Chile
11 de Septiembre de 1988
Diario El Mercurio

Hay algo delirante, algo irracional e increíble en las grabaciones que están corriendo de mano en mano entre algunos connotados militantes del Partido Humanista. En ellas habla, en monólogo interminable, una sola voz con acento inconfundiblemente argentino. Habla de Chile y de hasta qué punto el “Movimiento” puede “meter las manos” en el “organismo” (Partido Humanista) que “proyectó”:

“Nos e… en los paises, nos e… en las fronteras administrativas de los estados nacionales que son una creación muy reciente, de hace apenas 300 años y que, por supuesto, también van a desaparecer. ¡Los estados nacionales, imagináte!… Desde nuestro punto de vista son solo diferencias administrativas que hacen los grupos de intereses!…”.

Es Silo, Mario Rodríguez Cobo, ideólogo, una especie de Gurú que, desde que expresó su pensamiento en los años 75 en Punta de Vaca concitó a su alrededor una corte de seguidores que se ha expandido con mayor o menor suerte por muchos países del mundo. Borrando un pasado en que se lo vinculó a una juventud alienada, creó primero, en torno a sí, “La Comunidad”; un organismo con aspiraciones filosóficas que pretendía haber inventado una visión y una manera diferente de enfrentar la vida. Luego, las instrucciones de Silo, se convirtieron en “la proyección de organismos por parte del Movimiento” (creación de partidos Humanistas y, según ahora quedó al descubierto, también de algunos partidos Verdes) a lo largo del mundo. Sin relevancia en otras naciones, el aterrizaje chileno de estas ideas se convirtió en el mayor éxito de Silo cuando, con 65 mil firmas acreditadas inicialmente (después varios miles de ellas fueron cuestionadas), los humanistas criollos fueron los que ganaron la carrera de las inscripciones de partidos en nuestro país.

-¿Por qué los comunistas -se indigna la voz en la grabación que también han estado escuchando varios políticos de oposición, incrédulos de que este argentino haya logrado tanta tuición en la política chilena.- Van a salir pontificando que sólo ellos denunciarom el fraude de Pinochet?. No, nosotros también vamos a pontificar…”.

Sáenz cayó en desgracia

La cinta fue grabada hace unas semanas en Mendoza y es clave para entender uno de los más sorprendentes hechos políticos ocurridos en Chile en el ultimo tiempo: el descabezamiento de la directiva del Partido Humanista.

El joven, polémico y exitoso constructor de esta colectividad, José Tomas Salen (“Pepe” o “Joseto”) cayó en desgracia frente a Silo y, luego de esta reunion grabada y de una llamada telefónica a Santiago (“¿Aló?… Habla Mario Rodríguez Cobo -Silo o “el Negro”- y… bueno, el Pepe se ha desviado de las líneas fundamentales de movimiento…”) no tuvo más que presentar su renuncia y aceptar en silencio que la directiva la tomaran seguidores más apegados a la letra de las instrucciones del Gurú…

“Lo que haga cada organismo (Partido Humanista) dependerá del lugar en que funcione. Siempre y cuando las decisiones no afecten procesos de tipo general, le sugerirás a la gente: muchachos, rectifiquen eso… Y si insistes e insistes y no se hacen las rectificaciones…”

José Tomás Sáenz no hizo las “rectificaciones”. Y la última conversación entre el ex presidente del PH y Silo terminó sin arreglo. El argentino optó entonces por llamar a reunión, a su país, al resto de los dirigentes más importantes de la cúpula para señalarles (en su sorprendente lenguaje) que Sáenz se negaba a “rectificar” y estaba afectando “procesos de tipo general”, con fuertes implicancias para el “Movimiento”.

La reprimenda realizada en Mendoza, está claramente contenida en la grabación:

“Numerosas ideas que hemos largado en su momento confiando en que allá la gente (José Tomás Sáenz) las aplicara adecuadamente, las han aplicado incluso negativamente. Imagináte qué cosa tan interesante nutrirse de unas determinadas ideas para tirarlas en contra… Esos despropósitos no nos convienen”.

“Errores” de Sáenz

Entre dos “pecados” cometidos al parecer por el creador del Partido Humanista en Chile, José Tomás Sáenz, está el no haber sido (todo es raro, no se sorprenda) lo suficientemente duro con… Sudáfrica. Sáenz, incluso, cayó en el “error” de haber asistido, como otros políticos, a un cóctel en la Embajada de ese país en Santiago…

Llamando a la nueva directiva a “rectificar ese despropósito”. Silo eleva la voz en la grabación:

“El organismo (Partido Humanista chileno) lo único que necesita ahora es hacer declaraciones muy claras y muy francas en el sentido de que estamos frontalmente contra el régimen discriminatorio de Sudáfrica. Eso es. Declaraciones muy claras: señores, es imposible pretender que tenemos algo que ver con los facinerosos de Sudáfrica… Así que… ¿qué cosas hay que puedan afectar en Chile nuestra imagen internacional? La cosa de Sudáfrica… Eso hay que rectificarlo y hay que aprovechar cualquier ocasión para, claramente ante la opinión pública, señalar que estamos absolutamente en contra. Y no me parece tan difícil, pues. Largar una declaración, cuando se habla del régimen de Pinochet y agregar el régimen discriminatorio de Sudáfrica. No veo cuál es la dificultad”.

