b) Posibilidades: Estos cambios en la periferia y en su profundidad, pueden hacerse conscientes; mientras que el primer caso no nos llevará demasiado lejos, el aparato sicofísico hecho consciente se torna en lo que llamamos “Yo-Profundo” que implica además, un recuerdo enorme: el recuerdo de la especie (equivale a la idea hoy en boga del “inconsciente colectivo”). Es decir que la concientización de la estructura estudiada, nos lleva no sólo al recuerdo individual, biográfico, sino que profundamente nos lleva a integrarnos en la memoria profunda de la especie. El hombre recordándose así, se integra con el Universo.

La clave del Yo-Profundo, es la memoria profunda. El recuerdo de la especie es la “reminiscencia” (o dicho en lenguaje actual: reactivación de huellas celulares que acumulan datos e impresiones pasadas).

Es conocido que “no hay nada en la conciencia que no haya pasado antes por los sentidos”, pero la genética hoy demuestra que los sentidos de los ancestros actúan llevando impresiones al cerebro y a los genes y por ende, al resto del cuerpo.

Hay pues en la conciencia impresiones grabadas en otros grabadores, en otros sentidos.

Desde este ángulo, no es difícil comprender ciertas imágenes repetidas, que surgen en pueblos diversos, ya en ritos, en cuentos o en accesos demenciales. Todos los ejemplos que se encuentran al respecto, permiten comprobar que siendo expuestos por diversos pueblos en lugares distantes y con culturas diferentes, e incluso lo que es más importante, de razas diferentes (sub-razas de un mismo origen) existen “reminiscencias comunes”, lo que permite afirmar que la Humanidad es una y la misma y que las diferencias culturales y de razas son relativamente periféricas. Además, estudiando la estructura de la conciencia en sí misma, vemos que también es la misma en todos los mortales (descontando especiales excepciones).

Sintetizando, por la vía de la memoria profunda y por la vía de la estructura de la conciencia se puede inferir legítimamente que, no hay separatismos, ni dicotomías, ni diferencias en la Humanidad ni en los hombres, tales diferencias aparecen cuando se desconecta la periferia de su profundidad, de la Fuente. Por este motivo los hombres “resultan iguales” en su profundidad, con iguales posibilidades latentes, pero distintos en su individualidad periférica. Esta desigualdad también se expresa en la toma de conciencia, ya que no todos quieren trabajar en este sentido, resultando desiguales de los que sí trabajan en ellos.

Conviene destacar de paso, que además de la descrita, aparecen dos tipos de memoria más, una inmediata que sirve para recordar las cosas pasajeras y de uso cotidiano; otra mediata que hace las reservas de todo lo que se aprende en una vida, contando además con facetas específicas para franjas diferentes, como son por ejemplo: los datos, las experiencias, las vivencias, etc. Por otra parte, cada centro dispone de carretes grabadores para almacenar lo que les concierne. Por ejemplo: en la emoción, lo emotivo; en el intelecto, lo intelectual y así siguiendo. Resulta pues que esto de la memoria, apenas esbozado, es en rigor un gran tema a desarrollar.

Volviendo a las funciones, nos encontramos con que son por lo menos 6, a saber:

  1. La Somática (la base orgánica, la vitalidad).
  2. La Sexual (o energética y de reproducción).
  3. La Motriz (de desplazamiento).
  4. La Emotiva (la relación y la inestabilidad).
  5. La Intelectual (de selección).
  6. La posible Función Superior (o generación). (1)

Estas pertenecen a la especie y a cada uno, manifiesta o potencialmente como en el caso de la función superior.
Trabajando sobre las funciones se despierta en el hombre la memoria profunda (de la especie) y a su vez se trabaja sobre la evolución de esto. La esencia (el Yo Profundo) evoluciona con su ritmo y su duración, pero trabajando en ella se aceleran los procesos, adelantándose a la evolución mecánica que de todos modos se producirá más tarde. Esta aceleración es entendida como transmutación.

Es decir que la conciencia ofrece la posibilidad de transmutar el fenómeno humano en otro que puede llamárselo supra-humano. (Aunque suene rimbombante).

Si no hubiera un trabajo ex profeso, dedicado a acelerar y de todos modos se hicieran presentes cambios superiores, estamos en presencia de una mutación, pero esta versión del cambio no nos interesa por estar excesivamente librada al azar. A nosotros lo que nos interesa es provocar los cambios, manejarlos y administrarlos y no ser sorprendidos por ellos, ya sea que se produzcan naturalmente o por otros accidentes. En el caso de la mutación, será bienvenida pero también interesa seguirla controlando.

Cuando se comprende que el árbol de la especie crece a la supraconciencia mientras más hunde sus raíces en la experiencia pasada, el vocablo “manejo”, adquiere real dimensión. O sea, que conectar con la fuente, con el Yo-Profundo, a través del Yo-Vigía es también conectar con el futuro con el Super-Yo.

Este Yo-Vigía, se lo entiende técnicamente como una rigurosa autoobservación y así se comprueba esta modificación de la concepción nueva en cuanto a espacio, a tiempo, amalgamados y no en distancias de profundo y periferia y de pasado desconectado de presente y de futuro. Se entiende por concientización de la propia estructura mental y profunda del fenómeno humano, y no por variaciones sensoriales (ilusión) o de percepción (alucinación).

Un nuevo diseño pedagógico, también nos ilustra en esto:

concientizacion 1

Estos esquemas nos ilustran en la dificultad del tema, pero no indican que los fenómenos descritos se produzcan efectivamente de esa manera. Finalmente nuestras dificultades se resuelven en otro nivel, al nivel de química, de física y en última instancia de geometría.

¿Qué estamos diciendo?

  1. Que el trabajo de Escuela es trabajo sobre la Química de la máquina humana. Que como tal Química no es admitida oficialmente, decimos que se practica una humilde suerte de Alquimia.
  2. Que Alquimia se parece más a la Física que a la Química actual.
  3. Que este planteo en Alquimia, puede reducirse a fórmulas y a símbolos por esto Geometría.

Finalmente este trabajo de Escuela es una operación honda, no de superficie y por este hecho, la Escuela está latente en toda la humanidad haciéndose también única y la misma, con diferencias periféricas y relativas a su aparición en superficie. Problemas y planteos son para la Escuela siempre los mismos por devenir de la misma profundidad cada vez; sólo difieren en lenguaje y en actualizaciones, pero así como la humanidad que es única, evoluciona y se transmuta por acción de sus individuos; la Escuela no es, ni mucho menos, una noria repetitiva, sino que también evoluciona y se transmuta por el aumento de nivel de sus integrantes. Así la Escuela y la humanidad aparecen integradas en una misma relación y en un mismo intento, en el intento de la Liberación.

Por este hecho también es que se mantiene independientemente de los acondicionamientos propios de la periferia, de la circunstancia.


(1) Ver en “Siloísmo” de H. Van Doren: -La Estructura del hombre-.