Pregúntese: «¿En qué situación vivo?» Hágalo, pero ordenadamente. Describa con claridad su situación en función de: edad, sexo, trabajo, hogar, salud y amistades. En todos esos casos, aclare las tensiones más desagradables que sufre.
Considere ahora, en qué «climas» mentales vive. Entienda por «climas», las sensaciones más globales y, a veces, más irracionales que sufre: clima de desamparo, de violencia, soledad, injusticia, opresión, inseguridad, etcétera.
Avance un paso más. Si ha descripto con claridad, su situación actual en función de edad, sexo, trabajo, etcétera y ha descubierto en cada caso, las tensiones que operan, haga otro tanto con los climas.
Discuta todo lo anterior con los otros partícipes y dispóngase a realizar el siguiente ejercicio: