10 de Mayo de 1994
Entrevista a Silo en el programa: Punto Cuatro…
Televisión de Chile: Canal 13
Periodista: Nicolás Vergara

Buenas noches, hoy Punto Cuatro es especial. Es un programa especial de Punto Cuatro. ¿Por qué?, se lo contamos luego de conocer los titulares de los principales hechos informativos de hoy.

Antes de revisar los titulares les hablaba de que hoy era un programa especial en Punto Cuatro, es especial porque no analizaremos una noticia concreta en profundidad el día de hoy, sino que analizaremos un tema que ha sido noticia y probablemente tenga mucho que ver con la historia social de nuestro país.

Hay una generación de personas a la que la palabra Silo, nos imaginamos, les llamará profundamente la atención. Silo es Mario Rodríguez Cobos, el fundador del Movimiento que algunos conocieron como Silo y que hoy se ha transformado en otros movimientos entre los cuales se destaca el Partido Humanista, que inclusive tuvo un candidato presidencial en las últimas elecciones en nuestro país. Pero antes de conversar con Mario Rodríguez Cobos que ya está junto a nosotros, revisemos la nota que sobre este tema preparó el periodista de Punto Cuatro Juan José Laguna:

Para los jóvenes de los 90 el modelo de conducta exitoso a seguir está claro, salvo algunas excepciones, hoy son muy pocos los que ponen en duda los beneficios del libre mercado sino los esfuerzos para ocupar un lugar dentro de la llamada sociedad de consumo.

Sin embargo hace treinta años, para la juventud de los mediados del 60 la realidad era distinta. Eran tiempos de cuestionamientos intensos en todo el mundo, de reformas universitarias, de movimientos pacifistas a raíz de Vietnam, de ideologías emergentes, de la pastilla anticonceptiva y la minifalda. Además nacen la televisión y los Beatles, todos fenómenos controvertidos, vividos con euforia y frente a los cuales los jóvenes de entonces siempre adoptaron una figura muchas veces radicalizada.

En medio de este panorama aparece la figura y la doctrina de este hombre, Mario Luis Rodríguez Cobos, más conocido como Silo, nacido en Mendoza, Argentina en 1938.

Desde Punta de Vacas en medio del régimen militar argentino es donde por primera vez expone su filosofía que define como humanista y llama a la juventud a cambiar el mundo, abandonando todo incluido padres y familia, a los que culpaba el estado de cosas, a la revolución contra la sociedad y a unirse a la comunidad propuesta por él para producir el cambio, que pasaba no por la violencia sino por un cambio interior en las futuras generaciones. En ella está el poder, afirma.

Su pensamiento cruza la cordillera y en Chile aparece el manual del poder joven, escrito por uno de sus discípulos, en el que se habla de la revolución total, basada no en la lucha de clases sino en la generacional. Aunque sus planteamientos subversivos no eran precisamente novedosos, sacuden a la opinión pública nacional y encuentran adeptos especialmente en jóvenes descontentos del barrio alto, que se van de casa y se instalan en la comunidad.

Entonces se acusa a Silo de ser la principal amenaza en contra de la familia, del secuestro de jóvenes, de orgías que incluían sexo libre y uso indiscriminado de drogas. Las denuncias llegan hasta los tribunales de justicia, en los que resulta imposible comprobar la veracidad de ellas.

José Gabriel Feres (dirigente humanista-verde): Hubo mucha desinformación, sí había un momento histórico de mucha convulsión y los jóvenes no se iban de las casas por el siloísmo, había una dialéctica generacional muy candente en ese momento y había grandes desencuentros entre padres e hijos, y fue esa época que se iban los jóvenes de las casas. Ahora, atribuir al siloísmo en ese momento y al humanismo eh… como responsable de que los jóvenes se fueran de las casas nos parece una desproporción.

