10 de Enero de1984
Revista Flash
(por Elsa Bragato)
“Para terminar con nuestros males debemos aprender a rechazarlos en paz, sin violencia”
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Marchas y contramarchas, arengas prohibidas, dos libros editados y profusamente distribuidos en todo el mundo. Un viaje en 1982 por Europa y Oriente con millones de adeptos al siloísmo: una propuesta que se basa en el pacifismo y en la entrega desinteresada a los demás, Silo lo dice en cada momento durante el reportaje: Eso ha sido, hasta el momento, el factor de aglutinación en torno de su figura. “No propiciamos ni líderes ni jefes. Sí tanta gente se nos ha unido (gusta de hablar en plural, aunque el sea el “generador” por excelencia de tales ideas) es porque lo que decimos está en la conciencia de todos, nada más”.
Sin embargo, el solo hecho de proponer ausencia de líderes, por ejemplo, propugnaría una serie de anarquismo muy idealista, dejando aquí de lado el origen violento, es decir, las “bombas”… Si no entiendo mal, usted propugna una sociedad capaz de movilizarse por sí misma a través de la evolución de los individuos que la componen. Algo realmente utópico, pero hermoso…
-Está bien lo que dice. El mismo Jorge Luis Borges se declara “anarquista”. Pero, retomando su afirmación, yo creo que la sociedad, a la larga, se va a encaminar hacia este tipo de forma de vida sin dirigentes. Hay muchos autoritarios que hablan: “A la larga, la cosa va a estar bien”. El problema no es “a la larga” sino “a la corta”.
-¿Y cómo se propiciaría una lucha “a la corta”?
-Es que el problema no reside en instaurar una sociedad paradisíaca sino en ir ganándole a la violencia, a la desigualdad social y a la desigualdad de oportunidades, por ejemplo, en forma gradual, paso a paso. Si hablamos en términos de “largo plazo” por supuesto ¡que cosa más desagradable que es el Estado!
La propuesta de la autogestión
-Alguna vez usted también habló de autogestión…
-Es cierto… El punto de autogestión, tal como encaró Tito de Yugoslavia, parece ser un mecanismo muy interesante, que funciona bien. Es claro que tal autogestión debe ser voluntaria. Pero también la puede haber a “presión”… La autogestión puede ser muy importante cuando la movilización de los obreros mismos pueda poner en marcha este tipo de producción. Pero habría que ver como es el contexto: qué va a pasar con la propiedad de los medios de producción.
-Este tema asusta a muchos porque se puede pensar en que todo aquel que tiene una casita propia se va a quedar sin ella…
-¡Nadie piensa en una cosa así! No se trata de eso. En realidad nosotros pensamos en esta etapa que estamos viviendo, que en la Argentina es posible la autogestión, que debería trabajarse más fuertemente por vía impositiva y fiscal. Por eso creemos que, en términos graduales, puede llevarse a cabo. Pero la cosa debe estar bien en claro; es un problema metodológico…
-¿De qué metodología habla?
-Fíjese: qué va a pasar ahora. ¿Van a salir de nuevo los sables? ¿Los golpistas? ¿O quiénes? ¿O se va a utilizar una metodología que tiene como base la voluntad del pueblo, el que -por presión- lleva a esta evolución? Por eso son necesarios los partidos políticos, los únicos medios de expresión que tienen las grandes fuerzas populares para la canalización de sus inquietudes…
El vacío…
Alguna vez usted habló de hacerle el vacío a los políticos. ¿Cómo concuerda esto con lo que recién hablamos, es decir, la canalización de las inquietudes populares a través de los partidos políticos?
-Es también una forma de participación. Por ejemplo, en el ´73 nosotros propugnamos el “contravoto”, pidiendo que no fuera proscripto Perón. Previnimos a la opinión pública que se avecinaban períodos de violencia. Y así sucedió. En determinados momentos -“a eso voy…”- hay que hacer el absoluto vacío porque es una forma de participación como lo fue el contravoto. Para graficárselo: en Tucumán le dieron la espalda al general Lanusse 50 personas. Inmediatamente se plegó el resto en señal de repudio… El vacío a determinadas formas políticas es una forma de manifestar el desacuerdo sin aplicar la violencia ¡Cómo no! Y la aplicó Gandhi… En aquel entonces no se hablaba de pacifistas… Recién ahora han empezado a surgir millones en Europa… Claro, cuando tienen la bomba sobre la cabeza…
La Argentina del futuro
Me gustaría conocer su visión respecto del futuro que ya hemos empezado a transitas los argentinos.
-Para ello debo hacer antes un poco de historia. Fíjese que, cuando cayó el fascismo en Europa, aparecieron aquí algunos elementos dentro del peronismo, aunque no todos… El peronismo se desarrollo haciendo reivindicaciones sociales. Fue algo que tiró hacia arriba en su momento. Pero no alcanzó su voluntad de proyección latinoamericana.
-Quizás lo quebraron…
-Sí. Lo quebraron. Y da la impresión de que el peronismo hubiera cumplido su ciclo de dinámica creativa. Ahora y para adelante, ¿qué vemos?
-Es mi pregunta…
-(Se ríe)… A nosotros nos parece que el peronismo va camino de la democracia cristiana… Se van a ir dando las condiciones para que ello suceda. Por otro lado, el radicalismo se encamina hacia una suerte de democracia cristiana. En síntesis: estas dos grandes fuerzas están inspirándose en la corriente mencionada y que va a suceder con los yanquis en este país.
