septiembre de 1975
Trascripción Charla dada por Silo en Corfú
No sabemos lo que puede salir de acá. Pero es como… esto es interesante ¿no? Tratemos de ver qué pasa. En el contexto de nuestros estudios, esto no entra. No está dentro de la corriente de pensamiento en que hemos venido trabajando. Así que está afuera. Entonces, complica más que aclara. Pero si a Uds. les gustan las complicaciones, veamos para qué puede servir esto.
En principio, esto no tiene nada de práctico, de manera que no se ve cómo se lo puede aplicar. Parece que tampoco cabe dentro de nuestro contexto de intereses, porque esto es una preocupación más bien teórica acerca de aquello en que se basa el pensar. Para nosotros es mucho más interesante el pensar, no en qué se está basando el pensar. Pero al hablar de las bases del pensar, se puede interpretar esto de las bases del pensar, psicológicamente, por ejemplo. Esas son preocupaciones que están entre nuestros intereses, el pensar como hecho psicológico.
Ahí está el psiquismo trabajando, entonces esa especie de glándula produce secreciones que son pensamientos. Entonces, la cosa, más o menos psicológicamente, se la puede seguir. Pero cuando se habla de la base del pensar, no en sentido “psicológico” sino en sentido “lógico”, se está usando un punto de vista totalmente diferente. Ahí ya no nos estamos preocupando de qué aparatos son los que operan sino que nos estamos ocupando de la estructura, no del psiquismo, sino de la estructura del pensar mismo, del pensar en sí. La diferencia es grande. La preocupación psicológica está destinada al psiquismo. El psiquismo hace muchas cosas; entre otras, piensa. Y entonces ese pensar no interesa tanto en su estructura, sino más bien como producto del psiquismo. Pero el punto de vista lógico, que es el que vamos a usar en esto, no se preocupa por de dónde surge el pensar, con qué función cumple el pensar; se preocupa por el pensar mismo, cómo está estructurado ese pensar. No le interesa la utilidad que pueda tener semejante cosa.
Desde luego que, para nosotros, si hay pensar, hay conciencia que estructura este pensar. Para nosotros no puede haber pensar, de todas maneras, sin conciencia que piense. Y para nosotros no puede haber conciencia que piense si no hay estructura en marcha. Esta conciencia que piensa es una estructura que se relaciona con un fenómeno. No hay conciencia sin fenómeno. Pensar que hay conciencia sin fenómeno es más o menos como pensar que existe un ser sin manifestación y, para nosotros, todo lo que existe, se manifiesta. Es decir, se expresa. Es decir, de él se tiene un registro. Así veíamos en Psicología, pero desde el punto de vista lógico, diríamos que de ese fenómeno tenemos una noción. No hay fenómeno, para nosotros, si no hay noción de ese fenómeno.
En ciertas disciplinas como las Matemáticas, por ejemplo, hay ciertas nociones no determinadas, el concepto de “x” por ejemplo, o el concepto de “n”. Potencia elevada a la “n”, no es una noción determinada. Hay nociones que son indeterminadas, x, n, etc., la misma noción de infinito es indeterminada. De manera que hay nociones que tienen distinto grado de determinación, de precisión.
Hay nociones totalmente indeterminadas. La noción más indeterminada de todas, desde el punto de vista lógico, es la noción de ser. No de este ser o de éste o de aquél, sino de lo que es en general. La noción de ser, por ser la más amplia de todas las nociones lógicas, es la menos precisa, la menos esclarecedora. Aquí pasa como pasaba en Psicología un poco. En Psicología decíamos que cuando un objeto ocupaba la presencia de la conciencia, este objeto se determinaba para la conciencia; se hacía preciso, claro. Y en Lógica decimos que cuando una noción es más amplia, es menos determinada, y cuando es más restringida, es más determinada. De manera que, cuando nos referimos a un objeto, tenemos un máximo de determinación, de precisión, pero cuando nos referimos a los objetos en general, caben tantos objetos ahí que la precisión es mínima. Imaginen Uds., si ahora hablamos de “el ser en general”, de “lo que es en general”, todas las cosas son en general, ésa es la noción más amplia.
¿Qué podemos hacer con eso de que todas las cosas son? Podemos hacer algunas rarezas como hicieron los pensadores griegos primitivos. Decir, por ejemplo, que el ser es lo más amplio y que el no ser tiene la misma amplitud que el ser sólo que no posee existencia. Y ¿con eso qué hacemos? Son todas cosas sumamente extensas, vagas, y que no ayudan mucho. Pero, claro, estos señores observaron que este objeto es y que aquél también es y que todos los objetos determinados, precisos, participan de la existencia, se parecen en que existen. Lo más general de ellos es que son y que no se puede hablar de aquello que no es.
Las cosas se les complicaron a estos pensadores cuando vieron que algunos objetos hoy eran de un modo y mañana eran de otro modo. La cosa se les complicó cuando apareció el pensar sobre el movimiento. Porque, claro, a medida que las cosas iban cambiando ¿qué es lo que hacía permanecer su identidad? Por ejemplo, Platón recordaba cuando era niño: era Platón, cuando niño, luego a los 30 años y luego a los 70. De algún modo era Platón siempre, pero de otro modo no era el mismo en absoluto. Entonces, había algo en él que era permanente y algo que en él era móvil. Entonces, eso creó problemas para el pensar… aquellas cosas que pueden dejar de ser de un modo y empezar a ser de otro modo. El problema del movimiento se presentó muy fuertemente.