Enrique Lafourcade (escritor): La juventud estaba con necesidades de cambio, querían ser algo distinto que sus padres y sus abuelos, eran violentamente cristianos, carismáticos, violentamente Paz y Libertad, violentamente nihilistas pero, tomaban posiciones, tenían ideas.

Pasaron tres décadas de todo aquello y los herederos políticos de Silo, el Movimiento Humanista está presente en más de cincuenta países. Hoy Mario Rodríguez vuelve a Chile con cincuenta y seis años de edad para lanzar en el país su séptimo libro, Carta a mis amigos. Lo presentan esta vez, sin el mismo revuelo de antes, Valodia Teitelboim y el ex presidente de la cámara de diputados José Antonio Piedagayo.

P: Luego de la siguiente pausa entonces conversamos con Mario Rodríguez Cobos, más conocido como Silo.

PAUSA

P: Señor Rodríguez Cobos, en Chile, la palabra Silo, a fines de la década del sesenta y principios de la década del setenta estaba muy asociado y lo digo por mi experiencia personal a pesar de que yo tenía diez años en el año… o menos, nueve años en el año setenta, pero el recuerdo de haber visto paredes de colegios rayados con signos, con alusiones de «has el amor y no la guerra», eh… cosas por el estilo eran las que llevaron a que sobre Silo se tejieran una serie de mitos. Los que me gustaría en cierta medida ir descremando, ir analizando.

S: Como no.

P: Se habló en la nota del periodista Juan José Laguna y… José Gabriel Feres lo rectificaba, el que Silo propiciaba la salida de los hijos de las casas, ¿Silo propició… Silo, qué es Mario Rodríguez Cobos, propiciaba la salida de los hijos de las casas como una manera de modificar las estructuras burguesas que estaban destruyendo la sociedad de aquel entonces?

S: No, porque la realidad que se presentaba en esa época y luego se siguió acentuando, era justamente lo contrario, la familia se estaba destruyendo y en ese proceso de destrucción, que continúa, es al revés, el siloísmo ha tenido muy poco que ver. A menos que se le atribuya al siloísmo el haber destruido a la familia occidental y cristiana en todo occidente, ¡ésto no es así…!

P: No, pero estamos hablando de la realidad concreta del Silo de esa época, en que en forma concreta jóvenes, sobre todo de la clase alta chilena dejaron sus casas, se fueron a vivir en comunidades y produjo una ruptura…

S: Eso no fue así. Lo que ocurría en esa época revoltijada, que pasaba de todo, es que existían muchos movimientos contestatarios sin propuestas. El Movimiento en aquella época empezaba a articular sus primeras propuestas, y a ese Movimiento entraba y salía mucha gente, es decir que, no era de extrañarse que también pasara un hippie por la puerta y saliera por la otra, en esa época usted recordará, o le habrán comentado que existían todas esas tendencias contestatarias, por un lado el hippismo, algunos incipientes guerrillerismos, búsquedas místicas de todo tipo, era una gran época de contestación pero no de propuestas. En esa época donde no existían las propuestas, bueno, la gente circulaba por todos lados.

P: ¿O sea, esta suerte de confusión en que el Movimiento Siloísta era considerado hippie, era considerado afecto a las drogas?

S: Claro, nunca lo fue, nunca fue hippie el… y así terminaron las cosas efectivamente, del hippismo no quedó nada, del guerrillerismo no quedó nada, y el Movimiento en cambio ha seguido creciendo y desarrollándose. La mejor evidencia de que era una cosa diferente es la continuidad.

P: Yo recuerdo haber oído… antes de entrar en la continuidad… quedémonos todavía; quedémonos en esta época. Yo recuerdo oído hablar de la comunidad, un local en el cual «vivían» muchos jóvenes.

S: Bueno, ahí hay una confusión grande. Se trata de La Comunidad para el Desarrollo Humano. La Comunidad para el Desarrollo Humano es una institución social y cultural, inscripta en varios países y reconocida por Naciones Unidas. No se trata por lo tanto de una comunidad campestre, ni de un edificio.

