Ello nos lleva de entrada a una importante conclusión a partir de la idea de que ninguna asociación tiene propietario. ¿Lo tiene una asociación cultural? ¿Acaso tiene propietario una asociación deportiva? podrá haber un socio destacado, incluso mayoritario, pero no existe propietario alguno de una asociación de personas. Esta entidad sería la propietaria de los medios productivos.
Por tanto, se puede afirmar que la empresa no tiene propietario, sino miembros. Esta es la nueva frontera. La empresa se construye con aportaciones de capital y de trabajo que, como contrapartida, no pueden tener la propiedad de la empresa, que no existe, sino unos derechos de gestión y unos derechos a la renta que Sean suficientemente estimulantes para ambos.
Constituye esto alguna novedad? Veamos :
Frente a la tradicional dialéctica, o proceso razonador, propiedad, luego poder o sea, propiedad de cosas luego poder sobre personas. se establece ahora la dialéctica contraria: «Poder vinculado a la persona y su circunstancia (concretamente al riesgo empresarial) luego acceso a la propiedad de cosas, es decir, a la renta de la empresa, no al poder sobre personas«.
De esto se deduce la revisión de una idea entrañable: «un hombre un voto», puesto que el poder de decisión ha de estar vinculado al riesgo y su cuantía, que no tiene por que ser la misma para todos. En efecto, si el que corre poco riesgo tuviese el mismo poder que el que arriesga mucho, dominaría a este ultimo pues para aquel la decisión sería como un juego, en el que apenas corre riesgo. Podría ser proclive a decisiones muy arriesgadas o insensatas.
También. y por otra parte, este planteamiento nos lleva a revisar el concepto de autogestión.
Autogestión debería ser el derecho de toda persona a decidir en los asuntos que le conciernen o afectan y en la medida en que le conciernen.
Es claro, desde este punto de vista, que este derecho lo tienen los trabajadores de la empresa. Pero asimismo lo tienen los inversores. porque el destino de la empresa también les afecta.
Con este razonamiento se llega a la misma conclusión a que se llego revisando la propiedad: todos los miembros de la empresa tienen (deberían tener) poder de decisión.
El objetivo de esta concepción seria, entre otros. la armonización de intereses, o sea : «lo que vaya bien a la empresa ha de ser bueno para todos; to que vaya mal ha de ser malo para todos«. Con esto se hace posible la existencia de un poder humano, y se tendrían las bases de la empresa-sociedad.