Entonces, parece que las cosas son, en un sentido y, en otro sentido, parece que las cosas van siendo de un modo, van siendo de otro. ¿En qué sentido va una de esas dos cosas? Problema. Así surgieron muchos problemas con el asunto del pensar. Por ejemplo, hubo algunos que se preocuparon por determinar la identidad. Dijeron: 1 es igual a 1, 2 es igual a 2 pero también es igual a 1 + 1. ¿En qué sentido, en esta parte de la igualdad, 2 es lo mismo que 1+1? Que 2 sea idéntico a sí mismo, vaya y pase, pero que 2 sea lo mismo que 1 + 1 está más discutido. Si para nosotros ese signo igual quiere decir “lo mismo”, es una cosa. Pero si ese signo igual quiere decir “equivalencia”, entonces no estamos hablando de identidad, sino que equivale al otro.
Desde el punto de vista del ser, por ejemplo, una manzana es igual a una pera. Si el nivel de lenguaje que hemos establecido es el de ser, las dos tienen igualmente existencia, pero en cuanto individuos, manzana y pera, son bien diferente. Manzana equivale a pera. Estamos considerando este plano de que las dos son, que las dos existen. Pero de ninguna manera si las consideramos como individuos.
Entonces se pusieron a observar unos cuantos fenómenos, fenómenos que abarcaban unos a otros, fenómenos que eran más amplios. Dijeron, supongamos, que ésta es la noción de ser (dibujando en la pizarra…), bueno, ahí están todas las otras nociones que participan de eso. Ahí están las manzanas, las peras, los gatos, los hombres. Todos esos son, existen, pero también tienen diferencias entre ellas, tienen diferencias específicas entre ellas, tienen aquello que no es igual entre a y b. Entonces vienen los primeros intentos de definir. Y dijeron: no se puede definir por el concepto más amplio. Tampoco se puede definir por las diferencias. La definición debe estar en un punto tal en que se ponga lo máximo, a lo cual llamaron género sumo, y lo mínimo, a lo cual llamaron diferencia específica. Y entonces dijeron que para definir un objeto cualquiera, había que tomar sus cualidades máximas y aquellas cosas específicas de ese objeto, propias de ese objeto, que nos impidiera mezclarlo con otros objetos. Entonces, entre género sumo y diferencia específica surgió la definición del objeto.
Esto tuvo mucha importancia para el ordenamiento del pensamiento científico en occidente. El pensamiento científico necesitó determinar sus materias de estudio. Saber, por ejemplo, hablando de una ciencia, qué es lo máximo que abarca esa ciencia y en qué se diferencia de las otras. Al hacer tal cosa definimos una ciencia.
Gracias a esa idea de lo sumo y de lo diferente, definimos. Entonces, aparece una noción más clara, más precisa. Por el aspecto más amplio y por las diferencias precisas que tiene con otros objetos. Ahí estaban estos señores ya preocupándose por encasillar al mundo, por clasificar al mundo, es decir, por ponerlo en “clases” lógicas. Cuando en Zoología, por ejemplo, hablamos de especies, géneros, subgéneros, clases, familias, tipos, etc. y vamos ordenando toda la línea hasta llegar, por ejemplo, al sapo, entonces, decimos que el sapo pertenece a la familia de los batracios, al orden de los cordados o vertebrados, al género… ¿te fijas? Quiere decir que vamos tomando ese caso particular y vamos ubicándolo dentro de círculos más amplios. (dibuja) Ahí, específicamente, se encuentra él, pero en un círculo inmediatamente más amplio se encuentra él y otros mas, y si damos otro salto se van a encontrar otros parientes, hasta que todos podamos meternos en el gran círculo de los animales, por ejemplo, diferente al de los vegetales, que va haciéndose también específico (dibuja círculos concéntricos) hasta llegar a la suma diferencia donde tengamos el objeto dado: una flor, por ejemplo, en un tipo de árbol preciso. Entonces esta historia de los géneros sumos y las diferencias específicas, sirvió para ordenar el pensar, para clasificar los pensamientos, para establecer diferencias entre distintas regiones del pensar y para que no se nos mezclara todo. Entonces, parece que en su momento fue un avance importante el preocuparse por esto de la definición de un objeto de estudio. Había que hacerlo por lo más amplio y lo más pequeño.