P: ¿No había un lugar físico en el cual vivieron las comunidades…?

S: De ninguna manera. Lo que sí existían, siguen existiendo hoy, son lugares a donde la gente va y hace un encuentro en donde se desarrollan seminarios, donde se hacen estudios, pero bueno, la gente cuánto podrá estar en esos estudios, medio día…

P: ¿Entonces, los jóvenes que dejaban sus casas, no dejaban sus casas para integrarse a una secta?

S: No, pero de ninguna manera dejaron sus casas. Lo que seguramente recibió mucha gente que empezó a participar de estas ideas, es un impacto y un cambio en sus esquemas generales de vida, pero de salir de sus casas, de ir a comunidades que estaban en el campo…

P: Ahora ¿cuál es la diferencia entre cambios violentos de su estructura de vida versus el dejar sus familias y vivir de esa manera?

S: Hay diferencias muy grandes, por lo pronto hay diferencias de enfoque. Yo creo que cualquier persona, supongamos un ateo que se convierte al cristianismo recibe un impacto en su forma de vida.

P: No, por cierto, en su forma de vida.

S: Sin duda, pero no en esos aspectos…

P: ¿Pero, o sea, no había modificaciones en los hábitos prácticos, la gente seguía yendo a las universidades, no dejaba sus carreras?

S: De hecho hoy tenemos en el Movimiento una buena cantidad de profesionales, por otra parte tenemos parejas muy estables, gente con mucho…

P: Todavía no entramos en esa área, todavía no entramos en esa área pero vamos a entrar.

S: Quiero comentar ésto, ¿no?, de que nos atenemos a los resultados y los resultados han sido, nos parece, de los más positivos.

P: O sea, ¿ustedes atribuían a una especie de leyenda negra, el que se haya dicho que Silo fomentaba que la gente dejara sus carreras universitarias…?

S: Ni tanto. No creo que se haya tratado exactamente de un complot, creo que más bien es producto de la confusión de esa época donde la gente de más edad, los adultos, sentían de pronto el despertar de una nueva generación que tenía hábitos de vida, conductas, formas de expresión totalmente diferentes. Yo creo que cundió una suerte de histeria, y… y que claro, ahí se mezcló todo. No creo que sea más que eso.

P: Silo hoy tiene algunas raíces políticas como es el caso del Partido Humanista en nuestro país, pero en ese entonces existía la tendencia a asociarlo a los movimientos de izquierda, a quienes hoy llamamos seguidores de la ideología marxista. ¿Eso forma parte también de la…?

S: Siempre ha estado muy cerca de las tendencias de izquierda, el Humanismo, ésto es bueno decirlo claramente y la relación con gente del Partido Comunista, del Socialismo y demás ha sido de muy buena en general.

P: Mi pregunta va concretamente a la década, a la época que estamos analizando.

S: Bien.

P: Porque en este caso, y me recuerdo… y lo vimos en las imágenes, el Manual del Poder Joven estaba hecho de rojo y negro, los mismos colores del MIR, del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, entonces el Movimiento más extremo, los mismos colores que usaron después los sandinistas en Nicaragua y que ya usaban en aquel entonces. Entonces, no hay una asociación ya más militante, más activa.

S: No, no exactamente…

P: ¿O estamos hablando de una simple coincidencia de colores?

S: Sí, es posible. Porque lo que ocurría en la práctica es que no existía mucha comprensión si bien había cierta simpatía generacional, por así decir. Nunca las cosas estuvieron bien en aquella época con la izquierda más o menos oficial. Las relaciones no eran muy buenas por razones yo diría…

P: El MIR no es la izquierda oficial, era todo lo contrario.

S: De algún modo, de algún modo era una izquierda reconocida de todas maneras.

P: Pero era una izquierda extremista que planteaba la lucha armada para la asunción del poder.

S: También hubo sectores entre ellos ¿no es cierto?, sectores muy radicalizados y sectores más moderados, pero bueno, digamos que esa es una discusión.

