Este es el rapto de aquellos seres no comprendidos en su naturaleza íntima,
grandes poderes que hicieron todo lo conocido y lo aún desconocido.
Esta es la rapsodia de la naturaleza externa de los dioses, de la acción vista y cantada
por humanos que pudieron ubicarse en el mirador de lo sagrado.
Esto es lo que apareció como señal fijada en tiempo eterno capaz de alterar
el orden y las leyes y la pobre cordura. Aquello que los mortales desearon que los dioses hicieran;
aquello que los dioses hablaron a través de los hombres.