Es evidente que los valores vivenciales no son, por si mismos, racionales. Son, por el contrario, subjetivos. Por tanto, no cabe incluirlos en la modernidad cuyo paradigma es precisamente «hombre racional«, aunque habría que añadir irónicamente que este paradigma de la racionalidad del hombre es, también y posiblemente, un valor subjetivo.
Por contraste, la posmodernidad reivindica la sinrazón de los fines, y el predominio de lo efímero, instintivo, subjetivo y estético. Cuestiona, desde luego, la cultura occidental y su proyecto de modernidad. No olvida, sin embargo, la solidaridad entre los hombres, la cual esta, paradójicamente, en las mismas raíes de la modernidad.
Por ello, y aunque no lo acepten algunos, hay ámbitos comunes entre ambas postural. Perdida la esperanza de un cambio social hacía un mundo mas justo, la posmodernidad se contenta con proponer la mejora de las relaciones interpersonales y una ética relativista, arrinconando la ética tradicional en lo religioso, sin saber como hacerla coherente con la libertad. Duda por ultimo, dentro de este breve esquema, de que existan fundamentos, o principios firmes, sobre los que elevar el edificio de la ciencia, la moral o la concepción del hombre. Según pienso, estos fundamentos pudieran estar en los valores vivenciales, según acabo de exponer.
Dentro de esta visión global, los valores vivenciales no tienen por que ser rechazados por la posmodernidad. Son valores subjetivos y, por tanto, asumibles por ella. Incluso cabría considerar ámbitos de nivel inferior al de humanidad (regiones, culturas) donde estos valores pudieran ayudar a resolver sus problemas actuales, mientras que, en otros, no.
La misma concepción del ser humano, si se logra expresarla mediante formulación vivencial. no tiene por que ser rechazada por la posmodernidad, si su vigencia se aceptase como provisional. Que es exactamente lo que han de propugnar las ciencias naturales: Nada hay definitivo en la ciencia, que no pueda ser revisado.
Por otra parte, es racional la afirmación de que «la subjetividad generalizada es objetividad«, porque esa repetición de hechos, con algunas reservas a explicar, es la base de la ciencia. Con ello se enlazaría la racionalidad del proyecto moderno con el ámbito de lo subjetivo en que esta inmersa la posmodernidad.
Ello requiere establecer un paradigma-puente entre ambas posturas intelectuales, a reserva de que este paradigma remueva racionalmente los errores de la modernidad, de modo que resulte aceptable básicamente desde perspectiva posmoderna.
Lo que propongo es un paradigma que incluya un concepto vivencial del hombre, que ya apunte, y que podría formularse en principio como «el hombre, ser racional y sujeto responsable de decisión«, base de la democracia, y con el cual el paradigma inicial de racionalidad pudiera recobrar vitalidad, y señalar un nuevo sentido a la acción, que es lo propio del conocimiento científico.