PREGUNTA: «¿Cuando en el núcleo de ensueño el clima es negativo, «paralizante» y consecuentemente los ensueños secundarios no movilizan sino que inducen a una actividad no vital, a un esconderse permanentemente, se trataría de un caso patológico? ¿O el núcleo de ensueño «muerte» es tan núcleo como cualquier otro y se debe aceptar y es inútil ir en contra?».

Es una buena pregunta porque a mucha gente le sucede eso, sobre todo en estas épocas.

Yo creo que todo lo que no vaya con el ritmo de la vida y de la expansión, siempre tiene algo de patológico (no hay que tomarlo a esto como una cosa horrorosa). Me parece que lo que se cristaliza o regresa, va contra la vida y que la vida es cambio, es evolución, es transformación y no admite cristalizaciones, detenimientos y mucho menos regresiones. En este caso, tal núcleo de ensueño inmoviliza a ese ser humano y tiene algo de patológico, pero es superable. Luego dice: «¿es tan núcleo como cualquier otro y se debe aceptar y es inútil ir en su contra?». Creo que no se trata en este caso ni de aceptar ni de no aceptar. Se trata, simplemente, de estudiarlo en profundidad y ver por qué mi estructura mental está organizada de tal modo que, como respuesta de situación (como deficiencia mía) proyecta ese tipo de núcleo, proyecta ese tipo de ensueño. Ni aceptar ni no aceptar, sino comprender y estudiar tal núcleo y tal ensueño. «Pero con estudiarlo (puede decir alguien) no va a pasar algo especial» ¡Si va a pasar mucho con estudiarlo! El asunto es comprender de qué se trata.

Acá hay tres, cuatro, cinco… ¡seis preguntas!