-¿Qué piensa usted al respecto?
-Que va a seguir manejando sus intereses a través de grupos reducidos, oligárquicos. Pero no va a tener expresión política con suficiente fuerza. No perdieron el mercado económico, pero si el político, que ha sido ganado por corrientes europeas.
-¿De qué manera se relaciona esto con las referencias históricas que usted hacía antes?
-En que hay que tener cuidado; ojo, que no sea que termine en Europa una etapa y comience aquí. Le aclaro que no hay que ser ni tan simplista ni tan ingenuo, refiriéndome a lo que dije al comienzo, respecto del fascismo: no. El peronismo no ha sido fascista; sí, en cambio, aglutinó elementos fascistas.
-¿Cree que pueden repetirse etapas?
-Mire, sigo insistiendo en que no debe suceder un nuevo período desafortunado como hace 40 años. Si alguna de las dos grandes corrientes populares salta por sobre esos esquemas y con verdadero vigor se convierte en un movimiento nacional popular y con proyección latinoamericana, puede ser que la “rueda” se rompa. De otro modo, esta suerte de apéndice político europeo desgastado puede traernos problemas.
El latinoamericanismo.
-¿Cómo podría romperse ese círculo?
-No hay otra solución que el latinoamericanismo. Debe existir una integración latinoamericana y derribarse las barreras.
-¿De qué manera?
-Por ejemplo, hay que firmar un tratado de paz permanente con Chile, pensar en una auténtica integración de los pueblos. Acá se necesita una verdadera presión popular tanto chilena como argentina para la firma de este tratado de paz verdadero.
-Hablamos de derribar barreras. Todo ello necesita metodología… ¿Cómo cree usted que van a ser las siguientes etapas históricas argentinas?
-La primera es ésta, que ya estamos viviendo, la etapa de la democratización. Y creo que la corriente histórica va a favor. Los patrones del norte han advertido que la tesis del Pentágono no funciona como antes: no pueden abrirse tantos frentes. Deberán reducirse, en todo caso, a América Central. Esto ya lo saben en el Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Por eso, creo que hay muchísimas condiciones para que se instalen regímenes democráticos en América del Sur. Esto es una primera etapa: puede afirmarse, por ejemplo, un tratado de paz con Chile entre un régimen dictatorial como el de Pinochet, y uno democrático, como el de Alfonsín…
La Comunidad y sus funciones.
-¿Qué relación existe entre los miembros de “La Comunidad” y usted?
-Comenzó siendo un grupo de estudio. Cuentan con mi absoluto apoyo. Ellos son muy considerados al llamarme fundador. Pero es un término que me agrada compartirlo con cada uno de sus integrantes. En el manejo de la máquina, ellos lo hacen perfectamente bien…
-¿Cuál es la función de “La Comunidad” en esta nueva etapa?
-Si bien es minúscula, dará su apoyo crítico a este nuevo período. El primer paso ha sido el “servicio militar optativo”. La campaña la iniciamos el 1° de noviembre, ni un segundo antes para que nadie tuviera que pensar en nada “raro” ni en maquinaciones extrañas por parte nuestra… Ahora, ya en la democracia instaurada, la gente tiene que movilizarse diciendo lo que crea conveniente…
-Ustedes están reclutando firmas para presentar el proyecto, ante el Congreso de la Nación, sobre el “servicio militar optativo”. ¿No cree que hay otros temas candentes, quizás más, cómo el de los detenidos-desaparecidos?
-Sí, por supuesto. Pero para ello la Justicia tiene que empezar a funcionar debidamente, tal como lo indica nuestra Constitución.
-¿Cuándo viaja a Buenos Aires?
-Apenas me llamen…
Conclusiones
Silo, personaje enigmático, pocas veces abordado por la prensa, permitió todas las preguntas, aun las más insólitas… Y expresó su pensamiento sociopolítico paso a paso. Antilíder, anti “fundador”, pacifista, lanzó una propuesta en 1969 al mundo y desde entonces fue sistemáticamente “silenciado” a través de distintos mecanismos. Analizando sus respuestas y aunándolas con alguna declaración de la gente de “La Comunidad” nos encontramos con párrafos destacables: “Partimos de una ética existencial, nacida en el propio ser humano”… “Somos todos voluntarios”… “Defenderemos la ecología, pero siempre y cuando se comprenda en ella también al ser humano”… “Denunciamos los crímenes contra la Naturaleza, los seres vivos y los seres humanos”…
Puede ser que los sentimientos de paz y de convivencia sin “bombas” que la mayoría de los seres humanos tenemos, sean motivos suficientes para silenciar… Puede ser que pensar en repudios pacíficos y en actitudes solidarias sean razones suficientes para que las minorías se “agiten”… Todo es posible. Pero no hay que olvidar que los millones de seres humanos que habitamos este planeta no tenemos armas, no las queremos, no propiciamos fronteras ni tampoco ejército. Trabajamos para el pan nuestro de cada día. Y tratamos de vivir en convivencia… Sería bueno que los pueblos del mundo evolucionaran tanto que no fuesen necesarios ni líderes, ni gurúes, ni mesías.