Tucumán
7 de octubre de 1998
Reportaje a Silo
Por el periodista Koli Báder, para canal 5 de ATS

KB – La primera cuestión: todo el mundo lo conoce por Silo, pero cual es su nombre, sus títulos, o sus antecedentes…

S – Mi nombre es Mario Rodríguez, nací en Mendoza, tengo 60 años, 1,79 de estatura y (risa) ¡…y la presencia que se puede ver acá!. Ninguna cosa particular…

KB – ¿Profesión?

S – Fui educado en un colegio Católico y luego me dediqué a los trabajos comunes… Esos trabajos me ligaron a Tucumán, precisamente en su momento yo venía acá a comprar alcohol a los ingenios. Hice muchas incursiones acá hace mucho tiempo llevando alcohol que luego se fraccionaba en Mendoza para farmacias y para hospitales. Así que ese tipo de actividad ligada a Tucumán fue para mí muy interesante, un lindo recuerdo… y luego otras actividades, ¿no es cierto?, alguna fábrica de aceitunas negras en aceite, alguna cuestión ligada a los viñedos… y bueno, que también se fueron arruinando con la crisis económica que fue sufriendo la provincia de Mendoza. Así que esas han sido mis actividades. Otra actividad que me ha ligado a Tucumán, así como me ligó el tema alcohol en su momento, fue la publicación de algunas de mis obras. Acá en 1991también llegué a Tucumán a firmar en algunas librerías, algunos lugares, algunas de las producciones mías… He venido pocas veces en realidad a este tan lindo lugar…

KB – El nombre Silo lo conozco aproximadamente de hace 25 años. La pregunta es cómo nace y como crece su preocupación por los temas sociales, que es lo que desemboca en lo que Ud. Arma después todo un cuerpo de ideas.

S – En realidad es producto, ese pensamiento inicial, germinal, el germen, es producto de la situación de crisis que ya estaba viviendo el país, que estaba viviendo América Latina y que se veía deslizar por todo el mundo. Se comienza con pequeños grupos de estudios en Mendoza. Grupos de estudios en ciencias políticas, donde hay también la participación de algunos sicólogos, algunos sociólogos de la época. Y ahí empieza la investigación del fenómeno de crisis como le llamábamos. Es gente de distinta extracción política, ideológica; pero gente que comienza a tolerarse no obstante las diferencias, cosa que no sucedía en otros ámbitos. Las diferencias ideológicas ponían también una barrera de intolerancia muy grande. La característica de nuestros primeros grupos de estudio fue la tolerancia entre gente de distinta extracción, que veían el mismo problema y que lo investigaban desde sus distintos puntos de vista. Así comienzan los grupos allá por la década del ’60, época nefasta donde la dictadura militar se enseñorea en el ’66 y dónde se nos persigue cuando tratamos de exponer nuestro pensamiento y sobre todo las conclusiones a las que habíamos llegado con esos grupos de estudio. Eran conclusiones muy primarias, pero de todos modos aspirábamos a poderlas comunicar… Bueno, eso no fue posible, y ahí comenzaron los picotazos y los verdaderos problemas en ese momento, cuando quisimos exponer nuestro pensamiento.

KB – ¿Se puede decir que los orígenes del Movimiento Humanista está allí, en lo años ’60, ’70?

S – Sí, sí, claro… Efectivamente, ahí está. Luego con la persecución, todo aquello. Incluso con los encarcelados y deportados del país, la gente fue a distintos países. Particularmente fue a Europa, y particularmente en Europa fue a España y a Italia por la ligazón cultural que existe, porque bueno, muchos eran descendientes de españoles, o de italianos, en fin… Había una gran proximidad. Pero la diferencia con otros exiliados, en general… en general, y los exiliados que nosotros tuvimos, es que al llegar a otros países a esa situación tan triste de desarraigo, de desconexión… Bueno, los que han sido exiliados saben de que estoy hablando… Al llegar a ésa situación tan triste, no se quedaron, no se «enghettaron» por así decir, no se limitaron a estar entre ellos recordando su lugar de origen, sino que rápidamente comenzaron a desarrollar los mismos trabajos que estaban haciendo en su patria de origen. Eso fue muy importante desde el punto de vista de la salud personal de estos exilados y también fue muy importante porque se echaron las bases del desarrollo del humanismo como movimiento internacional. Al llegar a esos puntos y ponerse a realizar actividades similares a las que se hacían en sus lugares de origen, el movimiento se desarrolló.. ¡fue de un modo no querido!…(risas)

KB – Casi casual…

S – …Pero se desarrolló enormemente gracias a eso…

KB – Ud. Siempre fue referente del Movimiento en base a la constitución de un cuerpo de ideas que habría que resumir quizás en 3 o 4, si esto es posible, que dieron origen digamos a lo que después es un proyecto político.

