En el primer ciclo, se realizaron prácticas de catarsis y meditación. Se puso en acción operativos y se efectuó una movilización.

En el segundo ciclo se efectuaron ejercicios de crítica, memoria y control.

En el tercer ciclo se harán pruebas de agilidad mental y de aquello que designamos “cambios emotivos”. Continuarán las prácticas de memoria y tonicidad.

Los ejercicios de agilidad, insumen una hora en cada reunión; los cambios emotivos, 30 minutos. Las prácticas de memoria y tonicidad, media hora cada una.

En los ejercicios de agilidad, conviene destinar a cada coetáneo unos tres minutos hasta hacer cerrar el círculo y luego realizar una segunda rueda en el mismo tiempo. Es decir, conviene que cada cual realice la prueba dos veces, aunque por supuesto, el argumento sea distinto.

El tema de los cambios emotivos se presenta a objeciones por cuanto en la materia hay diversísimos puntos de vista. Al sugerirse por ejemplo: la emoción “desprecio” habrá quién la relacione con la emoción “disgusto” o “asco” u “odio”. Otros dudarán si el desprecio es o no una emoción. En fin, habrá quienes pidan una definición o clasificación de las emociones, para poder diferenciarlas entre sí. Se comprende que acometer tales problemas de un modo teórico, nos llevaría lejos de este sistema de prácticas. Por otra parte, en estos tres primeros ciclos, existe la intención manifiesta de no teorizar por ningún motivo y bajo ningún pretexto.

En el caso presente, para lograr un cierto acuerdo en la práctica de los cambios emotivos, utilizaremos el criterio medio, el corriente, el difundido entre la generalidad de las personas cuando hablan de “odio”, “amor”, “envidia”, “desprecio”, etc.