Por qué se inscribieron

La voz de Silo en las grabaciones es monótona y pocas veces el auditorio lo interrumpe. Se siente el respeto o el temor en los largos silencios o en las preguntas titubeantes de los que lo escuchan: Tomás Hirsch, elegido para reemplazar al depuesto Sáenz; Laura Rodríguez, vicepresidenta; Pía Figueroa, presidenta del Tribunal Supremo; Andrés Korysma, presidente del partido de Los Verdes… Solo una o dos veces alguno se atreve, titubeante, a formular una pregunta, pero la voz cantante la lleva Rodríguez Cobo. Por ejemplo, para explicar que el éxito del crecimiento del Partido Humanista en Chile “correspondió a un exacto diseño que fuimos cumpliendo paso a paso”.

Es obvio el intento del argentino de atribuirse la gestión que los políticos chilenos consideraban mérito del dirigente José Tomás Sáenz.

“Todo lo que fuimos diseñando fue funcionando a las mil maravillas. Y hasta los últimos detalles. Por ejemplo en la participación (inscripción en los registros electorales chilenos), pensamos: si entramos nos van a decir que estamos en connivencia con el régimen. Pero ¿qué va a pasar cuando todos los otros partidos (de la oposición) sepan que no tienen más remedio que encuadrarse? Y nosotros diciendo No y el partido Comunista diciendo No… Decidimos que si nosotros tomábamos la delantera íbamos a tener prensa, no porque nos quieran, sino para mostrarles a todos que era interesante esto de la participación. Entonces dijimos: vamos a tomar la delantera y romper el cerco de prensa. Y provocamos un shock…”.

¿Complot gobierno-oposición?

Otra de las “faltas” de José Tomás Sáenz frente a las “orientaciones” de Silo (y que le acarrearon el tremendo enojo del argentino) se refieren a la oposición. El ex presidente del PH se resistió a quebrantar la unidad tan duramente alcanzada en la concertación de los 16 partidos… Silo, en cambio, exigió “perfilarse” con declaraciones distintas al consenso. El tira y afloja se acentuó en el último mes mientras el resto de los integrantes de la oposición trataba de presentar una fachada cada vez más homogénea.

Finalmente, los problemas internos de Sáenz salieron a luz. Fue cuando lanzó su extemporánea declaración sobre la existencia de un fraude para que ganara el SI (asegurando, por tanto, que el PH no reconocería el triunfo de esa opción). La afirmación fue recibida con sorpresa y molestia por los demás partidos agrupados en el No. Aunque nadie entendió mucho, la verdad es que el ex presidente del PH, ya extremadamente presionado, trató, sin lograrlo, de quedar bien con Silo y con sus colegas opositores.

En otras palabras suavizó lo que el argentino le exigía decir. ¿Y qué era ello? Lo mismo que tuvieron que escuchar los integrantes de la nueva directiva humanista y que, de alguna manera, tendrán que asumir si no quieren tener problemas con Silo:

“Hay que denunciar el fraude, el complot entre el gobierno y la oposición (tal cual) para que gane Pinochet. Los partidejos (de la oposición) son cómplices de un gran fraude para hacer que triunfe el Sí y luego pactar con el gobierno”.

Obviamente Sáenz no estaba dispuesto a salir diciendo eso y así se conformó con hacer una rarísima declaración que dejó sorprendidos a moros y cristianos.

Pero Silo está convencido de su teoría. Y volvió a repetirla en la reunión de Mendoza a los nuevos dirigentes del PH.

“Si llegara a ganar el Sí, el desconcierto y el despelote, no en las cúpulas de los partidos, sino en la gente, en las bases de esos partidos va a ser catastrófico. Que se despidan las cúpulas políticas. Y si llegara a ganar el No habría que ver si los militares están dispuestos a irse derrotados… ¿No es más fácil, muchachos, que gane el Sí porque entonces nosotros nos comprometemos a dos años plazo a abandonar el poder y dejarlo a los civiles? Entonces, muchachos, vamos a surpevisar mucho las votaciones, vamos a tener apoderados… ¡Es absolutamente merecedora de desconfianza toda la oposición política!… ¡Absolutamente! No veo por qué motivo deberíamos nosotros creer que es gente confiable”.

Agrega: es evidente que si están en conversaciones y en arreglos con el régimen, al régimen no le gusta que hablemos de fraude y a la oposición tampoco”.

Otro error: el perfil

Durante toda la perorata en que el argentino (en las cintas grabadas) da instrucciones a los nuevas dirigentes, Silo insiste en que el PH debe “perfilarse”, distinguirse del resto de los opositores. Es otra crítica a la gestión de Sáenz.

