La violencia económica es una de las muchas formas de la violencia que se manifiestan en grupos humanos (violencia social) y entre individuos (violencia interpersonal).

Quien haga algo que provoque daño en otros en sus legítimos derechos económicos, ejerce violencia económica. En otros términos, cuando se atenta contra la subsistencia y las condiciones de vida mínima de otros, cuando se los despoja de sus legítimos ingresos o propiedad, etc.

Por cierto, el daño económico también podría estar acompañado de otras clases de daño, o sea, físico, psicológico, etc. Pero ahora estamos tratando el aspecto económico de la violencia sufrida o ejercida.

Los siguientes son ejemplos que pueden ser vistos primariamente como violencia económica, aunque estén acompañados por las otras formas de la violencia: la monopolización, la explotación el trabajo garantizado, los fraudes, el soborno, la adulteración de productos de consumo, fijar precios excesivos, el pagar retribuciones injustas, la especulación, el robo, el peculado, los mercados en negro, la extorsión, la especulación, la usura, el acaparamiento especulador, etc.

Algunos casos de violencia económica son causados por la incompetencia culpable o la negligencia, o debido a la falta de disposición para prevenirlos, o debido al desvío de recursos que podían prevenirlos hacia otras áreas de interés, etc.

La Comunidad se opone al uso de la violencia como medio para conseguir cualquier fin. Se opone a la violencia a través de la no-violencia activa.