P: El tema no es el MIR, en nuestra conversación de esta noche.

S: Exacto. Bueno, pero el tema es este, había diferencias ideológicas muy importantes en aquella época y yo recuerdo que al Movimiento se le atribuía el hecho de que siempre trabajara con elementos de análisis en base a la dialéctica generacional y demás, se le atribuía desde la izquierda tradicional, un cierto desviacionismo según decían ellos, este Movimiento pretende desviar la revolución que va en una dirección, que es la dirección que plantea la lucha de clases, la pretende desviar hacia una dialéctica generacional.

P: Claro pero, dentro de…, quedémonos en ésto, ya vamos a seguir seguramente, pero quedémonos en ésto un segundo más. Otro de los elementos en los cuales se plantea una relación con las ideas de izquierda, con el marxismo era que Silo logró, como ningún movimiento, penetrar la juventud de la clase dominante, la juventud de la clase alta en nuestro país. Y entonces había quienes justificaban, quienes… no justificaban sino establecían un vínculo entre ustedes, quienes eran capaces de modificar las estructuras desde adentro en la clase alta, por la vía de destruir la clase alta.

S: ¡Ahaaaa! Bueno, muy elaborado eso. No, desde luego que no eran así las cosas. Nosotros hacíamos nuestro trabajo, nuestra forma de tratar de desarrollarnos …

P: Pero no era… trabajo desde el momento que se lograba desarticular una clase social, si se hubiera logrado desarticular una clase social no hubiera funcionado el plantear la lucha de clases.

S: No creo que estuvieran dadas las condiciones para semejante cosa y el objetivo no era de tipo clasista, el que planteaba el Movimiento ni lo es ahora tampoco. Por otra parte tal vez haya tenido mucha relevancia el hecho de que algunos miembros hayan sido de la clase alta, pero no nos engañemos, la gran mayoría de la gente del Movimiento fue y es de clase media y baja.

P: Si pero, por eso me… porque curiosamente yo tenía la impresión completamente contraria.

S: Entonces podemos suponer que algunas campañas han sido orquestadas por la clase alta.

P: Porque la impresión que yo tenía era que Silo era un Movimiento muy clasista en Argentina.

S: Claro, claro, es probable entonces que ya que…

P: O sea, la creída campaña que me estaba diciendo usted de la…

S: No, es probable que haya tenido algo que ver eso, porque de hecho el Movimiento siempre ha sido compuesto por gente de clase humilde.

P: Yo recuerdo haber oído gente mayor, bueno eran jóvenes en aquel entonces pero eran mayores que yo, que hablaban de este profeta, que yo me lo imaginaba, y le soy muy honesto, me lo imaginaba que venía de Mendoza, iba a cruzar la cordillera, en aquel momento era una cosa como media mística. ¿Había una… usted alguna vez supo que hablaban de usted como el profeta?

S: Ah sí, claro ¿cómo no?

P: Pero ¿usted fomentaba eso, o usted consideraba que era, esa era su idea, usted en algún momento se sintió un profeta?

S: En realidad nunca hubo oportunidad de debate, este fue un debate de solo una parte, es decir, tocaba una sola campana. Normalmente, usted dice, el siloísmo ha sido muy debatido, muy debatido entre otros, es decir, se sientan dos personas y discuten en torno al siloísmo, pero desafortunadamente nunca hubo las oportunidades que hay ahora, donde uno mismo puede conversar, discutir y todo aquello. Esas oportunidades no se nos dieron en su momento.

P: Entonces, ¿esta imágen del profeta era producto de esta campaña…?

S: Y yo creo que todo lo que era mal visto en aquella época se nos atribuía. Si en aquella época estaba mal visto el hippismo, el guerrillerismo, el profetismo y todos esos «ismos» pues nada mejor que atribuírnoslo a nosotros.

