12 de marzo de 1990
VIII Región
Concepción – Chile.
I.- Antecedentes biográficos
Mario Luis Rodríguez Cobos, nació el 6 de Enero de 1938 en Mendoza (Argentina). Su padre estaba ligado a la producción vitivinícola del lugar. Su madre, profesora de música, había nacido en Bilbao (España). Una hermana mayor, profesora de Artes pláticas y un hermano, publicitario de medios televisivos, constituyeron su medio familiar inmediato hasta su casamiento, ocurrido hace quince años, con Ana Luisa Cremaschi Alsina. Su mujer, destacada bailarina de los ballet de Argentina y Chile, pertenece también a una familia dedicada a la producción agrícola. Su núcleo actual inmediato, incluye a dos niños: Alejandro (10) y Federico (7).
Terminada la educación primaria y secundaria en un colegio religioso de su provincia natal pasó a llevar adelante una fábrica de oleaginosas enlatadas y, posteriormente, organizó y dirigió una alcoholera dedicada al abastecimiento de alcohol medicinal para hospitales y farmacias. Su actividad ha quedado limitada actualmente a la producción vitícola.
II. Libros publicados
La Mirada Interna (1972); El Paisaje Interno (1981) y El Paisaje Humano (1988). Estos tres libros, han sido editados juntos por Editorial Planeta de Chile y Argentina y Editorial Plaza y Janes de España, bajo el título de Humanizar la Tierra (1989). También en 1989 Plaza y Janes, ha publicado Experiencias Guiadas. En este momento se encuentra en imprenta, en Editorial Planeta, Contribuciones al Pensamiento (se trata de dos ensayos titulados Sicología de la Imagen y Discusiones Historiológicas).
Desde 1972, sus libros han sido traducidos y publicados en las lenguas más importantes y han circulado en los cinco continentes.
Entrevista
1.- ¿Cómo explica que después de largos años persista una suerte de «leyenda negra» respecto a su persona y el siloísmo? ¿Por qué se silencia su voz y pensamiento en la mayoría de los medios de comunicación del país?
Se trata de dos preguntas. Respecto de la primera, puedo responder que esa suerte de «leyenda negra» se inicia a fines de la década del ’60 en un momento en que la rebelión juvenil se hacía presente en todo el mundo. Ud. recordará que el hippismo y el guerrillerismo arrancan en esos tiempos. Eran fenómenos nuevos y con una fuerza «contaminante» bastante veloz que hacía cundir la alarma en el mundo de «lo establecido». Así fue como se vio a nuestro movimiento naciente por aquella épocas: como una mezcla, precisamente, de hippismo y guerrillerismo sin descontar una cuota de «paraísos artificiales», es decir, drogadicción y misticismo que eran también variantes menores del momento. Pues bien, las primeras corrientes hoy han demostrado su fracaso en el mundo y ya nadie se ocupa de acusarnos de tal cosa… sería tan ridículo como decir de nosotros que somos jacobinos o monárquicos. En cuanto al mundo de los adictos y al misticismo la cosa es muy diferente. Hoy la droga es un fenómeno muy real, muy mal combatido por otra parte. Respecto al «misticismo» a nadie escapa su crecimiento en todas las latitudes. Sobre esto último no es necesario que me extienda ya que lo traté en una conferencia titulada «La Religiosidad en el Mundo Actual» el 6 de Junio de 1986 en la Casa Suiza de Buenos Aires.
Bien, ¿qué ha quedado hoy de los drogadictos intelectuales de antaño, que estaban entremezclados con el pensamiento de Watson, de Huxley y de la beat generation? ¿Qué ha quedado de los «místicos» que viajaban a Katmandú y seguían a cuanto gurú se ponía a su alcance?
Los despojos del hippismo, del guerrillerismo, de la adición y de la «mística» intelectual (los sobrevivientes), hoy son ejecutivos vergonzantes en algunos casos y empleados comunes en otros, que interpretan sus actividades anteriores como simples «errores de juventud». Han hecho buena letra y han sido perdonados por los comprensivos bienpensantes. Pronto se va a extender esta misma postura a los náufragos del marxismo.
