Es el caso singular de hombre que se encuentra no integrado y dividido interiormente. La fórmula: «piensa en una dirección, siente en otra y actúa en otra diferente” lo enuncia suficientemente.
Se trata sin duda de una fragmentación habitual que a veces se exagera peligrosamente, que no permite cohexionar intereses con creencias, actitudes con ideas; en ocasiones por deficiencia personal y en otras por reflejo del contorno, de tal modo que no cuenta con el liderazgo de su propia vida, sino que los hechos, los demás o el accidente eligen por él.
Las distintas experiencias se memorizan de modo anacrónico y diferenciado, sin establecer relaciones globales y sintéticas, perdiendo la oportunidad de de un salto cualitativo en una ordenada forma de aprovechar la experiencia biográfica, histórica y la acción biológica.
Por otra parte, la siquis, que podría actuar sobre el mundo, también aparece irrelacionante y estereotipada en un camino de desintegración.
A efectos de comprender este caos habitual, surge el ensueño, dando un mínimo de orientación a la vida. Sabemos que estos ensueños fluctúan hasta que uno toma mayor importancia y se conforma en núcleo. polarizándose en una dirección y en un clima que le son propios. Alrededor de este núcleo girarán los demás, conservando la misma forma que en el átomo. Cuando la diferenciación de le: «partículas“ (en este caso ensueños, creencias, actos) aumenta su desorganización, la orientación mínima tiende a interrumpirse haciéndose posibles tres vías diferentes:
- o bien aparece otro ensueño como reemplazo del núcleo desgastado o
- la alteración síquica aumenta en manera progresiva (desde pérdida del hilo mental o de la memoria, hasta la manifiesta desintegración) y
- una vez hecha la fisura, se puede modificar el clima y dirección llevados Introduciendo una fuerza convenientemente ponderada, con resultados evolutivos, no conflictivos y catalizadores de mejores procesos.
Este momento, con la fisura, ofrece la oportunidad de liberarse de un modo mental ensoñativo en beneficio de un superior estado de conciencia. En otras palabras, se puede desplazar el ensueño-de-sí, por la conciencia-de-sí.
Concomitante con esta atomización interna, el contexto social y el clima cultural, sufren análogo proceso. Hay un núcleo de ensueño compensatorio para lo social y otro para lo cultural, con distintas expresiones e intenciones.
En este momento de la explicación conviene entender bien dos cuestiones, una la existencia del ensueño compensatorio y otra la crisis que se produce estos núcleos se desgastan y dejan de servir. Es decir que el ensueño sirve para mantener la vida al menos en ese estado; pero producida la crisis, no sirve ni siquiera para esto!. Momento en el que unos se desesperan y otros se preparan a un salto significativo.
El ensueño a nivel síquico tiene una evidente extensión conductual, a nivel social será político por ej., y culturalmente se extenderá desde usos étnicos a expresiones científicas, artísticas y religiosas. Por esto la atomización de “partículas” a nivel social se expresará en grupos regresivos y anacrónicos (sectarismos en general, como neofascismos por ejemplo) y culturalmente aparecerá como separatismos regionales y corrientes extemporáneas que cuando no desvían, impiden y sabotean demorando una conjunción de fuerzas que por atracción armónica den lugar a un Mundo relacionante e integrador (1)
Pero lo interesante, es que estas contradicciones, dejan fisuras abiertas para entrar en la estructura (síquica, social y cultural) a fin de operar beneficamente en un proceso de cualificación liberadora. Es decir, que una ver cambiada -y no antes-, la dinámica del núcleo ilusorio y sus implicancias. puede pasarse e un tipo de Pensamiento relacionante y globalizador que permite aproximarse a la experiencia fundamental de la Comprensión liberadora, y a partir de la cual pueden emprenderse numerosas variaciones reformadoras de incalculable dimensión.
En la medida que este pensamiento relacionante avance, y el hombre sintético se afirme, surgirán oposiciones, ya que por una parte se hará cada vez más evidente la conciencia desintegrada y en fuga de nuestros días y por otro la cultura no tolera el hecho de que salten a la vista todos sus sectarismos. Tensiones, temores y violencias, la conciencia en fuga y la cultura fragmentada proyectarán sus peores defectos en la oposición al surgimiento irrefrenable del hombre nuevo en su nueva sociedad. He aquí la posibilidad y he aquí la contra.
(1) Nota: Para ilustrar este fragmentación exagerada, piénsese en la cantidad de sectas religiosas, políticas, ocultistas, etc. que pululan en estos días. Piénsese que la esquizofrenia es la enfermedad de la mente esquiciada, dividida, que también hoy hace gala de abundancia, en el terreno cultural véase por ejemplo Rusia con regiones sin lengua escrita, vecinas de las grandes construcciones literarias conocidas y en el campo político no es necesario hablar de la miseria de Bolivia y la opulencia de USA.