Ahora, me parece poco coherente que una persona o un grupo de personas pueda ser todo eso al mismo tiempo.

P: No, no, pero yo estoy hablando desde mi óptica personal y tenía diez u once años.

S: No, desde luego.

P: Que oía hablar de este personaje que iba a cruzar la cordillera y que me imaginaba que cruzaría con las alas digamos…

S: Yo también lo oí, yo también lo oí y además lo leí.

P: ¿Entonces pero… entonces esto no era algo buscado por ustedes?

S: No veo que interés hubiera podido tener tal cosa.

P: Me llamó la atención, y estoy jugando al mal pensado…

S: Me parece bien.

P: Me llamó la atención en este libro que usted viene a lanzar, Cartas a mis amigos, el que estemos hablando de la primera carta, la octava carta, la décima carta…, me olió tanto a las cartas de los evangelistas, eh….

S: Y eso es posible por el tipo de educación que nosotros hemos recibido. Parece que las cartas las hubieran inventado los evangelistas. Nosotros sabemos que las cartas a Nicómaco, en la… Nicómaco de Aristóteles era una cosa conocida en la época, las cartas de Séneca que son ciento veinticuatro, a sus discípulos son numerosísimas. Y las epístolas, las epístolas son un caso más de las cartas que han escrito tantísima gente en el mundo hasta llegar a las cartas abiertas en las que hoy, cualquiera escribe una carta abierta, la dirige a un funcionario o la dirige a un gobierno pero con la intención de que tenga gran difusión.

El recurso literario del escribir cartas me parece que no es atributo sólo de…

P: Pero la organización, primera carta, segunda carta, eh… casi me sentí como siguiendo una liturgia.

S: No me diga.

P: Esa fue la sensación, fue la sensación de esto que hoy es el Movimiento Humanista. Seguimos conversando con Mario Rodríguez Cobos luego de la siguiente pausa.

PAUSA

P: …a fines de la década del sesenta y principios de la década del setenta, por ejemplo, fueron las drogas.

S: Bueno una de las consignas más usadas por nuestros amigos en aquella época, en la época de los rayados de paredes era: «las drogas son el sistema», es decir…

P: Eso no me acuerdo haberlo visto en Chile, puede ser que en Argentina, pero…

S: Las drogas son el sistema, es decir, siempre se pensó que una forma de adormecimiento de las nuevas generaciones, claro. Y sigo pensando algo parecido.

P: Pero, en Chile es tan discutido hoy por ejemplo, ya una… actual, la legalización de la marihuana. ¿Ustedes en ese entonces y hoy día son partidarios de que se legalice la marihuana?

S: Debería legalizarse siempre y cuando se haya hecho una campaña previa de esclarecimiento a través de estos medios maravillosos de los que hoy disponemos, en donde quede muy en claro para la población de qué se trata. Porque legalizarla simplemente sin esclarecer a la gente en torno a las consecuencias de su uso puede ser problemático.

P: En este libro usted plantea en varios pasajes, debo confesar que no lo leí entero pero sí puedo avanzar sobre bastante de los temas, de que el ser humano es dueño de su destino, creo que no me haya equivocado el interpretarlo así de esta manera. ¿Este ser dueño de su destino lleva a que pueda disponer absolutamente, por ejemplo de su cuerpo, me refiero concretamente al aborto y a la eutanasia que son temas que forman actualidad?

S: Siempre y cuando no perjudique a otros, claro. Porque…

P: Pero, en el caso del aborto estaríamos…

S: El primer principio para nosotros es: «Trata a otros como quieres que te traten», ¿no es cierto?

P: ¿Pero en el caso del aborto por ejemplo, se perjudica otro a su juicio o no?

S: Sobre el aborto, por supuesto no somos partidarios del aborto, de lo que sí somos partidarios, es de que sí exista una ley muy clara, en donde las condiciones en que se produce el aborto estén muy claramente delimitadas.

P: ¿Pero cuál es la diferencia entre que se legalice…, que se legisle versus ser contrario o partidario?