Pero en lo que a nosotros toca, hay mucha gente que no nos perdona: 1, que no hayamos sido nada de eso, pese a sus esfuerzos por encuadrarnos allí; 2, que sigamos creciendo y desarrollándonos en todo el mundo frente al fracaso total de todos los otros que arrancaron en la misma línea de partida que nosotros (me refiero a la década del ’60) y 3, que no experimentemos a nuestro pasado como «error juvenil» sino, por lo contrario, que lo expliquemos con un profundo orgullo, como el que siente quien ha sido objeto de todo atropello, de toda injusticia y que el proceso histórico le va dando la razón. Porque cuando hablo de «atropello» no me estoy refiriendo solamente a la calumnia de algunos medios de difusión prohijadas por intereses burdos, estoy destacando cosas más graves como cárceles y deportaciones tal cual ocurriera en Chile y Argentina. En este último país también tuvimos nuestros muertos… Y, desde luego, jamás habríamos de traicionar nuestro pasado, me refiero a ese pasado común de construcción y lucha.
La segunda parte de su pregunta se dirige al motivo por el cual se silencia nuestra voz actualmente. Le responderé conectando con las explicaciones anteriores. ¿Cree Ud. que puede darse espacio para que alguien diga: «señores, no somos nosotros los acusados, sino ustedes; exigimos explicación de todos los atropellos cometidos. Respondan, por qué nos difamaron, encarcelaron, deportaron y asesinaron? «Muestren un solo documento de juicio, de proceso, donde conste alguna culpabilidad por pequeña que sea… A ver esos pasquines, esos folletos, esos libracos (algunos de ellos convertidos en material de lectura obligatoria en las escuelas), con los que se pretende envenenar a las nuevas generaciones que quieren saber sobre nosotros. A ver ese debate público que estamos esperando en todos los medios de difusión en los que estemos presentes por igual ustedes y nosotros».
Hoy, como ya es muy difícil asociarnos a todo el fracaso de aquella generación del ’60, más bien se habla de algo tan vaporoso y paranoico como nuestras «intenciones». Parece que nuestras «intenciones» son las de una secta demoniaca lanzada a la dominación mundial, algo que antes el fascismo atribuyó a la Sinarquía, al Sionismo y a la Masonería. En realidad, están atacando hoy ya a una fuerza que cuestiona un sistema de dominación en sus manos, no en las nuestras por cierto.
2.- ¿Qué opina respecto a lo que algunos denominan el «fin de las ideologías»? ¿Cómo entender entonces el fenómeno y emergencia en distintos puntos del planeta del pensamiento neo-liberal?»
Sobre este punto he realizado algunas consideraciones en el libro Humanizar la Tierra (particularmente en El Paisaje Humano). Pero le diré: aquí se acabó un tipo de ideología, no las ideologías en general ni una ideología, precisamente, como la neo-liberal, que con total mala fe pretende no ser ideología sino la realidad misma. Si se pretende decir que el fin de las ideologías es el fin del marxismo, estamos de acuerdo, pero nadie será tan ignorante como para pretender que el marxismo sea o haya sido la única ideología. Los neoliberales tienen su ideología y nosotros tenemos la nuestra. Es más, nosotros reivindicamos el valor transformador de la ideología, entendiendo por ésta un sistema de pensamiento coherente que de dirección y meta a la acción . Pero los neoliberales en rigor, son hijos del pragmatismo y, en efecto, se consideran pragmáticos. Hoy han dignificado a esa palabra y a esa actitud que en otras épocas se llamó «oportunismo». Hoy ya no hay oportunistas, sino pragmáticos. Un pragmático es un señor que dice «estar con los pies en la tierra» y atenerse a «realidades». Un señor que aconseja hacer lo más conveniente en cada coyuntura, un coyunturalista, en suma. De ese modo, puede justificar cualquier traición con tal de salir a flote. Si alguien le replica que eso no era lo que él pensaba hace media hora, el dirá con solvencia que las cosas han cambiado(lo cual es cierto) y que hay que hacer lo más conveniente (lo cual no es cierto); poniendo lo «conveniente» como un universal cuando en realidad se trata de su conveniencia particular. Pero tal modo de hacer y pensar primitivo es de corto alcance, porque, ¿acaso otros no le podrán decir a ese exponente del pragmatismo lo que él mismo dice? Con ese filosofema se llega a un mundo en que todos se apuñalan porque es lo más conveniente para los intereses particulares. El pragmático tratará a todo valor, a toda causa, a todo planteo solidario de simple «ideología».
