Introducción: Perfumería, rito y yoga.

En el esquema general del cuadernillo 8 ubicamos a la perfumería dentro de los oficios rituales y éstos a su vez conectado a Nuestro Yoga que como sabemos hace a la energía del hombre.

Viendo esto, podemos preguntarnos: qué relación existe entre perfumes, rito y energética?.

Demos un rodeo.

Percibimos al mundo a través de los sentidos. Estos sentidos hacen las veces de receptores de distintas «franjas vibratorias» (por llamarlas de algún modo) del mundo. Así a un mismo objeto lo podemos percibir por medio de la vista, del olfato, del oído, del gusto o del tacto.

Así pues, comprendemos que el ojo es capaz de captar determinada franja vibratoria (la franja de lo visible), que el olfato otra, y así sucesivamente. Aunque sabemos también que entre franja y franja «captable» existen zonas oscuras o de silencio para nuestro sistema sensorial.

Encontramos entonces que los sentidos hacen en el hombre las veces de filtros o intermediarios entre la conciencia y el mundo.

Así:

conciencia –> sentidos –> mundo

La conciencia da a su vez respuestas compensadoras al estímulo que llega a través de los sentidos estructurando al objeto «mundo». De este modo si pudiéramos modificar los sentidos de algún modo modificaríamos ese acto compensador.

En perfumería no trabajaremos modificando el sentido del olfato pero sí ampliándolo, ampliando la gama de sensaciones perceptibles. Por otra parte lo incorporaremos como un sentido tan desarrollado usado como el del oído la vista y consecuentemente tendremos otro modo de estructurar situaciones (conciencia).

Si el estímulo-fragancia (mundo), lo proporcionamos armónicamente, por resonancia despertaremos en nosotros esa proporción armónica, aunque no esté puesta allí (en la resonancia) mi atención al trabajar en el oficio.

Viendo el eneagrama de los sentidos ubicamos aquél que usaremos en perfumería:

sentidos vista cenestésicos

vibratorios oído táctil s. físicos

olfato gusto

sentidos químicos

Veamos que nos ocurre cuando una determinada fragancia aparece.

Sucede en muchas ocasiones que frente a ella recordamos y más que recordar casi nos «encontramos» en situaciones vividas en el pasado.

El hecho de decir «nos transporta a situaciones» nos da idea de la acción sintética que provoca en nosotros.

Esta puesta en situación determinada por las fragancias y lógicamente por medio del olfato es la que decimos se relaciona con lo ritual. Por su intermedio podemos crear ámbitos adecuados, tonos energéticos internos adecuados, para provocar determinadas movilizaciones energéticas.

Por otra parte podemos reconocer tanto en los animales como en el hombre que olfato y rito juegan un importante papel en las relaciones.

Saltando de plano, pero ya en el del manejo con lo fragante, notaremos como característica principal su inasibilidad, su capacidad de cambio. En esto podemos encontrar también similitud con la problemática energética.

En fin, podríamos describir muchas otras relaciones entre perfumería, rito y Nuestro Yoga, pero seguirían siendo mera teoría. Si queremos comprender esa relación con seguridad lo lograremos al practicar el Oficio y la Disciplina, aunque sea en su parte mecánica. Al hacerlo veremos que más que una dependencia o más que un justo encaje teórico entre ambas, la conexión está dada en el operador como estructura de «pensamiento» afines o contiguas.

De todos modos tenderemos bien en claro que no es sustantivo en la práctica del Oficio buscar esas relaciones. Tenemos bien en claro que lo sustantivo en ella será esto que conocemos como permanencia, pulcritud y tono.