Se observa que el mundo y por consiguiente la conciencia (ya que están relacionados como hemos visto) y cada cosa, son en la raíz, e independientemente de los fenómenos particulares, lo mismo. Es como si dijéramos aquí que la sustancia de todo en el universo: de la mente, del átomo y de las galaxias, fuera lo mismo (independientemente de sus características accidentales). Pero esto último que decimos es nada más que un ejemplo. Explicamos semejante cosa solo para ilustrar.
Y con esto terminamos nuestras charlas sobre meditación trascendental. Nada más, muchas gracias.