En cuanto a que el neoliberalismo avance en este momento histórico nada dice acerca de que su éxito esté asegurado. Debemos comprender que el neoliberalismo es un remozamiento del viejo liberalismo de la etapa del capitalismo salvaje correspondiente a la revolución industrial. Hoy las cosas han cambiado, en efecto y aquellos que formaron los estados nacionales hoy advierten que les han quedado chicos para la acción de sus capitales. Por ello, hoy comienzan a desintegrar el Estado nacional a favor de los estados regionales de los que el Mercado Común Europeo es un claro ejemplo. A su vez, los nacionalistas de todos los lugares reaccionan contra ese avance y se encastillan en sus particulares localismos en una dialéctica antihistórica. Como el mundo avanza indefectiblemente hacia la unificación y los neoliberales se han montado en esa tendencia parecen los ganadores históricos. Es un poco lo que ha ocurrido con la tecnología, hoy no tienen en cuenta el largo proceso que ha llevado a las revoluciones informáticas, comunicacionales, genéticas, nucleares, etc. Dan a entender que ellos las han producido y mucha gente asocia desarrollo tecnológico y económico al neoliberalismo. En realidad, los neoliberales han tenido la virtud de saber dónde invertir sus capitales y por esa buena virtud de inversionistas han quedado como la avanzada del proceso histórico. Ud. comprenderá que la historia de la humanidad no es, exactamente, la historia de los inversionistas. Ese tomar el rábano por las hojas nos puede a llevar a interpretaciones muy jocosas de la historia.
3.- ¿Cree posible una distensión real a nivel mundial?
Absolutamente, sobre todo a partir de la Perestroika.
4.- ¿En su visión del futuro estima factible el triunfo de la libertad por sobre las determinaciones autoritarias actuales? ¿El colapsamiento de los «socialismos reales» podría ser un signo en ese sentido?
Creo que se está produciendo un aggiornamiento de los autoritarismos. El mundo cambia y ellos también. A través de las «democracias formales» y del control de los medios de comunicación el viejo autoritarismo hoy nos dice que estamos viviendo en sociedades libres. La gente lo cree intelectualmente, pero no lo siente así. Esa división entre la creencia prefabricada sobre la libertad y la experiencia personal de que algo falla preanuncia grandes desbordes sociales de los que el Este ha sido la avanzada. Desde luego que en las democracias formales no lo matan a Ud. en la calle por sus ideas (además, las ideologías han sido suficientemente descalificadas); tampoco le impiden que se pare en un cajón de gaseosas en cualquier esquina y explique su desacuerdo con el manejo de la cosa pública. Pero, vamos, si tiene que aceptar que vive en libertad porque no lo matan; porque puede tomar una Coca-Cola y luego pararse en su cajón para hacerle propaganda, queda la idea de libertad bastante reducida.
5.- ¿Cómo percibe la realidad latinoamericana actual y el sentimiento siempre presente de avanzar hacia su integración?
Creo que actualmente, las multinacionales no se oponen a la integración regional, de manera que esa tendencia es un hecho. También nosotros coincidimos en las direcciones integradoras y, además, saludamos un proceso de mundialización creciente. Pero lo que estamos discutiendo es el signo social que finalmente prevalecerá en la mundialización y, particularmente, en la integración de nuestra Latinoamérica.
6.- ¿Cuál es la postura y mensaje del Movimiento para la realidad chilena actual? ¿Cuál es el papel de organismos políticos como el Partido de los Verdes y el Partido Humanista?
