Ayer hablábamos de la experiencia y decíamos que a la experiencia se la puede o describir o interpretar. Si la describimos decimos cómo se nos presentan las cosas, si la interpretamos decimos qué es lo que se nos presenta; descubro entonces que se puede descubrir o interpretar según sean nuestros intereses. Nuestro interés es describir la experiencia.

Encontrábamos que a la experiencia la veíamos siempre desde un punto de vista o punto de interés determinado y que además se nos aparecía como estructura, concomitancia y composición. De manera que esta forma de ordenar la experiencia es la que nos hace a nosotros hablar de Leyes. El pensamiento es el que ordena la experiencia de ese modo. El pensamiento, que también es experiencia se guía según esas mismas leyes. Esa forma de ordenar los elementos es para nosotros un Método. Método es un camino del pensamiento para ordenar la experiencia. (De modo que Leyes y Método están trabajando conjuntamente).

Es como si ahora estuviéramos haciendo ciencia de la experiencia. Pero esta presentación es estática, no nos ayuda a comprender el movimiento. Para comprender el movimiento tomamos esas mismas Leyes y ese mismo Método y cambiamos las palabras estructura, concomitancia y composición que son estáticas, por diferenciación, complementación y síntesis, que son palabras dinámicas en sí, palabras que se van a mover según Leyes y según Método, pero referidas al movimiento. Decimos además que dentro de cada uno de estos momentos están también los otros dos. Por ej. en una síntesis hay una unión de elementos, o sea elementos diferenciados, y a la vez también se relacionan esos elementos entre sí, por eso decimos que hay complementación.

Si usáramos el esquema hegeliano nos encontraríamos con una tesis, una antítesis y una síntesis. Ahí entendemos que una cosa genera su opuesta, lo que no entendemos es cómo, de cosas que son opuestas, surge la síntesis. La diferencia entre este método (hegeliano) y nuestra forma de ver el mundo, es que donde Hegel dice tesis, nosotros estudiamos las diferencias, donde dice antítesis, nosotros estudiamos las relaciones entre las diferencias, y donde dice síntesis nosotros, en efecto, hablamos de síntesis. Por ej. si dijéramos que hay diferencias entre cada dedo y que los dedos se oponen entre sí, nunca podrían complementarse tomando algo; es necesario que se establezca la relación, la complementación, entre esos elementos diferenciados, para que se produzca la síntesis.

Dada una síntesis cualquiera, en su interior se producen nuevas diferenciaciones, fuerzas centrífugas, si esas fuerzas centrífugas no trabajan complementándose entre sí, en lugar de crecimiento, se produce desintegración.

Notamos también un principio de concentración y un principio de difusión. Cuando un ser cualquiera está en difusión las fuerzas que priman internamente son centrífugas, cuando está en concentración son centrípetas. De modo que estas manifestaciones distintas nos llevan a fenómenos muy diferentes. Decimos que en el momento complementación el principio que prima es el de concentración; en el momento de diferenciación, es el de difusión.

Si a esto le diéramos un atributo de polaridad o de carga, hablaríamos de fuerza positiva y de fuerza negativa, pero sería también necesario hablar de una fuerza neutra, haciendo entonces referencia a una síntesis, a una estructura que relacionara a esos dos momentos entre sí. Esa síntesis no es positiva ni negativa, es neutra, es la que permite que se produzcan esas dos polaridades.

Veamos esto con dos ejemplos:

En el caso de un átomo la fuerza centrífuga, propia del movimiento de rotación del electrón en torno al protón central, neutraliza la fuerza de atracción que ejerce el protón sobre ese electrón.

Tomemos otro ejemplo: si lanzamos un satélite artificial a una velocidad menor de 28 km/seg., ese satélite caerá bajo la influencia gravitacional de la Tierra y colisionará con ella. Si aumentamos su velocidad llegará un momento en que empezará a girar en torno a la Tierra en una órbita determinada. Si aumentamos aún más su velocidad, la fuerza centrífuga predominará sobre la fuerza de atracción, y el satélite se escapará de la acción de la Tierra.

Nos encontramos entonces frente a una fuerza centrífuga y a otra centrípeta. Entre ambas queda formalizada la estructura del satélite en movimiento. En el caso de que la velocidad fuera mucho mayor, la fuerza centrífuga superaría a la centrípeta y se produciría diferenciación, difusión; en el caso de que la velocidad fuera mucho menor, la fuerza centrípeta superaría a la centrífuga y se produciría complementación, concentración.

