PREGUNTA: «¿Qué opina la doctrina con respecto al sexo?».
Opina innumerables cosas. Lo importante no es qué opina la doctrina, sino que opina usted. Porque, a ver: ¿cómo quiere formular la pregunta? Sin duda que usted tiene algún problema, si no formularía la pregunta. Si usted formula correctamente su pregunta, a lo mejor la respuesta puede estar en un libro de Fisiología. Dejando de lado toda ironización le digo que en el sexo hay una energía muy importante, tal vez la más importante del ser humano. Que no se trata ni de asfixiar esa energía, ni se trata tampoco de dilapidarla. Se trataría al principio de canalizarla. ¿Pero como hace uno semejante cosa? Uno sin ningún tipo de exceso y con toda espontaneidad y libertad, deja que el sexo trabaje como puede trabajar normalmente, mientras investiga el problema que el sexo puede plantearle. Es todo lo que puedo decirle con respecto a esto.