Digamos que se trata de otro tipo de energía que la de los centros, pero energía al fin.

Las máscaras se cristalizan y se endurecen para finalmente asfixiar al Yo. Este fenómeno muy común, tiene como base la identificación y la consideración. Es decir que la fusión sujeto-objeto trae problemas. Le pasa algo al objeto y me pasa a mí, lleva a un desgaste intolerable porque además en la identificación se está en funcion-de. Hoy se dan casos rarísimos, como identificación con animales, recuerdos de muertos, utensilios, ropas, libros, actores, etc, etc. Puede decirse que “yo me pierdo e mí en lo que me identifico”, en la adhesión al mundo ilusorio.

En la personalidad también se dan regresiones, progresiones y fijaciones de máscaras.

Se regresa a buscar una máscara antes útil; se progresa a buscar una máscara mejor. En ambos casos se ve una situación de “desnudez” y se va al pasado o al futuro a buscar la máscara encubridora. Una máscara se fija cuando resulta eficaz para un amplio espectro de situaciones. Cuando las máscaras son enormes, consumen también en sus procesos la energía que podría ir en otra dirección.