Todo forzamiento genera contradicción, veamos un caso: Si exijo trabajo a un centro cualquiera, el inmediato inferior ha de suministrar energía. No puedo estudiar si no hay gusto o interés por lo que estudio. Entonces, en un momento dado puede quedar descargada la máquina. Según Gurdjieff se puede absorver por sobreesfuerzo energía del gran acumulador (nuestro Vegetativo), el cuerpo. Efectivamente, cuando se ha descargado todo el sistema y uno fuerza un centro provoca un bombeo de nuevo desde el gran acumulador pero eso dura corto tiempo, sabemos que eso es el forzamiento o sobreesfuerzo. Pero he aquí que la máquina en general, dispone de una determinada cantidad de energía y si se descargan los centros se producen atascamientos, bloqueos en la máquina. Lo mismo sucede con los atletas, mucho entreno, mucho sobreesfuerzo, pero es posible que el día del torneo rindan menos, incluso no puedan mover los brazos. Ellos le llaman a esto surmenage físico o sobreentrenamiento.

El sobreesfuerzo no nos es rentable por las consecuencias secundarias que conlleva. Supongamos que uno quiere correr porque eso le gusta. Visto desde afuera puede parecer un sobreesfuerzo, pero si a uno eso le gusta ahí hay un simple esfuerzo hecho con gusto que no pone en peligro la maquinaria. Está bien que uno haga cualquier tipo de esfuerzo si eso no le provoca contradicción. Si debido a las circunstancias, uno se ve llevado a hacer sobreesfuerzos ha de reconocer que, por fuerza, uno ha de estar en ello, pero no salir luego explicando la teoría del sobreesfuerzo.

En el trabajo sobre uno mismo no conviene el sobreesfuerzo. El esfuerzo está bien si uno lo hace con gusto. Si yo me propongo hacer división atencional y eso no me provoca contradicción, pero yo insisto en ello hasta que llega un momento en que puede generarse la contradicción, eso me crea problema, entonces dejo la división atencional.

¿Cuándo trabaja uno en una organización o en una Disciplina?, cuando en uno surge el gusto o una real necesidad. Cuando a uno le gusta, sin plazos fijos ni proyectos, sin expectativas raras, del tipo que si uno no lo hace se va al infierno o similares. No mortificación de ningún tipo. Lo repetimos, nosotros no somos ni cristianos ni no cristianos sino otra cosa.