Hace referencia a lo “permanente” innato en el hombre (mientras que la personalidad es lo que se va “incorporando” a esta parte innata en el tránsito por el mundo).
Al T.H. Le corresponde una sincronización orgánico-síquica. Es decir, que orgánicamente haya mayor desarrollo en unas partes que en otras (por ejemplo en los motrices más músculo, en los emotivos más aparato respiratorio etc.) lo que hace tener diversas disposiciones y aceptaciones orgánicas. Síquicamente tiene también modalidades particulares. En rigor, el tipo humano es una determinación innata que urge conocer y dominar.
En este comentario, daremos énfasis a las cualidades o características temperamentales, recurriendo a comentarios, descripciones, analogías etc., más o menos admitidas.
Hay 12 tipos básicos provenientes de los cuatro grandes tipos:
Agua Somáticos
Tierra Intelectuales
Fuego Emotivos
Aire Motrices
Fuego (E): con características de expansión, resplandor, entusiasmo, generosidad, brillantez, vitalidad, valentía, nobleza, autoridad (orgullo, agresividad, déspota, afectos pueriles).
Tierra (I): provisión, meditación, ensimismamiento, astucia, cautela, dubitación, sigiloso, reservado, reflexivo, imaginación, razonamiento (misantropía, autonegación, melancolía, testarudez, frialdad, desconfianza, pesimismo).
Agua (Sm): sensibilidad, memoria, que influye, permanencia, austeridad, adaptable, conciliación, abnegación, autorregulación, paciencia (abulia, contradicción, fantasías, inercia, gula, despectivo).
Aire (M): explosión, lo inesperado, la variabilidad, la tensión, inventiva, fuerza, desplazamiento, equilibrio, plasticidad, entusiasmo, la acción, dinamismo (inestabilidad, vanidad, irresponsabilidad, imprudencia, riñas).
Estudio de los 12 Tipos Menores: