Toda realización empieza después del fracaso reconocido, se rescatan las mejores experiencias y se empieza con seriedad la autognosis. Así se irá produciendo una suerte de alquimia verdadera ya que tenemos a la conciencia como medio y al Yo como artífice. Cuando se deja el simple estar-en-el-mundo, desadhiriéndose del mundo fenoménico y conectándose con el Yo-Profundo, la realización personal da sus primeros pasos. Como es natural, este desapego de la periferia y contacto con el nuevo proyecto de autognosis, produce un primer caos, una primera confusión, insistiendo en el proceso vendrán luego las primeras distinciones y las primeras definiciones.
Todo este paso es una etapa oscura, por falta de luz, y por ser el color negro el que atrae la luz. Es etapa de absorción, de incorporación de nuevos elementos y de primera crisis.
La segunda etapa será más activa, de rebelión ante el medio, y de saltar de la crisis hacia nuevos estados progresivos. Es una etapa roja, de acción, de confrontaciones, de luchas, de fricción interna y en el medio. Se hizo una activación fuerte pero ya con elementos propios además de los ajenos. Es también propio de esta etapa circular por todas partes, adentro y afuera, a fin de ir rescatando los elementos positivos. Así al finalizar la etapa, es posible formar algo más perdurable.
La tercera etapa deviene en sedimentaciones y esclarecimientos con lucidez, por eso: blanca, por contar con la luz del entendimiento y más tarde proyectarla. Así se está en condiciones de hacer una segunda compenetración, más aplicada y profunda para con las cosas del espíritu, así este se des-confunde de las impurezas que antes lo asfixiaban e impedían su señorío. Haciéndose ahora entonces una conversión en un nuevo individuo, en una nueva identidad, y que por todos estos hechos se podrá multiplicar en mil y un gesto de obra Mayor.
Insistiendo en esta metódica de exponer sinópticos pedagógicos hacemos la salvedad de que no suceden así precisamente los fenómenos que nos ocupan, sino que emprendemos la tarea de aproximarnos, considerando también un margen de error y equívoco.
Etapas tangibles en la autorrealización y su extensión exterior. (1)
Etapa negra
O de conciencia menor y crepuscular. Caracterizada por la dependencia a los acontecimientos propios y del medio. Etapa con 4 características:
- Condición (o sumisión a las condiciones creadoras).
- Fusión (primer caos entre “lo nuevo” y lo natural).
- División (separa “lo mejor” de lo peor).
- Disolución (disolver la impureza y definir lo que importa).
Etapa roja
O de mediana conciencia. Caracterizada por los primeros intentos de independencia y de autodesarrollo. Etapa de fricción con el medio.
- Activación (dinamización del letargo y de la inercia).
- Circulación (rescata “lo mejor” de todas partes).
- Precipitación (sedimenta “lo mejor”).
- Formación (con esto en la mano ya se construye).
Etapa blanca
O de mayor conciencia. En el umbral de la independencia y en vías de total liberación. Etapa del espíritu.
- Compenetración (inmersión en “nuestras cosas”).
- Des-confusión (único proyecto, único destino).
- Conversión (transformación de la identidad).
- Proyección (multiplicación de “lo mejor”).
El proceso también admite fijaciones y regresiones, amén del progreso en él.
Si de alguna manera hemos comprendido aquello del Yo-Profundo, del ensueño entorpecedor y de la posible conciencia de sí, de la esencia y de la personalidad, y de cómo al desarrollarse lo esencial: la conciencia y el Yo-Permanente, ocurre que la periferia, el ensueño y la personalidad van quedando progresivamente como residuo al dar lugar a otro fenómeno, al fenómeno del hombre liberado; podremos sin duda comprender también esto de la realización y del proceso insinuando, e incluso podemos encontrar en el esquema sugerencias y guías significativas. Sin entender que tal proceso se dé aislado en la intimidad, sino que por la intencionalidad del Universo y de la estructura de este, que es también la de la conciencia, tal realización se hará simultánea en un hombre y en muchos, en su biografía y en la historia de todos, en la Historia de la conciencia, que es la del Universo.
(1) Ver Proceso Poético en “Poética Menor”, de H. van Doren.