PREGUNTA: «Los últimos 1.972 años de Occidente están regidos por el mito del envío del hijo de Dios a la Tierra, muerto y resucitado para la salvación de los hombres. Este mito jerarquizó la vida y le dió sentido. Creo que es evidente que este mito está tocando a su fin. ¿Cuál será, según usted, el mito que vuelva a dar sentido a nuestra existencia? ¿Hay alguno?».
Yo no sé si estos 1.972 años de Occidente han sido regidos por el mito del enviado del hijo de Dios, o si una casta sacerdotal utilizó ese mito, o si el proceso histórico mismo fué moviéndose simultáneamente con el mito y el mito no determinó el proceso… todo esto no lo sé. Lo que sí sé es que ese mito, en algún sentido, puede haber jerarquizado la vida en algún momento histórico. También pienso que este mito (como todo ensueño; un ensueño social, salvacionista, una especie de núcleo de ensueño de Occidente) le dió sentido a la vida de mucha gente, como dan sentido los ensueños.
Y dice él: «creo que es evidente que este mito está tocando a su fin -tal vez se esté desgastando este ensueño, se esté desgastando ahora más que nunca-, cual sería, según usted, el mito que vuelva a dar sentido a nuestra existencia ¿Hay alguno?». Puede ser que haya algún nuevo mito que pueda dar sentido a nuestra existencia, ¿pero, qué quiere usted?. Si quiere un nuevo ensueño que dé sentido a su existencia, puede lograrlo. Hay religiones; cada día hay más superchería; hay conciencia emocionada, conciencia mágica, conciencia salvacionista, conciencia mesiánica… ¡claro que la hay! ¿Quiere usted eso? ¿O quiere tener conciencia de usted mismo y descubrir sus conflictos?
Yo creo que hay nuevos mitos y va a haber nuevos mitos, pero no creo que eso vaya a solucionar el conflicto del hombre. Ahora se trata de que el hombre empiece a pensar por sí solo, sin custodias de ningún tipo; ni templos; ni sacerdotes; ni fetiches, ¿no es cierto? No es éste el problema, si de algún mito va a salir nuestra salvación, si de algún ensueño va a haber una nueva orientación del hombre. Nuestro problema es ver la raíz de los conflictos, es aprender a ver y es tomar conciencia de sí mismo.