CEREMONIAL
de La Comunidad
(para el desarrollo humano)
Roma, Julio 1996
PROTECCION
Individual o colectiva.
Relator y auxiliar frente a los niños y éstos, rodeados por los asistentes a la ceremonia.
Relator: Esta ceremonia tiene por objeto, dar participación a los niños en nuestra comunidad.
Desde muy antiguo, los niños han sido objeto de ceremonias tales como bautismos, imposiciones de nombre, etc. Mediante ellas se ha reconocido el cambio de situación, el cambio de etapa en el ser humano.
Existieron y existen, ciertas formalidades civiles, mediante las cuales consta el nacimiento, lugar en que el hecho se produjo, etc. Por cierto que ellas tienen importancia y deben cumplirse.
Pero la trascendencia sicológica, o si se quiere espiritual, que acompaña a una ceremonia de este tipo, nada tiene que ver con la frialdad de las constancias escritas. En cambio, está ligada al júbilo de los padres y de la comunidad, al ser presentado el niño publicamente.
Esta es una ceremonia mediante la cual el estado del niño cambia, al convertirse en partícipe de una comunidad que se compromete a hacerse cargo de él, en caso de que desafortunadas circunstancias lo dejaran desvalido.
En esta ceremonia se pide protección para el niño y la comunidad lo acoge como a un hijo más.
Auxiliar: (dirigiéndose a los concurrentes). Pedimos protección para este/os niño/s…
Relator: Lo/s acogemos con júbilo y nos comprometemos a darle/s protección.
Relator: Elevemos ahora nuestros mejores deseos…¡paz y alegría para todos! (Impone amablemente una mano sobre la cabeza del o los niños y lo/s besa en la frente).
MATRIMONIO
Individual o colectiva
Relator y auxiliar de frente a las parejas y separados de ellas en lo posible por una pequeña mesa.
Auxiliar: Desde tiempos remotos, los casamientos han sido ceremonias de cambio de estado de las personas.
Cuando alguien termina o comienza una nueva etapa de la vida, suele acompañar a esa situación con un determinado ritual. Nuestra vida personal y social está ligada a rituales más o menos aceptados por las costumbres. Decimos nuestros saludos a la mañana, distintos que a la noche; damos la mano a un conocido; festejamos un cumpleaños, una culminación de estudios o un cambio de trabajo. Nuestros deportes están acompañados de ritual y nuestras ceremonias religiosas, partidarias y cívicas nos colocan en la situación adecuada según sea el caso.
El matrimonio es un cambio importante en el estado de las personas y en todas las naciones tal hecho exige ciertas formalidades legales. Es decir, que la relación conyugal ubica a los consortes en una nueva situación con respecto a la comunidad y el Estado. Por cierto que eso es de importancia, pero cuando una pareja establece vínculos conyugales, lo hace pensando en un nuevo estilo de vida, lo hace con sentimiento profundo y no con espíritu formal.
Hay por consiguiente, en esta ceremonia de cambio de estado, la intención de establecer un vínculo nuevo y en lo posible duradero con otra persona. Hay el deseo de recibir del otro lo mejor y de dar al otro lo mejor. Hay la intención de llevar el vínculo más lejos, trayendo al mundo o adoptando niños.
Viendo así al casamiento, concedemos importancia a la legalidad del vínculo, pero en cuanto al sentido espiritual y emocional, decimos que únicamente los cónyuges dan significado a esta ceremonia.
En otras palabras. Esta ceremonia pone a dos seres humanos en situación de emprender una vida nueva y es en esta ceremonia en donde los contrayentes realizan esa profunda unión de acuerdo a su propio sentir.
Nosotros no casamos, sino que ellos se casan delante de nuestra comunidad.
Relator: Y para que esta ceremonia sea propia y verdadera, preguntamos: (dirigiéndose a un miembro de la pareja) ¿Qué es para ti el matrimonio?
Una/uno: (El demandado explica en voz alta)…
Relator: (Dirigiéndose al otro) ¿Qué es para ti el matrimonio?
Otra/otro: (El demandado explica en voz alta)…
Relator: …Por consiguiente, este matrimonio será de acuerdo a los deseos expresados y a las intenciones más profundas. (Saluda afectuosamente a ambos).
ASISTENCIA
Esta ceremonia puede repetirse a pedido del interesado o de aquellos que cuidan de él.
Individual. A solas con el moribundo.
Próximo al moribundo (cualquiera sea su aparente estado de lucidez o inconsciencia), el relator habla con voz suave, clara y pausada. Esta es una ceremonia de mucho afecto y exige que el operador de lo mejor de si.
Relator: Los recuerdos de tu vida son el juicio de tus acciones. Puedes, en poco tiempo, recordar mucho de lo mejor que hay en ti. Recuerda entonces, pero sin sobressalto y lava tu memoria. Recuerda suavemente y tranquiliza tu mente.
Rechaza el sobresalto y el descorazonamiento.
Rechaza el deseo de huir hacia regiones oscuras.
Rechaza el apego a los recuerdos.
Queda en libertad interior con indiferencia hacia el ensueño del paisaje, con resolución en el ascenso.
La luz pura clarea en las cumbres de las altas cadenas montañosas y las aguas de los-mil-colores bajan entre melodías irreconocibles hacia mesetas y praderas cristalinas.
No temas la presión de la luz que te aleja de su centro cada vez más fuertemente. Absórbela como si fuera una líquido o un viento, porque en ella, ciertamente, está la vida.
Cuando en la gran cadena montañosa encuentres la ciudad escondida, debes conocer la entrada. Pero esto lo sabrás en el momento en que tu vida sea transformada. Sus enormes murallas están escritas en figuras, están escritas en colores, están “sentidas”. En esta ciudad se guarda lo hecho y lo por hacer…
Estás reconciliado, estás purificado…
Prepárate a entrar en la más hermosa Ciudad de la Luz, en esta ciudad jamás percibida por el ojo, nunca escuchada en su canto por el oido humano. Ven, prepárate a entrar en las más hermosa Luz…
MUERTE
Relator: La vida ha cesado en este cuerpo. Debemos hacer un esfuerzo por separar en nuestra mente la imagen de este cuerpo y la imagen de quien ahora recordamos.
Este cuerpo no nos escucha, este cuerpo no es quien nosostros recordamos.
Aquel que no sienta la presencia de otra vida separada del cuerpo, considere que aunque la muerte haya paralizado al cuerpo, las acciones realizadas en vida, siguen actuando y su influencia no podrá detenerse jamás. Esta cadena de acciones desatada en vida no puede ser detenida por la muerte. Qué profunda es la meditación en torno a esta verdad, aunque no se comprendan totalmente las transformaciones de una acción en otra.
Y aquel que siente la presencia de otra vida separada, considere igualmente que la muerte sólo ha paralizado al cuerpo; que la mente una vez más se ha liberado triunfalmente y se abre paso hacia la Luz.
Sea cual fuera nuestro parecer, no lloremos los cuerpos. Meditemos más bien en la raiz de nuestras creencias y una suave y silenciosa alegría llegará hasta nosotros.
¡Paz en el corazón, luz en el entendimiento!