Habiendo considerado en estática los centros hasta ahora, se puede comprender su dinámica, es decir, su desplazamiento en el tiempo queda registrado en ciclos y ritmos más o menos previsibles, esto es lo que se denomina biorritmo.
A pesar de las variaciones individuales en cada quien, las funciones tienen sus ritmos propios dada su velocidad y su complejidad.
Así resulta, adoptando una medida abstracta, que el Sexo es el más veloz y de ciclos más cortos: 3, la somática de 7; la motricidad de 14; la emoción de 28, y 57 para el intelecto.
Piénsese en la velocidad de regeneración vegetativa por ejemplo, en el tiempo de duración de las emociones y en la permanencia de las ideas.
De todos modos es un trabajo de registro individual en cada caso.