Nuestro problema con el movimiento es entonces no sólo ver las diferenciaciones, complementaciones y síntesis, sino cómo un momento se convierte en otro. Esto sucede así porque cada uno tiene elementos de los otros, ordenados sin embargo de un modo distinto. Este es un planteamiento morfológico, no lo olvidemos, (estructura, ámbito, relaciones…) Para que determinados elementos puedan trabajar relacionados es necesaria una estructura que los agrupe y el ámbito es el límite en el que actúa esa estructura.

Si vemos a los elementos que trabajan en estructura, estudiamos la composición; si vemos de que modo se relacionan estudiamos la relación; si vemos como trabaja el conjunto estamos estudiando la estructura. Pero, dado un elemento compositivo, si lo sacamos de su estructura para estudiarlo aparte, es en otra escala una estructura, una síntesis, en la cual vamos a descubrir también elementos compositivos y relaciones… y así siguiendo.

Así es que dado un sistema en el que aparezca la estructura, la relación y la composición, podemos tomar a la relación y estudiarla desde el punto de vista de la estructura de la relación; de la composición; de la relación… y así con todo.

De modo que no es lo mismo estudiar la composición de la composición de la relación, que la composición de la estructura de la relación. En ambos casos estamos estudiando la relación, pero líneas distintas de la relación.

Por ej. en el caso del horóscopo, aparece una estructura que tiene divisiones internas. La división interna nos habla de la composición, pero además hay relaciones entre los elementos compositivos. Entonces podemos ver una estructura, una síntesis de relación, y la composición de cada uno de los intervalos, de las divisiones… Pero también podemos estudiar la composición de la relación (por ej. cómo son los trígonos) y del trígono podemos estudiar como es la estructura triangular. Podemos ver la relación de la relación, cómo se relacionan entre sí cada uno de los lados y forman ángulos agudos. Si estudiamos la composición de la relación preocuparía ver no como está relacionado cada lado con el otro sino cómo es la estructura de cada uno de los lados. Si quisiéramos estudiar la estructura de la composición de la relación, veríamos la estructura de un segmento, de una línea de fuerza (podríamos atribuirle a una línea una fuerza positiva, a otra una fuerza negativa y a la otra una neutra)… y así podríamos ir siguiendo.

Para nosotros ninguna cosa está detenida, pero detenemos las cosas para estudiarlas. A cualquier estudio podríamos agregar que se trata del estudio de un momento del proceso. Es necesario advertir en qué momento se encuentra. No nos basta con definir estructura, relación y composición, sino que hace falta además definir el momento del proceso en que se encuentra. Sólo entonces tenemos un estudio completo.
Así que: primero fijar el punto de interés, luego ver la estructura, la relación y la composición, y más adelante la puesta en dinámica.

Si tomamos un momento histórico y decimos: planeta Tierra, 1974, tal día y tal hora, y lo estudiamos desde el punto de vista o punto de interés de las relaciones económicas y vemos su composición, su relación y su estructura, podemos tener una especie de mapa del mundo con cifras, datos gráficos… pero eso no nos permite avanzar si no conocemos las tendencias actuales de la economía, hace falta la puesta en dinámica, ver de donde viene y adonde va. El momento no tiene explicación suficiente para nosotros si no está relacionado con otros momentos en los que puedo advertir tendencias.

Alguien puede preguntar: y cómo el futuro puede actuar sobre el momento actual?. No hablamos de nada desconocido ni extraño, los gobiernos, las grandes empresas, etc., estudian este tipo de cosas. Los economistas estudian, por ejemplo, las tendencias del mercado, no vaya a ser que estos lancen al mercado 2000 vehículos, cuando un estudio del crecimiento democrático les demuestra que tal cifra no va a poder ser absorbida.

El futuro presiona absolutamente sobre el presente, también presionan las relaciones anteriores, y el momento actual surge por acción de las tendencias anteriores y las futuras. A cualquier momento puede entendérselo así.
Por ej. la conciencia:

Ahora pienso en presente, no puedo hacerlo si no trabajan en este momento el futuro y el pasado actualizado. No puedo pensar en la puerta si no hay intencionalidad en mi pensamiento (futuro). Este asunto de los tiempos crea problemas en la gente. Yo siempre pienso en presente, pero puedo poner el acento en presente, en el pasado o en el futuro. Por ej. presente-pasado: recuerdo tal cosa que pasó hace tiempo; presente futuro: dentro de dos horas iré a tomar café; pasado futuro: cuando era chico pensaba que de grande iba a ser astronauta; presente-futuro-pasado: dentro de dos horas, cuando esté tomando café, todo lo dicho ahora no va a servir para nada (Risas)…

El presente surge cuando se cruzan pasado y futuro. Ese instante al cual le damos estructura, surge de las dos tensiones, pasado y futuro.
Cuando estudiamos la biografía, por ejemplo, no debemos preocuparnos solo por el relato, sino que conviene que veamos que sobre el momento actual actúan las tendencias del pasado y las del futuro (mis planificaciones, el núcleo de ensueño… me colocan en futuro). No puedo comprender a una persona si no tengo en cuenta sus datos grabados y sus tendencias. Es muy necesario, pues, observar las tendencias.