S – Sí, claro, claro, sí… En gran medida he sido referente, y hoy suscita una cierta confusión entre mucha gente. Se piensa que el hecho de haber sido o ser referente ideológico en términos generales es lo mismo que ser referente político, y no lo es. Lo que pasa que en la Argentina no hay mucha tradición en esto. En otros países si lo hay, en Europa hay mucha tradición, en dónde los llamados ideólogos o los llamados filósofos políticos o pensadores políticos y demás, no son confundidos con el político práctico, no son confundidos. En cambio acá es un poco inusual el hecho de que gente que piensa en los planteos generales de un partido o de un movimiento, automáticamente es asociada con el político práctico que lleva luego a la práctica esas cuestiones y las lleva adelante. ¡No, no es así!. Entonces acá existe esa confusión y la gente como que parece desorientarse un poco al ver que alguien pueda pensar la cosa política y sean otros las gentes prácticas, las gentes que saben, las gentes del «oficio», las que llevan adelante la cosa. El Humanismo tiene ésa característica que no se ve en otros partidos. El Partido Humanista tiene esa cosa como ideológica, ese armado de ideas y por supuesto tiene su explicitación práctica y sus organismos y sus candidatos y bueno… y la gente que pone en marcha al Partido…

KB – ¿Cómo puede resumir Ud. en pocas ideas, o pocos puntos, el cuerpo central de ésas ideas?

S – Podríamos hablar no sé si del humanismo a escala de Movimiento Mundial o si en la situación particular que le toca vivir al Humanismo en Argentina….

KB – …Los principios filosóficos que inspiran tanto uno como otro caso…

S – ¡Ah, bueno!… Por lo pronto, el ser humano es un ser social como muchos reconocemos, que depende de la situación histórica, que se ve compelido a actuar políticamente, le guste o no le guste no lo puede eludir. Y se encuentra con que el nace en una situación que ya está armada, donde los caballos no están alineados en la misma línea, sino que unos han largado antes que otros y hay una gran disparidad, una cosa despareja en la situación de los seres humanos. Unos nacen en situaciones muy humildes, otros en situaciones muy opulentas otros nacen en un medio donde ya tienen en sus manos los medios de producción, otros no tiene nada. Entonces esta situación despareja social debe ser modificada. Se dice en la democracia, en las democracias formales en general, se dice que todo el mundo tiene los mismos derechos y las mismas obligaciones. Eso es una formalidad, porque en la práctica no tienen todos las mismas oportunidades, el Humanismo enfatiza en que las oportunidades sean iguales para todos, y no le dice mucho eso que tenga los mismos derechos y las mismas obligaciones, porque si las oportunidades son distintas, también terminan siendo distintos los derechos y las obligaciones. Esa es una idea muy importante: las oportunidades nos son iguales. La organización social es opresiva y debe ser modificada y crear condiciones para que todo el mundo tenga las mismas oportunidades. El capitalismo es una de las tantas formas históricas, no es una cosa natural como lo pudiera ser una piedra, una montaña, un río… Un fenómeno histórico que está en proceso de transformación que en éste momento ha llegado a la cumbre de sus realizaciones y está francamente entrando en un proceso de decadencia y de desintegración. Otro punto muy importante en las ideas del Humanismo es la diversidad… la diversidad. La diversidad de las etnias, de las culturas, de las formas de vida, y en la situación que se está viviendo este capitalismo decadente lo que está tratando es de homogeneizar todo, sin que existan diferencias entre los pueblos, entre las personas, entre las concepciones y demás, sin que existan diferencias y se refieran todos a un centro imperial. Es decir que este proceso de globalización que nosotros veíamos desde hace mucho avanzar, es un proceso mundial que se debe al capitalismo, sin embargo ha sido y está siendo manejado por el capitalismo para que la globalización tenga un punto de referencia que coincide con el imperialismo. Nosotros decimos que en la medida en que se siga concentrando ese poder, que en definitiva es la concentración de la banca, es la concentración del capital financiero internacional, es la concentración del poder político militar en pocas manos y demás, en la medida que suceda eso se va a tratar de esterilizar al resto de las poblaciones y a eso se le va a llamar «globalización» como si fuera un gran beneficio para la humanidad. Esta globalización esta tomando un signo que es totalmente destructivo, y vamos a la crisis mundial, se está viendo ya la crisis mundial en el bailoteo de las bolsas, en el desequilibrio financiero y va a ir pegando en todos los países, va a pegar lógicamente en el país nuestro…

KB – En los años ’60 y más adelante en los ’70 en momento en que nace todo este movimiento sin duda había una dicotomía que, falsa o verdadera, era la que los intelectuales discutían, que era capitalismo o socialismo. Es decir estaba ligado directamente a quien tenía los medios de producción: si era propiedades privadas o propiedades del estado. En las bases que yo he tenido oportunidad de leer del humanismo, en realidad no se cuestiona el capitalismo básicamente ni tampoco se socializa los medios de producción sino que hay un planteo, no sé si llamarlo «en el medio», de una especie de humanización del capital.

S – Así es, eso es exacto… Y ése es el planteo del Humanismo, y eso es lo que siempre trajo problemas al Humanismo con referencia a ésa dicotomía que estaba establecida. El juego era discutir ésos temas y el Humanismo sale con que no. Sale con la propiedad del trabajador por ejemplo. Si la empresa está por cerrar, si la empresa tiene dificultades, favorezcamos con créditos adecuados siempre y cuando ésos créditos favorezcan a la vez la tenencia de acciones del trabajador en la empresa. Entonces la empresa no cerrará, el trabajador seguirá se irá dueño de la empresa y todos contentos. Bueno, eso no se hace. Nosotros propiciamos la propiedad del trabajador en la empresa y tratamos de favorecerla, lógicamente eso requiere de un gran esfuerzo, de comprensión, de talento, de espíritu y de no dependencia de el sistema político en general. Pero si se favorece la propiedad del trabajador, se favorece al país, se favorece al individuo, se favorece a la colectividad y demás, ¡ése es nuestro planteo!. Lo que sí el Humanismo discute siempre y lo pone sobre el tapete es el tema de los monopolios: se trate de monopolio estatal o se trate de monopolio privado, para el caso es monopolio. Y acá hay que hacer saltar los monopolios. No se vaya a creer que por el hecho de haber privatizado algo que estaba en manos del estado, por el hecho de haberlo privatizado ha desaparecido eso como monopolio. ¡No!, ha pasado a un paraestado, que para el caso es una fuerza monopolizadora igual que la del estado. Acá lo que se necesita es la diversidad y el juego de fuerzas en todos los campos, también en el mercado. Supongamos el caso de la educación: el Humanismo dice: educación gratuita, universal, pareja para todos desde los primeros años de la infancia hasta la universidad. Educación gratuita, laica, abierta a todo el mundo… ¿Qué va a pasar con la universidad privada?, por ejemplo. Que los que quieran la universidad privada, hagan su universidad privada, vayan a la universidad privada, pero el estado no puede deshacerse de las universidades, y no puede deshacerse de poner al educación y la cultura al servicio del pueblo. Así que, hablemos de la medicina: Si algunos quieren tener sus hermosos hospitales carísimos, y cobrarse entre ellos lo que les gusten, que lo hagan; pero el estado tiene la obligación de manejar la salud al servicio de la población y hacerla llegar a todos los puntos. ¿Porqué motivo habría de existir una escuelita rural, porqué motivo habría de existir un dispensario público de salud si no es negocio. Los privatistas por ejemplo no tendrían porque poner una escuelita muy equipada donde hay 20 alumnos, tampoco tendrían porque poner un dispensario de salud porque no reditúa. Para ellos tanto la salud como la educación es un negocio más…

KB – ¿No hubo en algún momento – no sé si en Argentina, está claro que no – pero en algún momento en algunos lugares del mundo la socialdemocracia no planteaba en la práctica algo similar?

