Un trabajo muy útil que pueden realizar los interesados, es el de asociar un clima inhibitorio a la imagen de un hábito nocivo (uso de tabaco, alcohol, etcétera.).
Primeramente el guía procederá hasta que el sujeto logre una buena imagen de sí mismo, realizando el acto habitual nocivo. Inmediatamente se evocará una imagen que produzca un clima inhibitorio (por ejemplo, algo repugnante), haciéndola entrar en la primera escena. Se cuidará que las imágenes que ahora configuran esa escena compleja, se relacionen del modo más estrecho posible.
Se trabajará posteriormente en producir el traslado y «encaje» del clima inhibitorio en la imagen del hábito nocivo. Será necesario repetir varias sesiones, hasta que al evocar la imagen del hábito nocivo surja fuertemente asociado a él, el clima inhibitorio.
Para acelerar el proceso de «encaje» y asociación, el sujeto podrá repetir por su cuenta y varias veces al día, todo el trabajo, hasta la próxima sesión. Si se actúa con ese sistema de refuerzo, bastará con dos o tres sesiones solamente para obtener la transferencia negativa.
Si al evocar el hábito en cuestión, el sujeto experimenta el fuerte clima inhibitorio, entonces el guía le solicitará el abandono definitivo del hábito a partir de ese momento.
Esa técnica obtendrá excelentes resultados, siempre que:
- el sujeto tenga buenas y claras razones para intentar el abandono del hábito;
- desee verdaderamente desembarazarse de él como asunto de importancia vital;
- la propuesta sea definitiva. O sea, no de abandono gradual, escalonado, o con plazo tentativo.
Será conveniente, en las sesiones de transferencia negativa, respetar los pasos 1 y 2 de toda transferencia profunda.