La tendencia está dada por una constante, aún dentro de la variación. Podemos tener variaciones y ciclos (momentos, anécdotas) pero la tendencia es una especie de media o mediana. En Estadística hay curvas de tendencia que tienen una fórmula, y por ella se puede determinar cual va a ser, en general, la tendencia, siempre y cuando no surjan fenómenos de azar.

En la determinación del momento futuro la cosa no es tan simple. En lo que hace a la intencionalidad ningún fenómeno actúa sin relaciones con otro, (en el caso de la conciencia, la estructura acto-objeto). La intencionalidad está siempre dada desde el momento presente.

Para nosotros los procesos no se mueven linealmente sino según leyes de ciclo. El ciclo no es sino una forma de representar el péndulo (la acción de fuerzas distintas), ese movimiento como tendencia general puede ser: evolutivo, regresivo, cristalizado, y también puede haber un cuarto momento en el que el movimiento salta de plano (salto transmutativo o transmutación).

Hay evolución cuando un fenómeno tiende a su desarrollo, cuando aumenta la complementariedad y viceversa. Por ejemplo si en una tendencia que estamos observando hay diferenciaciones que van aumentando, el proceso tiende a regresar. Si queda frenado, las mejores probabilidades que existen es que al poco tiempo regrese. En realidad no existe este fenómeno de cristalización, es falso, es un momento; si no recibe aporte externo alguno, regresa.

Los fenómenos transmutativos se basan en el mecanismo de acumulación y descarga. Por ejemplo, en el filamento de una bombilla. Al ir aumentando el voltaje aplicado a sus bornes llega un momento en que tiene lugar un salto cualitativo; el paso de electrones, que hasta entonces sólo había servido para aumentar la temperatura del filamento, provoca un fenómeno lumínico.

Cuando un fenómeno A, por acumulación, experimenta un cambio brusco de cualidad, que ya no nos permite hablar de A sino de B, decimos que se ha producido una transmutación.

En general estudiamos los fenómenos evolutivos e involutivos, pero también en el Universo hay saltos cualitativos, multitud de ellos. Para nosotros un salto cualitativo es evolutivo. Los saltos hacia atrás son en todo caso involutivos.

Tenemos un caso lateral: las máquinas.

El Horóscopo: Se sale de un punto y describiendo un círculo se llega al mismo punto, pero hay un salto de rueda. Esta máquina sirve para estudiar la evolución y el salto de cualidad.

El Árbol: Esta otra máquina sirve para ordenar relaciones. Hay que tener bien en claro el individuo a estudiar y las dos tendencias mayores.

El Eneagrama: Por último esta máquina nos sirve para descomponer un elemento en sus distintos elementos compositivos.
¿Qué son las máquinas?. Son herramientas metódicas para estudiar composiciones, relaciones y estructuras. Estas estructuras están en proceso, por ello se habla de composición, relación y proceso.

El momento de acumulación y descarga es un instante de crisis o cambio cualitativo (por ej. el paso de un gusano a mariposa). Además, existe siempre, en estos procesos de acumulación, un punto de tolerancia, si en ese punto no se produce la descarga el proceso se puede invertir (esto lo podemos ver claro en el funcionamiento del sexo, en donde si llegado el momento de máxima carga, no se produce la descarga, la tensión disminuye, el proceso regresa y hay que esperar a que se produzca de nuevo la carga).

Veamos de nuevo el problema de la difusión y de la concentración.

Sabemos que desde la difusión absoluta de la diferenciación no hay control; nadie debe pretender controlar un proceso cuando se producen diferenciaciones.
Ningún proceso puede controlarse sino desde la concentración. Todo el proceso se controla desde un punto en el que converge todo (centro de gravedad). Nuestro problema está siempre en hacer pasar cualquier proceso por ese punto, el momento de la complementación.