S – Lo plantaba. Lo planteaba en Europa, particularmente en Suecia. Pero los intereses de las grandes compañías y demás fueron debilitando esas posturas…

KB – Sí, hoy está siendo desmontada la estructura social que tenían…

S – Absolutamente, absolutamente. La socialdemocracia, particularmente en Suecia, tendió a un esquema parecido a éste. Y era un avance, un avance importante… ¿Y hoy que está haciendo la socialdemocracia? Bueno, se alterna con los conservadores en el poder pero sigue el mismo esquema y el mismo modelo… ¡esto va a ser una catástrofe como va!.

KB – Bien, yo conozco la propuesta política, me he tomado el trabajo de leerme el librito completo, y los 20 puntos en los cuales se centra la cuestión. Hay puntos netamente económicos que además no merecen la pena pues necesitan una explicación bastante profunda. Pero hay algunos puntos que apuntan casi a compartir ciertos principios con lo que se conoció como el Marxismo, digamos, de escuela. Es decir, no el Marxismo real de la Unión Soviética… Por ejemplo esto de la propiedad de los trabajadores, o el análisis de la sociedad en clases, que lo hace; algunos otros puntos relacionados con el papel del estado y la función que debe cumplir; digamos algunos puntos de fondo de lo que inspira una posición generalizada que parecen tomados del Marxismo casi en forma directa…

S – Sí, en realidad es producto del acervo cultural de occidente, no nos engañemos, también el Marxismo nace en un contexto donde ya existían muchas formas de socialismo. Incluso los llamados en ése momento Socialismos Utópicos tenían mucha fuerza, mucha potencia y hacían muchos planteos. Todos esos planteos pasaron al Marxismo y también han pasado a nosotros. Nosotros no caemos de Júpiter, sino que estamos dentro de ésa tradición, que va pasando a través de distintas etapas y que llega hasta nosotros. Cómo no va a llegar muchos planteos del Marxismos, muchos planteos del Socialismo Utópico, ¡claro que sí!. Y no hay ningún problema en reconocerlo, ¡esto es así!.

KB – En una época en que la «globalización» (entre comillas), ha traído el desprecio por las ideologías y el discurso éste del final de las ideologías y sobre todo se habla de fin de la historia, es decir como si fuera el fin de la lucha de clases, porque a eso hace referencia al principio de Carlos Marx. Y por otro se plantea como que esto ya es para siempre una forma idílica de vivir, la globalización. Que en algún momento la riqueza se ha de derramar sobre toda la sociedad y que todos vamos a vivir opulentamente y no como hoy que estamos comiendo de la sobras del almuerzo de los ricos, porque realmente de esto se trata…

S – Claro, ése es el planteo…

KB – Recupera el Marxismo la idea de utopía como algo necesario para el progreso de la humanidad, es decir, aquello que decía Althusser, ¿no es cierto?, de que «seamos realistas, exijamos lo imposible».

S – ¡Exacto! Y que era una de las proclamas del ’68, recordará, en Europa, particularmente en París, en el metropolitano de Roma, etc…

KB – Lo que Ud. está planteando, digamos, como posibilidad y como proyecto, suena utópico hoy día…

S – Sí, suena a utópico… Pero nosotros rescatamos lo utópico porque en la utopía están los gérmenes de lo que luego se verifica en la realidad. Incluso algunas variantes del Marxismo cometieron un cierto error al despreciar en su momento a las utopías. Consideraban que todo lo que no era marxismo… el tipo de marxismo que ellos tenían, por supuesto que el marxismo es una cosa mucho más amplia…

KB – Seguro, porque había un montón…

S – ¡Claro!… Consideraban que ése tipo de marxismo era único y que todo lo demás era utópico. Así se hablaba del socialismo utópico, del socialismo irreal, de que eran inventos de algunas cabezas, de que… Entonces no se hizo mucho bien al proceso con eso de despreciar ese fuerte impulso de las utopías. Pero eso ha vuelto a su nivel adecuado y hoy se está considerando más seriamente este fuerte impulso de las utopías. Antiguas o nuevas utopías, pero como una cosa muy importante a tener en cuenta y a sacar a flote. Ha cambiado eso, pero en su momento hubo una cierta tendencia como hoy tiene el liberalismo a despreciar todo lo que no es neoliberalismo, como si fuera utópico. Eso se ha enmendado hoy… ¡Pero bueno…!

