PREGUNTA: «Mi problema fundamental es de tipo religioso. Acerca de la inmortalidad y de la existencia de Dios».

¿Se imagina cómo se aburriría usted si fuera inmortal? ¿Le parece que con esta mente condicionada que usted y nosotros tenemos, le parece que sería posible algún tipo de permanencia tras la muerte manteniéndonos en tal estado? Si es que el Infierno existe, ese es el Infierno.

Nosotros no decimos nada acerca de la existencia ultramundana, pero si decimos que es una posibilidad ¿Por qué no? Y es una posibilidad que puede ser explorada y que merece estudiarse. Pero nos da la impresión de que, sea lo que fuere y si tal trascendencia existe, no debe ser la simple continuidad de nuestra estructura mental actual.

En cuanto a la existencia o no existencia de Dios, lo siento pero no puedo decirle nada. ¿De qué le valdría que le dijera yo a usted: «¡Sí, Dios existe!», o lo negara? ¿De qué le serviría a usted?