El Movimiento defiende toda postura ideológica y política que permita al ser humano, en cuanto individuo y al ser humano en cuanto ser social e histórico, desarrollarse plenamente hacia la libertad. En ese sentido, el Movimiento no distingue entre personas que participan de diferentes concepciones políticas y religiosas. De hecho, se sienten parte del Movimiento gentes de distintas extracciones y militancias y lo son realmente en la medida en que luchen contra la discriminación y el autoritarismo. El Movimiento, por lo demás, es una filosofía de la vida, una sensibilidad y una aspiración optimista hacia un mundo mejor. En ese sentido poco puede indicar sobre los casos particulares de cada país.
En cuanto a organismos políticos como los que Ud. ha mencionado en su pregunta le diré que si bien reconocen su inspiración filosófica en el Movimiento, son ellos los que deben atender específicamente a las realidades de los países en que actúan. En ese orden de ideas, no veo mucha diferencia con lo que ocurre con internacionales como la Democristiana, la Liberal, la Comunista, la Socialdemócrata, etc., porque como Ud. sabrá, tanto los verdes como los humanistas han terminado por construir sus propias internacionales. Bien, ellos han triunfado ahora en la Concertación y en este proceso democratizador. Estamos ansiosos por ver cómo contribuyen ahora a dar el paso de una democracia formal a una democracia real y esto lo harán si saben escuchar y obedecer a su mandante que es el pueblo que los colocó en las funciones que hoy ocupan.
7.- ¿Cuál es el proyecto que usted propone para la humanidad?
Sería un exceso de mi parte hablar de la «Humanidad», más bien me limito a aportar un punto de vista respecto a un gran bien del que estamos tan carenciados actualmente. Me refiero a la Fraternidad… uno de los tres principios que inspiró a la revolución francesa y que ha animado lo más positivo de las grandes religiones: la hermandad humana. Porque si se habla de Igualdad y Libertad sin esa maravillosa solidaridad humana (esa potencia interna que hace que las acciones más verdaderas terminen en otro y no en mí), tal Libertad y tal Igualdad serán sólo formales dentro de un frío sistema jurídico y de una fría técnica económica y social. Esto que digo en torno a la solidaridad, no son sólo palabras, es un modo de vida y una práctica personal y social.
8.- ¿Su proyecto es político, científico, ideológico, místico, esotérico, etc.?
En primer término debo aclarar que no se trata solamente de mi proyecto sino de un proyecto común que venimos construyendo miles y miles de personas en todo el mundo. Y, son tantas y tan diversas sus actividades que necesariamente queda involucrado como interés todo lo que ocurre al ser humano en todos los campos. Parafraseando a otros, «nada de lo humano nos es ajeno». Pero volviendo a lo comentado antes le diré que, básicamente, el Movimiento más que una organización es un punto de vista sobre el ser humano, un sentimiento y una forma de vivir. Es algo integral en el que las actividades particulares están enhebradas coherentemente como las cuentas en un collar. Para nosotros importa la coherencia entre el pensar, el sentir y el actuar y todo lo demás, si no responde a esta coherencia (sobre la que tratamos de ahondar y mejorar cada día, habida cuenta de nuestros numerosos defectos), si no responde a esa coherencia, digo, es mera palabrería o burdo «pragmatismo» cuando no cosas peores. Pero si me apura en una respuesta corta, le diré que nuestro proyecto es un proyecto integral para el desarrollo del ser humano no considerado en abstracto sino en su existencia cotidiana. Es una nueva forma de vida personal y relacional.
9.- ¿Qué es el Movimiento y cuáles son sus fines principales para la humanidad?
Si no hubiéramos hablado de lo anterior yo debería responderle casi escolarmente, en estos términos: «El movimiento se define como la organización que interpreta las necesidades del ser humano y que produce los medios para avanzar desde el campo de la determinación al campo de la libertad. Trabaja por el desarrollo personal en función de la transformación social. Lucha por la humanización como fuerza internacionalista, antidiscriminatoria, solidaria y no-violenta. Desarrolla sus actividades a través de diversos canales de expresión y especificidad, coincidentes con su metodología y objetivos de fondo. En este sentido, el Movimiento estimula la creación de estructuras específicas en el campo social, cultural y político en una original proliferación de formas de acción y de enfoque». Pero hemos visto algunas otras cosas que hacen al sentir y al actuar del Movimiento.
