La violencia interna (o personal) es la violencia que cualquier individuo sufre como una experiencia mental y emotiva. Es una experiencia desagradable compuesta en la que surgen ideas y emociones negativas, tensiones físicas y disturbios en la persona afectada.
Es un estado en el que la persona sufre toda clase de desequilibrios y falta de armonía (o sea, mentales, emocionales y físicas) en varios grados de intensidad.
Es lo contrario de paz, tranquilidad, serenidad, estabilidad, calma, ecuanimidad, armonía, equilibrio, serenidad, etc. Además, es la ausencia de un creciente sentimiento de felicidad y de libertad interna, de fe en uno mismo, en otros y en el futuro. Es lo contrario de paz, fuerza interior y de alegría.
Los siguientes son casos de violencia interna manifestada en diversas maneras: el odio, la desconfianza, el prejuicio, el resentimiento, la frustración, los recuerdos negativos, la desorientación, la inseguridad, la indecisión, el encerramiento, la falta de comunicación, los miedos (a perder cosas, a la enfermedad, a la vejez, a la muerte, etc.), el cinismo, el pesimismo, la negatividad, la falta de la fe en uno mismo o en otros o en el futuro, la falta del propósito en la vida, los falsos propósitos de vida, las obsesiones, las compulsiones, el nihilismo, el desacuerdo entre ideas, sentimientos y acciones, las tensiones, las contradicciones etc..
Todo lo anterior es llamado genéricamente sufrimiento. Se sufre debido a lo que nosotros creemos qué está ocurriendo, a lo que creemos que ha ocurrido, o a lo que creemos que ocurrirá. Por lo tanto, la violencia interna tiene tres orígenes principales dentro de la persona individual:
A) Las frustraciones pasadas, los resentimientos y las memorias negativas con los que la persona no pudo reconciliarse,
B) La desorientación actual, las prioridades y valores poco claros o confusos, la falta de afirmación, las dificultades de comportamiento, los problemas con la imagen de sí o la actitud, etc.
E) Las incertidumbres y los miedos acerca del futuro.
Por cierto, el propósito o sentido de vida que uno tiene juega un papel crucial en generar o no violencia interna. Esto juega un gran papel en la manera en que los seres humanos tratan sus miedos principales, o sea, el miedo de la muerte, a la vejez, a la pobreza y a la soledad.
La violencia interna se manifiesta principalmente en dos maneras: a) como disturbios físicos y enfermedades, y la b) como violencia externa, es decir la agresión a otros.
La Comunidad provee referencias útiles para superar la violencia interna mientras que, simultáneamente, trabaja por superar la violencia externa en la sociedad.