino paranoico? ¿Quién es vecino de Brasil? Argentina…
-Vamos, Argentina, Paraguay, Uruguay…
-Pero en Argentina les ha ido regularcito. Ahora tienen cuatro veces más Exocets que durante la guerra de las Malvinas.
-Así es. Uno de los puntos críticos del partido con el Gobierno actual.
-¿Y cómo andan con la Iglesia? ¿Más bien regularcito?
-Regularcito. Más bien de regular para abajo, sobre todo con una Iglesia tan conservadora. Además, estamos contra la teoría de la teológica de la liberación. Ellos ponen a Dios como centro de todo y nosotros al hombre.
-O sea, ustedes van a apoyar cualquier idea buena, esté donde esté, pero al mismo tiempo están contra todos.
-Estamos, en algún sentido, contra las formas obsoletas. El niño creció y el traje le queda chico.
-Usted es un agricultor…
-En La Consulta, un pueblito que está a 100 kilómetros de Chacras de Coria, que es donde vivo.
-Leí que además de ser esto y lo otro, usted es un pobre agricultor arruinado por el Gobierno. ¿Sigue arruinado?
-No creo que quebrado por el Gobierno, pero sí en malas condiciones. Además, no agricultor sino productor agrícola, que es muy distinto.
-¿Y qué produce esa chacrita? ¿Productos macrobióticos?
-No, no creemos que la solución sea la lechuga o los tomates, como creen los verdes. Vamos más allá. Produzco uvas.
-Ah, vino…
-Uvas. El vino lo producen los pulpos bodegueros.
-Aquí ustedes juntaron medio millón de firmas a favor de la mediación entre su país y Chile.
-Le íbamos a pedir una entrevista a Alfonsín. Un tratado de paz permanente entre ambos países. Pero, cuando en Chile se levantó esa enorme cantidad de firmas, rápidamente el Canciller Dante Caputo salió a Roma a decir que iba a firmar no sé qué protocolo. Dos días después que se hizo la presentación a favor de la paz en Chile.
-Me va a decir que fue a firmar ese documento porque La Comunidad recogió esas firmas:
-La acción de los humanistas en Chile obligó a decir que estaba todo arreglado. Tengo toda la impresión.