La M.T. sin duda tendrá un tono intelectual por la capacidad atencional y de abstracción de este centro. Sin embargo será necesario en algún momento la ampliación de la conciencia hacia el centro superior para que este realice las comprensiones más profundas y amplias propias del trabajo meditativo.

Así es que la conexión con el centro superior es desde el intelecto por vía directa y por el esfuerzo de meditaciones intensas.

A esto se agrega la ampliación de la conciencia con exactitud de criterio, es decir, la conciencia tiene niveles y estos están dados por el pasaje de la energía por los centros (en el centro superior importa movilizar el punto del reconocimiento), pero hay una suerte de «centro de conciencia» dado por el centro más evolucionado que es el intelecto (en algunos animales es la emotividad y en otros la motricidad, o menos aún , la vegetativa). Este centro de conciencia se acentúa con la conciencia de sí dada por el trabajo de las partes intelectuales del intelecto y algunos roces con el centro superior. Pero cuando entra en funcionamiento el centro superior tal centro de conciencia se desplaza a este, predominando ahora para toda la conciencia.

Dada su mayor capacidad de aprehender realidades con mayor velocidad y frecuencia: de allí las profundas intuiciones superiores que permiten las comprensiones-experiencias propuestas por los últimos pasos de la M.T. y de las disciplinas en general (en el centro superior interesa movilizar el punto del reconocimiento).