S: Absolutamente, ¿quién podría ser partidario del aborto?, ¿a quién le gustaría que se produjera el aborto?

P: No, lo que yo dije, yo soy contrario al aborto siempre y cuando no se den tales condiciones.

S: Es que es muy distinto decir usted es partidario del aborto a decir, usted es partidario de una ley que regule las condiciones del aborto, es muy distinto.

P: A ver, no, no capto la diferencia.

S: Y bueno es más o menos como decir usted es partidario de los criminales, es una cosa diferente a decir, usted es partidario de que haya una ley de punición de los criminales. No, yo creo…

P: Estoy de acuerdo, pero a ver, obviamente estamos absolutamente de acuerdo en este concepto.

S: Claro.

P: Pero no estamos hablando de una ley que penalice el aborto, porque el aborto está penalizado prácticamente en casi todas las legislaciones.

S: Sí, sí, claro…

P: Estamos hablando de una ley que regule el aborto, es decir, que justifique su práctica.

S: Creemos que hay condiciones importantes que deben ser tenidas en cuenta.

P: ¿Como cuáles?

S: Yo creo que hay violaciones, hay enfermedades graves que van luego a traducirse en desordenes orgánicos del niño que nazca, creo que hay situaciones muy difíciles que deben ser contempladas en esta sociedad, porque sino vamos a tener el problema opuesto, que se va a producir esa ilegal intervención quirúrgica, donde los casos son cientos de miles en el mundo, que traen terribles consecuencias personales y sociales.

P: Pero esas consecuencias sociales… ¿se justificaría el aborto en lugares en los cuales los recursos naturales, los recursos no dan para alimentar a una población creciente? ¿usted cree que se justifica el aborto en ese caso?

S: Yo no creo que ese sea el caso, yo creo por el contrario que esas condiciones sociales han sido producto de una administración económica, o tal vez de todo un complot internacional para dejar a esa área en malas condiciones. ¿Cómo podríamos justificar el aborto ahí? Yo creo que…

P: O sea que… usted justificaría…

S: O sea, no creo que haya que esterilizar a India.

P: ¿…?

S: ¡De ninguna manera!

P: Porque una cosa u otra, un sistema u otro, encubierto son los métodos de control de la natalidad.

S: Ah, por supuesto, por supuesto. Y yo creo que éste es uno de los trucos que tiene este sistema inhumano que hoy va controlando la situación mundial.

P: ¿Entonces usted se opone a los sistemas indiscriminados de control de la natalidad?

S: ¡Absolutamente!

P: ¿Qué sistema de control de la natalidad ustedes sugerirían o recogen?

S: Yo creo que en vez de replantearse el tema del control de la natalidad hay que plantear el tema de la redistribución de la riqueza. ¡Ese es el tema!

P: Pero son utopías, es una lejanía.

S: Bueno no se, como se están planteando hoy las cosas, por la aceleración del mundo de hoy, donde el ochenta por ciento de la población mundial está en los niveles,… hum, en los niveles aceptables de vida y por abajo de esos niveles, yo creo que estamos llegando a un punto de explosión no de utopía. Acá están por explosionar muchas sociedades que están por abajo de las condiciones mínimas de vida.

P: ¿Y cuál es la alternativa humanista a esta explosión que usted vaticina que viene?

S: Bueno, dejando de lado el tema entonces del control de la natalidad y demás que nosotros…

P: No, no lo dejemos de lado, si queremos hablar de él, ahondemos en él.

S: Sí, yo creo que valdría la pena ahondar en ésto porque nosotros no estamos proponiendo que se controle la natalidad en los pueblos de menos recursos; estamos proponiendo que cambie la situación económica, es decir, las cosas son muy distintas en nuestro planteo, ¡no hay que controlar la población!, ¡acá hay que controlar el sistema económico!

