En esta forma de transferencia, los temas van coincidiendo con los argumentos. Ello facilita las cosas, ya que al ir modificando los temas de una escena, también se van operando transformaciones de los climas que pudieran ser negativos.
Sucede, a veces, que no puede trasladarse un clima ya que la resistencia es muy grande. Se procederá entonces gradualmente, desde el tema fuertemente asociado a la carga negativa, hacia un tema próximo, a fin de que el segundo cobre las connotaciones del primero (por ejemplo: aparece un pariente vestido de cierta manera, con una determinada actitud y en una escena desagradable. Si la resistencia a los transformismos de esa imagen fuera muy grande, habrá que hacer participar a otra persona y rodearla de los atributos de la primera, a fin de que el clima se transfiera. De la segunda se pasará a una tercera, etcétera.).
Recordemos acá lo dicho anteriormente respecto de la «persuasión» de las resistencias. En primer término, el guía nunca promoverá la irrupción súbita de imágenes que el sujeto experimente como peligrosas. Guiará en sentido opuesto a las resistencias, con prudencia y sin violencias. No dejará desarmado al sujeto frente a imágenes que no pueda sobrellevar. Eludirá la confrontación directa, a favor de persuasiones (o retrocesos), si el clima se hiciera angustiante. Cuando comprenda que no puede resolver una dificultad, postergará el trabajo a las próximas sesiones tomando adecuada nota.