“Porque el tema no es quién gane el plebiscito. El tema va a ser después. Así que si nosotros no perfilamos ahora claramente nuestra imagen, después cuando nos cierren la prensa, ¿Qué imagen vamos a presentar? Si nosotros nos identificamos excesivamente con los otros partidos políticos y luego vienen elecciones, para las que ellos sí que van a tener un platal, y nosotros no vamos a tener un carajo ¿qué vamos a hacer? La gente va a decir: entre votar al partido demócrata cristiano y votar al partido humanista, que dicen cosas parecidas… Entonces, con la cosa envolvente de los comandos por el No, con la cosa envolvente de que todos estamos en lo mismo, resulta que nadie tiene ninguna diferencia. Y como yo soy el más gordo me llevo los votos…”

¿Cuál es el “perfil” que exigirá Silo a la nueva directiva?… Se escucha en la grabación:

“A mi me parece que si no somos claramente una fuerza de alternativa y de oposición no podemos plantearnos como un partido grande. El tema es ¿somos una fuerza de oposición, con virulencia, o para no urticar a los aliados hablamos el mismo lenguaje de ellos? Ahora hemos forzado a la democracia cristiana a que empiece a hablar de “un clima” de fraude… Y el partido comunista que, jugando al doble lenguaje, ahora está por el No y antes decía que no hay que participar, si gana es Si va a pontificar y va a decir: nosotros siempre dijimos que era fraude. Entonces nosotros largamos ahora el bolazo del fraude. Y si gana el No, ganamos, a pesar del fraude. Y si gana el Si le hemos quitado la bandera al PC: No son solo ellos los que hablaron de fraude. Nosotros también”.

Silo sugirió incluso un slogan: “reventarlos con fraude y todo”.

La TV: encontrón final

La última desavenencia entre Sáenz y Silo estalló con el uso de los 15 minutos de propaganda en televisión. El ex presidente del PH no quiso, otra vez, ir en contra del anhelo de oposición de presentarse como un todo, sin distinciones, frente a la opinión pública. Y se encontró con la crítica ácida del argentino que recomendó claramente lo contrario: aprovechar la oportunidad “única” de presentar propaganda diaria del PH por televisión nacional.

Las recomendaciones de Silo, en general, insisten en una idea rupturista con la oposición (opuesta absolutamente a la actitud de camaradería que mantuvo Sáenz), en el afán de distinguirse y no ser absorbidos dentro de ella. El lenguaje del argentino en contra de los otros partidos del No es tremendamente duro y descalificador, llamando a saltarse compromisos. Por ejemplo, en la grabación, exclama indignado al explicársele lo que programa el conjunto de los opositores para transmitir el último día de propaganda: “Claro, quieren catapultar al futuro candidato de convergencia. ¿Y si a futuro no se nos da la gana de respetar la convergencia y aprovechamos el descontento de todos los que van a estar podridos por la situación y por la mentira?, ¿qué va a pasar? Si no hay tal candidato de convergencia ya habrá un montón de pelafustanes que van a ir juntos. Y si nosotros vamos solos, ¿qué va a pasar? Que nos van a acusar de rupturistas y vamos a ver cuántos votos tienen ellos y cuántos nosotros… En fin, todas estas cosas hay que estudiarlas… Porque eso de hacer lo que los demás quieran… Todo ese acercamiento que ellos tienen ahora es precisamente porque no hicimos lo que a ellos se les dio la gana. Porque no somos la Izquierda Cristiana o el Mapu, o esos que han quedado vaciados por parasitarios… No, no somos esos”.

Legalidad de Silo

En la cinta, Mario Rodríguez Cobo remacha sus instrucciones con esta explicación de lo que los humanistas deben entender por juridicidad y por hecho político:

“Este es un tema que no se puede soslayar. Nosotros no aceptamos la creencia generalizada de que de la juridicidad de una situación de derecho se generan los hechos políticos. Nuestra visión es exactamente al revés. Son los hechos políticos los que generan una determinada juridicidad. Ese hecho político puede estar dado por elecciones, puede estar dado por los fusiles, puede estar dado por una revolución. Es el hecho político el que genera una juridicidad. Es decir, que si el régimen dice “esta juridicidad la he impuesto yo”… ya empezamos mal. Y si usted quiere participar tiene que aceptar este orden jurídico… yo le digo a usted una cosa: yo voy a producir un hecho político y me voy a c… en la juridicidad de usted”.

Entre los comentarios que circulan en torno al verdadero putsch producido en la directiva del Partido Humanista (que, entre otras cosas, hasta le está costando el cuestionamiento de su calidad de partido en el Registro Electoral) se señala que “José Tomás Sáenz tuvo demasiada paciencia”. Verdadero artífice en Chile de un partido nuevo y, al parecer, en crecimiento, está ahora, en el ostracismo, viendo deshacerse todo su esfuerzo por la participación insólita de esta especie de tutor trasandino que mantiene aún enorme influencia en la colectividad.

Entre otras cosas, el ex presidente del PH debió soportar, antes de alejarse, una verdadera campaña en que se lo acusó de “entregado al sistema” (verdadero “delito” en el Movimiento) “cómplice” del contubernio entre la oposición y el gobierno y “absolutamente desviado” de la verdadera línea del pensamiento de Silo.