En el caso de que el proceso quedara frenado en la síntesis y no pudiera seguir progresando, para manejarlo y hacerlo progresar sería necesario producir una diferenciación para que de ella surgiera luego una complementación. Rompemos esa síntesis no introduciendo elementos nuevos dentro de ella, sino creando fuera un sistema tal que produzca la desarticulación. Aparentemente estamos destruyendo el proceso, pero visto metódicamente, esto permite que se establezca un nuevo sistema de relaciones que dinamiza el proceso.

Todos estos fenómenos, a veces los producimos nosotros, otros nos ayuda el azar.

Todo esto conforma aproximadamente, el esqueleto teórico de Leyes, Método y de algunos principios. Todo esto está basado en la experiencia, de la cual se van derivando muchas concepciones.

De modo que si ahora nos preguntamos cómo aplicar todo esto a los efectos de la transformación del hombre, deberíamos estudiarlo metódicamente y aplicar esos principios y esas Leyes para generar un sistema de práctica tal que nos permitiera lograr esa transformación. A ese sistema de práctica lo llamamos el Trabajo. El Trabajo surge cuando aplicamos esos principios a la vida del ser humano para lograr su transformación. Estas herramientas teóricas transformadas en acción concreta, provienen de la experiencia humana, y no surgen del Himalaya.

El planteo transmutativo en el desarrollo del hombre ha de estar organizado de tal modo que pase por un proceso igual a aquél por el que pasan todos los fenómenos que se transmutan. Pero la transmutación puede tener lugar por medio de la energía, la materia, la mente, o la forma. Nosotros debemos estudiar esos cuatro casos. Se trata, claro, de las Disciplinas. Las Disciplinas son organizaciones de esos principios transmutativos aplicados al hombre, por distintos caminos.

Los Oficios son una puesta en tono, por ello normalmente no se habla del trabajo con Disciplinas hasta tanto un sujeto no haya hecho varios trabajos que le vayan acercando a la Disciplina; y a esos trabajos que colocan al sujeto en la puerta de una Disciplina, los llamamos Oficios. El proceso transmutativo se puede dar por distintas vías; son necesarios distintos ajustes, cierta puesta en tono, para entrar correctamente en las Disciplinas. Los Oficios están en la introducción a las Disciplinas, pero una persona podría prescindir de los Oficios, y de muchos otros trabajos anteriores, si en él hubiera una comprensión mínima de lo que se explica en las Disciplinas. No hay pues obligatoriedad alguna en los pasos anteriores a las Disciplinas (tales trabajos son simplemente recomendables). Nadie tiene por qué preocuparse en desarrollar una determinada Disciplina, para ello es imprescindible que exista la necesidad profunda del cambio interno.

Pero ahora estamos hablando de otra cosa. Cuando tomamos contacto con alguien le explicamos las diferencias que existen en su estructura. Cuando hablamos de la división atencional, de autobservación, de ADMI, en todos esos casos estamos hablando de como funcionan, teórica y prácticamente, los mecanismos de la mente, que manejados convenientemente provocan una ampliación de la conciencia y un salto de nivel. Cuando hablamos de ciclo, centros, conexiones, nos estamos ubicando en el esquema energético, en el esquema de la energía de la estructura humana. Cuando hablamos acerca de las transformaciones, de los elementos que se transforman unos en otros, de los que se superan unos a los otros, de los que cristalizan, estamos preparando una línea de comprensión que tiene que ver con lo que nosotros llamamos Alquimia. Cuando hablamos de elementos, composición, relación, proceso y se trabajo con esos elementos, uno se está capacitando para el dominio de las formas.

Cada una de éstas son explicaciones bien distintas que apuntan a líneas bien distintas, aún cuando por todas ellas es posible un salto cualitativo. Estas explicaciones son como caídas de cada una de esas líneas, son desarrollos cada vez más amplios y sencillos.

Nuestra preocupación ha estado puesta en dos tipos de fuerzas. Un desarrollo hacia afuera cada vez más simple y otro desarrollo hacia adentro cada vez más complicado, más técnico. Tratando siempre de manejar el péndulo. De modo que si ahora estamos desarrollando los pasos más complicados de Doctrina y Práctica, deben estar produciéndose hacia afuera manifestaciones cada vez más simples (la Religión Interior por ejemplo), en donde ni siquiera hay teoría, sino experiencias elementales, lo cual es muy distinto a largar desde el principio un desarrollo teórico completo a un recién llegado.

A estas alturas de la explicación llegamos nuevamente a la experiencia.

Todo un sistema completo, todo un acto, entonces está bien.

Si alguien quisiera empezar a trabajar directamente con Disciplinas no hay problema alguno, y si le faltan elementos se los ponemos a su disposición.

Todo es una cuestión de sentido común.