KB – Si Ud. tuviera que decir cuál es el agente de cambio, digamos cuál de los dos es el agente de cambio; la discusión histórica creo yo a través de los siglos y con distintas teorías: ¿Es la sociedad la que cambia la que cambia al hombre o es el hombre que cambia a la sociedad?, ¿qué está primero?.

S – Yo no creo que se pueda platear en términos de causa y efecto. Hoy ha cambiado mucho nuestra visión sobre la naturaleza, sobre la historia, sobre las leyes que rigen las relaciones de los hombres con las cosas y estamos más en condiciones de hablar de una «interacción», como se diría en informática, de un «rulo», de una iteración de factores donde individuo y sociedad, sociedad e individuo se implican mutuamente. Entonces esto que estoy diciendo parece una salida tangencial a la pregunta: ¿es la sociedad o es el individuo?. No es ninguna salida tangencial el hecho de decir que no hay individuo sin sociedad, y no hay sociedad sin individuo y debemos poner esa realidad sobre el tapete y hablar no sólo de la sociedad sino también del individuo. No es una salida tangencial la mía para eludir el tema de qué es más importante…

KB – No, probablemente la pregunta está mal planteada…

S – ¡No!…

KB – Es decir históricamente, no quiero decir que la haya hecho mal yo, sino que los intelectuales han planteado siempre la discusión en éstos términos…

S – ¡Ah, bien!, sí. Y una dicotomía, y nos parece que no es el caso. Importa la sociedad, absolutamente, vivimos en sociedad, no podemos prescindir de ella… Importa el individuo, ése que cuando se levanta, se mira al espejo y dice: «¿Qué voy a hacer de mi vida?, ¿vale la pena seguir viviendo?, ¿vale la pena transformar el mundo?… ¿vale la pena transformarme a mí mismo?…»

KB – En el medio de ésta discusión de los intelectuales a través de los últimos 30 o 40 años de historia, hay una, vamos a llamarle, una tercera posición asumida fundamentalmente por varias religiones, pero en nuestro caso en occidente por la Iglesia Cristiana Católica, que a través del análisis de que el hombre es un ángel de naturaleza caída. Estima que la redención del hombre es más importante o es primero desde el planteo religioso que la redención social. La pregunta es si el hombre es un ángel de naturaleza caída o es realmente que nace caído y se transforma en un ángel por su actividad social.

S – Para Rosseau (risa) el pensamiento… En realidad el buen salvaje tiene buen corazón y necesita crear un tipo de contrato de relación entre los otros seres humanos para irse liberando. No es un ángel caído. Para la religión Cristiana en el fondo es un ángel caído que necesita la redención del espíritu divino a través de los dones del Espíritu Santo, a través de… En fin una cantidad de… Y para los humanistas el planteo no es tanto de redención ni de caída, el planteo es que el ser humano nace en situación, nace en el mundo, es arrojado de pronto al mundo, en ése mundo se encuentra, llenos de condiciones opresivas. Su primer modo de expresión es el llanto, es el dolor… Y su esfuerzo a lo largo del tiempo es por superar el dolor y el sufrimiento. El motor de la historia para los humanistas es la superación del dolor y el sufrimiento. Ese dolor y sufrimiento que comienza con las desigualdades sociales, con la opresión física, mental del ser humano, y que bueno, sigue trabajando y es el que ha dado en definitiva, la superación del dolor y el sufrimiento, la búsqueda de la superación de ése dolor es el que ha dado lugar a la civilización, al crecimiento del ser humano y es todavía con lo que seguimos luchando y vamos a seguir luchando, contra ésas desigualdades, contra ése dolor y sufrimiento. Y vamos a seguir progresando…

KB – Porque la historia siempre se hizo para adelante… hasta ahora no se conoció una época que fuera para atrás.

S – (entre risas) ¡Nunca! Por más que algunos piensen que se ha terminado esto. ¡Claro! A ellos les convendría que se acabara la historia: «¡Yo me quedé con el pozo, no se hable más, acá se levanta la sesión!» (risas).

KB – Gracias.

S – Gracias a Ud.