P: ¿Pero el control de la natalidad entre quienes no tienen ninguno de estos problemas, entre las pocas sociedades que han logrado solucionar los problemas, usted cree que se justifica?

S: Yo creo que en todos los casos se justifica una situación muy dolorosa y que no tiene salida, ni para la madre ni para el hijo. Es decir estamos hablando de casos de enfermedad grave, estamos hablando de violaciones y estamos hablando de cosas que andan en ese campo.

P: ¿Son los únicos casos en los que ustedes aceptarían la existencia de la legalización del aborto?

S: Sí, habría que contemplarlo seriamente a este punto. Por otra parte en cuanto a la vida humana, nosotros tenemos diametrales puntos de vista con otras corrientes. Hay corrientes que sostienen que el ser humano nace en el mismo momento, es decir, toma existencia en el mismo momento en que se gesta.

P: Una concepción.

S: Claro, para nosotros no es así.

P: La concepción de la iglesia católica.

S: Claro, para nosotros no es así.

P: ¿No, cuándo…?

S: No, de ninguna manera. En el momento del nacimiento. En el momento en que el ser humano se manifiesta en el mundo, es decir, de acuerdo a nuestra concepción teórica de que el ser humano es un ser abierto al mundo y a la sociedad, en ese momento se produce el nacimiento.

P: O sea, ¿en el mes ocho…, en los ocho meses veintiocho días no hay vida?

S: Si que hay vida, pero no estamos hablando de vida humana.

P: ¿No hay un ser humano?

S: El ser humano se va constituyendo y el ser humano es un ser histórico y no un ser con naturaleza.

P: ¿Pero que diferencia tiene el ser del mes…, el que nació al ser que tiene un día?

S: Cambio de medio.

P: ¿Y el cambiar de medio lo hace un ser humano a un ser animal, dice usted?

S: No, lo hace un proyecto humano en todo caso, es un ser animal que puede convertirse o no en ser humano. El nacimiento para nosotros es la parte fundamental de cambio de medio en donde el ser humano se abre al mundo en el momento de nacer.

P: Pero entonces bajo esa óptica sería perfectamente justificable el aborto en cualquiera de las etapas del embarazo, ya que no estaríamos en presencia de un ser humano.

S: Así es.

P: Y si lo que estamos preservando es el valor de la vida, de acuerdo a su punto de ver ¿no hay vida?

S: Sí que hay vida, lo que no hay es ser humano.

P: No hay vida humana, no hay un ser humano. Por lo tanto la madre, estaría en presencia de algo tan cercano a ella como podría ser un tumor o algo por el estilo y podría disponer de él.

S: De ninguna manera porque hay un proyecto, toda madre que quiere tener un niño está pensando en un proyecto de vida.

P: Y la que no quería, el embarazo no deseado.

S: Y la que no quería tendremos que ver que es lo que dice la madre y tendremos que llamar a un gran debate y las mujeres tienen que ocupar el lugar central de ese debate en torno a esos problemas. Yo creo que esas cosas no hay que ocultarlas.

P: A ver pero…

S: Hay que presentar un gran debate.

P: Ok, pero no vamos a tener un gran debate entre cada madre que queda embarazada…

S: No, pero podemos tener mucha representación de la mujer en un debate debidamente concertado.

P: Pero estamos… como no tenemos mujeres presentes, no podemos armar un debate sobre el tema ¿cuál es su opinión respecto a esa situación?

S: ¿A cuál?

P: Al embarazo no deseado, la madre que concibe un hijo sin desearlo, que concibe un hijo que le puede producir problemas a su status, a su condición de vida, a su calidad de vida posterior, por último a su proyecto de desarrollo personal.

S: Yo creo que ésto hay que contemplarlo en una ley de aborto.

P: O sea, no estaríamos frente solamente a la violación, a la enfermedad grave, causas que podrían ser discutibles desde muchos puntos de vista pero por último serían, estarían…, también ¿el simple deseo de la madre, podría llevar a interrumpir un embarazo, y eso lo justificaría?

