Aquí no se distinguen partes ni subpartes, sino grados de configuraciones cada vez más sutiles, de los más densos a los más abstractos. Entre los primeros están los de recurrencia, de inspiración o arrebato y entre los más abstractos están los propios de la Meditación Trascendental, tales como “Vacío Dinámico” la idea de “Orden Universal”, etc.
Dinámica Intuitiva Superior
Los fenómenos menores del C. Sup. son los de éxtasis, arrebato y reconocimiento. Todos ellos pueden producirse por accidente o por trabajo sostenido.
El Éxtasis
fenómenos superiores pero de características motrices (inspiración poética o artística en general -no nos referimos a la “poesía” o “arte” ordinarios).
El Arrebato
fenómenos de inspiración mística (no quiere decir que las liturgias, o mistificaciones ordinarias tienen relación con esta emoción superior).
El Reconocimiento
fenómeno superior que envuelve a la comprensión superior con característica intelectual. Comprensión intelectual directa que sobrepasa los lentos mecanismos lógicos y los formuleos escalonados (esto no significa que científicos o estudiosos y sistema de estudios tengan que ver permanentemente con esto). El caso de percepción directa del pensamiento ajeno, o solución de problemas que aparecen como “dictados”, tienen que localizarse aquí.
Tanto el éxtasis, arrebato o reconocimiento son experimentados como independientes de las funciones normales, de allí la idea de “sugeridos”, “dictados” o “propuestos” por una voluntad externa. Esto se debe por lo general a que no haya un proceso que avanza de lo normal a lo para-normal de un modo gradual. A nosotros nos interesa el control de todo esto.
Cada estado descrito, va acompañado de modificaciones en el tono corporal y de armónicas emotivas internas, esto último hace filiar al centro como “Emotivo superior”. Y se comprende cómo la emotividad negativa y el tono somático débil, van en detrimento del uso de tal centro.
Este género de fenómenos pueden ser confundidos con otros; en el caso de éxtasis con una suerte de inspiración mecánica y subjetiva, en el caso del arrebato con un cierto “tono beato” y sentimental, y el reconocimiento con la comprensión veloz de realidades a las que se llega por la vía mecánica de la inferencia lógica.
El caso de percepciones extrasensoriales como los llamados “fenómenos psi” les corresponden en muchas ocasiones; aparte de estos aparecen otros como la percepción de auras, de puntos azules luminosos etc., que resultan difíciles de admitir como originados en un estado superior o en modificaciones de percepción como alucinaciones. También efectos de drogas provocan rarezas similares. En todos los casos aparece necesario distinguir muy bien qué está pasando.
Finalmente conviene ver el estado de conciencia que tiñe estos fenómenos, ya que se da la aparente contradicción de que por una vía de autoconciencia o la opuesta de sin-conciencia, se puedan producir tales fenómenos. El segundo caso posible es el producido en accesos demenciales, en ritos y ceremonias seudomágicas y en general por todos esos procedimientos de conciencia crepuscular en los que el sujeto se siente “poseído”, “tomado” por tal estado, con total descontrol y fatal deterioro después de las pruebas. El primero caso, con autoconciencia, permite un desarrollo paulatino y seguro de tales fenómenos por el control sobre ellos que es factible ejercer.
En cuanto a los “actos puros en busca de su objeto”, las “certezas o intuiciones superiores”, no parecen darse en el ámbito de este centro Superior (de características emotivas, sino en otro de características intelectuales, a llamarse posiblemente “centro intelectual superior”.