Aquí aparece la dinámica sintetizada y fijada en el tiempo, es decir, el gesto se plasma en lo escrito. Tendremos muchas características: situaciones momentáneas y permanentes, cambios al paso de los años y en el hábito de afirmar la escritura personal. Tendremos formas típicas (I,E,M,S,) y formas incorporadas culturalmente. Tendremos gestos de Personalidad y de Esencia. Tendremos manifestadas épocas fastas y nefastas, también veremos personalidades afianzadas y desintegradas, veremos la profesión repercutir en el tipo de letra y el hábito o deshábito de escribir. Es decir que la simple letra revelará enormes y curiosas características, unas mayores y otras menores.
Como apoyo de observación daremos una regla y dos puntos importantes: el primero es la evidencia de la energía ascendente (optimismo o posibilidad por ejemplo) y descendente (pesimismo o regresión por ejemplo). El segundo es la personalidad definida e integrada (en las letras unidas y consecutivas) y la personalidad deshilvanada e inconclusa (en letras mal unidas). También se ve el trazo ligero y el tenso, en donde veremos al debilitado o al afirmado.
Así resulta:
Situaciones | Momentáneas (letras afectadas) |
Permanentes (letras definidas) | |
Hábitos | Pasajeros (cambios en el tipo de letra) |
Adquiridos (fijeza en la letra) | |
Típicas | Intelectual (letra pequeña y vertical) |
Emotiva (letra redonda e inclinada) | |
Motriz (letra abrupta) | |
Somática (letra grande oval) | |
Esencia | Letra prolija y sencilla, precisa y legible. |
Personalidad (estado) |
Letra con floripondios excesivos. |
Letras deshilvanadas e inconclusas o letras coherentes y relacionadas, “sin lagunas” | |
Profesión | Letras según oficios. Hay que indagar en cada caso. |
Hábito de escribir y cultura individual | En ambos casos se verán letras maduras o inmaduras, con índices más o menos estables. |