S: Creo que se justificaría, sí, se justificaría. Habría que verlo en concreto ¿no?

P: ¿Pero no estamos en presencia de una sociedad facilista, yo tengo hijos solo cuando quiero y solo cuando me sean funcional?

S: Bueno, ¿y qué otro principio podría oponer usted a eso?, en la situación actual en que vivimos ¿qué otro principio podría oponersese a eso?, ¿o no tiene la gente hijos porque quiere los hijos? Yo tengo hijos porque quiero tener hijos.

P: No, yo tengo hijos porque quiero tener hijos y tengo tres hijos porque quería tener tres hijos y espero tener más hijos.

S: Y eso en horabuena.

P: Pero es una posición personal mía.

S: ¿Y no podremos decir de eso que es una posición facilista, hacer lo que uno quiere hacer?

P: ¿Pero no decimos que la sociedad está llegando a términos, está llegando a una situación de conflicto en la sociedad en términos de caos porque la sociedad se ha convertido en hedonista, en buscar la satisfacción fácil, que es lo mismo que hedonismo?, ¿no estamos en presencia entonces de una forma de hedonismo en que la madre sea capaz inclusive de decidir sobre si va o no a permitir que nazca el hijo que ya concibió?

S: ¿Y quién va a decir en oposición a eso? Si no decide la madre ¿quién va a decidir?

P: Bueno, en el planteamiento de que la criatura que está en el vientre materno no sea un ser humano, nadie. Pero si lo miramos desde el punto de vista de que la criatura sí pueda ser un ser humano…

S: Es que ese es un tema muy serio de discusión, con el que no coincidimos nosotros. Nosotros tenemos un punto de vista muy diferente al que tienen otras corrientes.

Hay quienes dicen que en cuanto se unen dos células tenemos un ser humano. Nosotros decimos que ésto no es así.

P: Bueno, es una diferencia bastante radical con el pensamiento cristiano occidental

S: Sin duda que es radical.

P: ¿Qué otra materia como ésta ustedes están absolutamente contrarios al pensamiento cristiano occidental?

S: No creo que seamos contrarios, simplemente desarrollamos nuestra propia vía, si coincidimos o no…

P: Por ejemplo, en la sociedad cristiana occidental, nos queda muy poco tiempo pero haber si podemos desgustarlo…

S: Entiendo.

P: Basa toda su lógica de vida en la existencia de vida después de la vida. ¿Ustedes creen que existe un más allá, ustedes creen que hay vida después de la vida?

S: Nosotros dejamos eso a la conciencia de cada persona.

P: Pero cambia fundamentalmente la manera de obrar en esta tierra ante la perspectiva de eternidad versus la perspectiva de una vida finita.

S: No me cabe la menor duda de que cambia mucho, pero nosotros no podemos impulsar un determinado paisaje de cielos o de infiernos sino que dejamos que la gente, libremente, escoja el pensamiento que mejor le convenga.

Personalmente yo soy más bien una persona de tendencia religiosa, más bien diría un creyente, por darle un nombre, pero yo de ninguna manera he tratado de influir en ese campo sobre otros.

P: Mario Rodríguez Cobos, Silo. Para mi es curioso ver que puedo conversar con él, que es un ser humano como cualquier otro.

Debo confesar que tenía una visión de el muy distinta, una visión de este ser, que en mi imaginación pre-adolescente, cruzaría la cordillera con alitas.

Esperamos haber contribuido en algo a quienes vivieron a fines de la década del sesenta y principios de la década del setenta, toda esta revolución planteada por Silo en aquel entonces y hoy se manifiesta en movimiento tales como Partido Humanista. Le tenemos que agradecer…

S: Y yo le agradezco a usted y al canal la oportunidad que me ha dado.

P: Gracias a ustedes por acompañarnos y nos juntamos mañana con la noticia del día, en profundidad en Punto Cuatro.

Buenas noches, muchas gracias.