Antes de iniciar un trabajo autotransferencial, habrá que fijar el interés. De acuerdo con él, el operador sabrá como estructurar el argumento, cuáles temas integrarán las escenas y, por supuesto, en qué nivel del espacio de representación y en qué tipo de recintos desarrollará sus trabajos.

Supongamos que el operador necesita resolver algunos nudos biográficos de gran importancia para él. Sabe que están referidos a imágenes y climas que condicionan muchas de sus actitudes actuales, pero que inequívocamente tienen su origen en el pasado. De acuerdo a lo comprendido, queda claro que tendrá que emplazar los argumentos siguiendo el camino descendente que lo llevará al recinto adecuado. Ahora bien, su interés puede estar referido a superar situaciones de fracaso que comprometen seriamente a su imagen de sí. Pero será imprescindible acotar los límites de tales fracasos. Acaso podrá referirse a cuestiones de trabajo, de relación, etcétera.

Si nuestro operador clarifica bien su interés, el armado escénico comenzará por repetir la situación a partir de la cual comenzó el problema. Así es que el argumento es, en parte, la repetición de lo sucedido. Sólo en parte, ya que se podrá apelar a numerosas alegorizaciones que permitan, precisamente, transferir cargas opresivas e integrar contenidos en el desenlace deseable.

Daremos un ejemplo de trabajo autotransferencial en el que el interés está puesto en lograr reconciliaciones con el propio pasado. Como son numerosas las situaciones que han actuado, habrá que construir varios argumentos que permitan al operador profundizar en alguno de ellos específicamente.

En el mismo ejemplo, podremos asistir al tratamiento del tema de Ella (o EL) sin mayores pretensiones de lograr definiciones precisas. Podrá observarse, además, el tratamiento alegórico en las escenas en las que el operador emplazará sus temas. Para una mayor comprensión, fragmentaremos el proceso.

No debe desorientar que se usen los recursos selváticos de resistencia, ya que están tratados para dar una tensión que luego se descargará en el momento en que se llegue a destino.

Todo el proceso está enmarcado en una suerte de «juicio final» en el que se pasa revista a la vida del operador.

La salida del proceso está alegorizada por el reencuentro con los pasos iniciales, pero en un clima final de experiencia positiva.

  1. «… Ahora que estás muerto y has descendido hasta el umbral del mundo de las sombras, al escuchar el sonido de balanzas, te dirás: ‘Están pesando mis vísceras…’ y será cierto, porque pesar tus vísceras es pesar tus acciones”.
  2. «Las vísceras bajas están en el fuego infernal. Los cuidadores del fuego se muestran siempre activos, mientras Ella o El (según seas hombre o mujer) se deslizan sigilosos, o surgen de pronto, para desaparecer del mismo modo”.
  3. «Primeramente, pagarás a los cuidadores. Luego, entrarás al fuego y recordarás los sufrimientos que causaste en la cadena del amor”.
  4. «Pedirás perdón a los maltratados por ti y saldrás purificado únicamente cuando te reconcilies..”.
  5. «Entonces, llama por su nombre a Ella o El, según sea tu condición y ruégale que te permita ver su rostro. Si accede a tu demanda, escucha su consejo que es tan suave como brisa lejana”.
  6. «Agradece con todo el corazón y parte siguiendo la antorcha de tu guía”.
  7. «El guía atravesará oscuros pasadizos y llegará contigo a una cámara donde aguardan las sombras de aquellos que has violentado en tu existencia. Ellos, todos ellos están en la misma situación sufriente en que aquél día los dejaras”.
  8. «Pídeles perdón, reconcíliate y bésalos uno por uno antes de partir”.
  9. «Sigue al guía, que bien sabe llevarte a tus lugares de naufragio, a los lugares de las cosas yertas irreparablemente”.
    «¡Oh, mundo de las grandes pérdidas en donde sonrisas y encantos y esperanzas son tu peso y tu fracaso!»
    «Contempla tu larga cadena de fracasos..”.
  10. «Pide al guía que alumbre lentamente todas aquellas ilusiones..”.
  11. «Reconcíliate contigo mismo, perdónate a ti mismo y ríe. Entonces, verás, como del cuerno de los sueños surge un huracán que lleva hacia la nada el polvo de tus ilusorios fracasos”.
  12. «Aún en el bosque oscuro y frío, sigues a tu guía. Las aves de malos presagios rozan tu cabeza. En los pantanos, lazos serpentinos te sumergen”.
  13. «Haz que el guía te lleve hacia la gruta oscura».
    «No puedes ya avanzar, a menos que pagues tu precio a las formas hostiles que defienden la entrada”.
  14. «Si finalmente logras penetrar allí, pide al guía que vaya iluminando a izquierda y a derecha. Ruégale que ilumine los grandes cuerpos de mármol de aquellos que no has podido perdonar..”.
  15. «Perdónalos uno por uno y, cuanto tu sentimiento sea verdadero, las estatuas se irán convirtiendo en seres humanos que te sonreirán y extenderán hacia ti sus brazos en un himno de agradecimiento”.
  16. «Sigue al guía fuera de la gruta y no mires atrás por ninguna circunstancia”.
  17. «Paga a tu guía y vuelve aquí, adonde se pesan las acciones de los muertos”.
  18. «Escucha la balanza que se inclina a tu favor: ¡Tu pasado te es perdonado!»
  19. «Demasiado tienes como para pretender más por ahora… Si tu ambición te llevara más lejos, podría suceder que no volvieras a la región de lo vivos”.
    «Demasiado tienes con la purificación de tu pasado”.
  20. «Yo te digo ahora: ¡Despierta y sal fuera de ese mundo!»