Hoy parece haberse eludido la posibilidad de una confrontación nuclear como temíamos en la década del ’70 y esa era nuestra procuración principal. ¿Pero no existen otros peligros? ¿No hay acaso una polución y un desequilibrio ecológico crecientes? No hay un empobrecimiento veloz y acolapsante en Latinoamérica y Africa? ¿No hay un desencaje sicosocial e individual alarmantes que se expresan en multitud de formas que ahora sería fatigoso enunciar pero que todos y, a nuestra medida, conocemos? ¿No hay un conflicto creciente entre los localismos centrífugos y las regionalizaciones? Y si esos factores se aceleran, podrán controlarse a la hora de ponerse a trabajar en serio o ya se habrán descontrolado? Sin duda que esos son problemas que sobrepasan al Movimiento en su capacidad de resolución, pero son tan urgentes que éste no puede menos que hacer su esfuerzo y contribución esclareciendo sobre estas realidades.
Y aparte de esclarecer sobre los graves problemas que hoy aquejan a la humanidad ¿qué otra cosa podemos hacer que convocar a todos a participar de nuestro Movimiento para convertirlo en una gran palanca de cambio? Porque no es el caso de que se nos critique porque aún no tenemos poder de decisión, ese poder sólo estará en manos de los pueblos si los pueblos se deciden a apoyar estos puntos de vista que nosotros presentamos y si, además, lo hacen aceptando que es imprescindible organizarse en la dirección que proponemos. Si, en cambio, se participa simplemente de nuestro punto de vista, pensando en una suerte de espontaneísmo organizativo, las probabilidades de llevar a la práctica estas ideas se reducen al mínimo.
No somos ilusos bienintencionados, conocemos las dificultades que rodean a nuestro emprendimiento. Pero también, cada uno de nosotros entiende que la acción válida es aquella que se realiza con coherencia independientemente de los resultados, las más de las veces imprevisibles conforme enseña la Historia. Veamos, a modo de ficción algunos casos que hoy no resultan previsibles. ¿Qué ocurriría si el ejército se dividiera en China o en la U.R.S.S. y estallara en esos lugares una guerra civil. Cree Ud. que el conflicto nuclear no surgiría de pronto como una nueva posibilidad pero ya dentro de potencias que, necesariamente arrastrarían a medio planeta tras de sí? ¿Qué pasaría con el M.C.E. si una Alemania unificada decidiera modificar los términos de desplazamiento de capital e inversión hacia el Este en lugar de la Europa occidental? ¿Se mantendría mucho tiempo más Inglaterra dentro de la estructura que mencionamos? Si esto ocurriera antes de 1992 desde luego que daría un cuadro diferente a si se produjera más adelante. ¿Qué podría suceder con una desintegración de Yugoslavia? ¿No se comprometería todo el equilibrio inestable de los Balcanes? ¿No se revisarían las fronteras que surgieron a la desintegración del Imperio Otomano a principios de siglo? Y si ese fuera el caso, ¿a dónde llegaría tal revisión? posiblemente hasta Austria. Y si Afganistán y algunas repúblicas de la U.R.S.S. secesionaran de ella, ¿no se convertirían en poco tiempo en repúblicas musulmanas y tal vez, fundamentalistas? En todos los casos mencionados de Europa, quedarían las cosas como ahora o se producirían nuevos e inestables fenómenos bien diferentes a los que se prevén en estos momentos? Ni hablar de las transformaciones que podrían ocurrir en los sistemas políticos del mundo árabe. Ni hablar de desbordes sociales en Latinoamérica y, por otros motivos (aparentemente) en los países opulentos de occidente, tan estables y lanzados a un «progreso eterno», a un «fin de la historia» del conflicto.
Con los futuribles mencionados así, improvisando, no estoy tratando de pintar un futuro apocalíptico sino diciendo otra cosa: ¿no es verdad que hoy la aceleración del tempo histórico sorprende y sobrepasa? ¿No es cierto que hace un par de años, en general, no se esperaban estos cambios veloces? entonces, prepárese para lo que venga sea malo o bueno, porque también las cosas buenas pueden parecer horribles para quiénes estamos educados en un esquema de valores fijos como si estos fueran a-históricos. Estamos diciendo: la gente no está alertada ni está preparado su sistema nervioso para asimilar la velocidad del cambio. Esto traerá mucho infortunio y mucha tragedia y el abismo generacional será enorme. Pero, en fin, no dramaticemos. Digamos simplemente que hay que prepararse personal y socialmente para el cambio en el que ya está el planeta y del cual tenemos los suaves temblores del próximo terremoto… para mal o para bien. El Movimiento está preocupado por enfrentar positivamente este cambio y por capacitarse para estar a la vanguardia.
10.- ¿Qué papel cumple la religión y cuál es la posición del Movimiento al respecto?
Como hemos explicado, el Movimiento no hace distingos entre creyentes y no creyentes. ¿Pero en esta época inestable buscará la gente un refugio en la superchería creciente o canalizará su sentimiento religioso en una dirección positiva y fraterna? ¿Se radicalizarán los cultos oponiéndose ferozmente entre sí, como ocurría antiguamente, o se abrirán para dar lugar a lo mejor del ser humano? Si, también es tema de estudio del Movimiento el desarrollo del fenómeno religioso en tanto afecta a los individuos y los pueblos y sobre esto tiene una idea muy clara: bueno es el sentimiento religioso si contribuye a superar el dolor y el sufrimiento; bueno es si colabora con la vida; bueno es si da fe a la Ciencia en sus conquistas para elevar a la humanidad y bueno es si pone su oído presto a escuchar a Dios a través de la voz del pueblo que padece.
11.- ¿Cuáles son las fuentes del Siloísmo?
Filosóficamente hablando, el siloísmo debe mucho a la Fenomenología como método de pensamiento y a las corrientes existenciales, en general, por el acento puesto en la precedencia de la existencia a la esencia; en la toma de conciencia del primado de la vida humana sobre toda teoría o interpretación en la que el ser humano aparece en toda su dignidad de agente histórico y no simple paciente, o epifenómeno, o reflejo de condiciones objetivas. Por lo demás, también se siente tributario del pensamiento universal y no exclusivamente de una corriente próxima en términos históricos y geográficos. El Siloísmo no se siente Occidental u Oriental en su pensamiento, más bien experimenta que toca las raíces humanas de todas las latitudes y que es tocado y enriquecido por ellas.
12.- ¿Cuál es su visión del progreso alcanzado por la humanidad?
Es una visión un tanto trágica respecto de lo que ha pasado hasta aquí y sumamente optimista de las posibilidades futuras a partir de aquí. Piense solamente en los avances de la medicina y proyéctelos hacia adelante y creo que compartirá nuestro optimismo. Pero, atención, el destino del hombre se juega en un campo de libertad y elección. Creemos en la libertad humana, por tanto en su posibilidad de elegir mal su futuro. Trabajamos porque esa elección vaya en la línea de lo que ha posibilitado todo progreso: la lucha contra el dolor y el sufrimiento.
13.- A su juicio, ¿cuáles son los hitos históricos alcanzados por el hombre y hacia dónde lo lleva su desarrollo?
Creo que hay numerosos hitos, piense solamente en el lenguaje hablado y luego en la escritura. Piense en la domesticación de los vegetales y de los animales; piense en la sistematización del pensamiento científico; piense en la silenciosa acción de cientos de generaciones, del pueblo anónimo que con su trabajo y esfuerzo ha posibilitado la producción de gigantescas luminarias que hoy nos deslumbran en todos los campos del saber.
En cuanto a dónde lleva el desarrollo al ser humano, sólo creo percibir que lo lleva hacia un Destino muy grande y cósmico, sobre todo bondadoso, «concebido» para él antes de la creación del mundo, pero ese futuro está en sus manos, sólo en sus manos…