Sí, pero, con el problema del movimiento, tenían otra historia que contar, por ejemplo, ¿cómo es posible que esta semilla se convierta en árbol? ¿De qué modo esta semilla puede cambiar y convertirse en árbol? Esa cosa mágica y extraordinaria que veían todos los días, les dio mucho qué pensar. No estaba claro cómo debía producirse ese cambio en el ser. O, por lo menos, en el objeto particular. Y, entonces, para explicar todo el movimiento, para explicar cómo una cosa podía cambiar en otra, y cómo una cosa podía moverse, desplazarse, inventaron la idea de la potencia y del acto. Que todavía sirve para nuestra Física actual. Entonces dijeron: este árbol puede llegar a ser árbol porque en la semilla, todo este árbol, está armado en potencia. Es como si se estuviera comprimido todo el árbol adentro de la semilla. En esa semilla entonces, el árbol está en “potencia”, puede llegar a ser árbol. De manera que en todas las cosas hay potencia. En todas las cosas hay la posibilidad de desarrollar en un sentido, de convertirse en acto. Por ende, en esta tiza, hay energía cinética potencial. Esta tiza está quieta. Pero sucede que esta tiza puede, de pronto, si yo la suelto, empezar a moverse hacia el centro de la Tierra. Por acción de la gravedad o de lo que sea, esta tiza es capaz de desplazarse si la suelto. Quiere decir que en ella hay una energía potencial, como comprimida en ella, para ponerse en movimiento en cualquier circunstancia. Y no es lo mismo la energía potencial de esta tiza que la de este otro aparato. En los dos hay energía potencial, sin duda, pero distinto tipo de energía potencial. Si yo las suelto a las dos, la energía cinética que van a desplazar va a ser diferente, la energía del movimiento, las dos van a empezar a caer a una cierta velocidad, y va a empezar a acelerarse más uno que otro de acuerdo al peso. Pero esto del peso y la aceleración, para estos antiguos era la energía del movimiento que estaba en potencia.
Entonces, estos señores tenían el problema de los seres vivos. Por ejemplo, para saber cómo va a ser el árbol vamos a tener que estudiar la semilla en todos sus aspectos. Entonces, las cosas son porque ciertas potencias se han puesto en acto. Y si una cosa deriva de otra, no puede haber una potencia que no sea derivada de otra. Si una bola se pone en marcha es porque alguien le aplicó energía y se la transmitió a esta bola. Así siguiendo con todo el movimiento, se fue llegando a un primer movimiento que pone en marcha todos los otros movimientos. Pero como este primer movimiento pone en marcha a todos y a él no lo mueve nadie, entonces surge la idea del primer motor inmóvil. Será toda una paradoja aristotélica que después va a servir a Tomás de Aquino para relacionar al primer motor inmóvil con Dios, por ejemplo. Una entidad que pone en marcha todo pero que no es puesta en marcha por nada y entonces se identifica a esta idea de ser en general con esta especie de Dios que está en todos los objetos. Todos los objetos son, todos los objetos tienen energía en potencia que puede convertirse en acto y, a la vez, todos estos objetos derivan de otros, descienden de otros. Con lo cual tenemos todo un panorama completado acerca del movimiento y acerca de las dependencias de un objeto con respecto a otro.
Claro que todo esto son clasificaciones, conceptualizaciones lógicas, que no tenían nada que ver con la Física, por ejemplo. Es al revés. En Occidente numerosas ideas de estos lógicos han pasado luego a la Física. Pero luego la Física ha avanzado mucho, estas ideas, de ninguna manera han resultado satisfactorias. Han servido para hacer el armazón de la ciencia física, el armazón de conceptos, pero no han servido en la práctica para explicar efectivamente el fenómeno del movimiento, por ejemplo. Porque ¿cómo podemos decir que las cosas se mueven porque antes están contenidas en una potencia que luego se convierte en acto? Son trabajos mentales, pero eso no es lo que realmente sucede en el mundo físico. Es muy claro que en ese pensamiento isleño, ese pensamiento aislado aristotélico, el objeto que se va convirtiendo en árbol aparece como aislado del medio. Es evidente que a estas alturas observamos que en el árbol hay gran cantidad de elementos que de ninguna manera estaban en la semilla. En la semilla no había ni fosfatos, ni sales minerales, ni había bacterias nitrogenantes trabajando, ni había influencia solar, ni había transformación de gases en glucosa. De manera que en esa semilla, todos los elementos propios del ambiente, del medio, fue necesario que trabajaran sobre ella y que se soltaran una cantidad de mecanismos que sí, que había en ella, pero para trabajar con el medio, para poder sintetizar una cantidad de sustancias que no estaban de ninguna manera en esa semilla. De manera que en este pensamiento aislado la explicación del movimiento con lo que está encerrado en la potencia, más o menos resultaba satisfactorio, pero desde luego que faltaba la idea de medio, la idea de todos esos elementos que de ninguna manera estaban en esa semilla. Entonces todo se explicaba de acuerdo a ciertas cualidades innatas de la sustancia. Eso tiene una importancia aún para nosotros, todavía en Psicología se sigue creyendo en cosas tales como la inteligencia ¿se fijan? como si la inteligencia estuviera en potencia en el niño y a medida que avanza en edad se va desarrollando, pero no se va a desarrollar más que según aquella cantidad que está en potencia. Hay personas que nacen malas, por ejemplo, y como están cualificadas, diríamos hoy, de ese modo, van a convertir en acto a lo largo de su vida, todo aquello que está en potencia en ellos. Hay una cantidad de determinismos, propios del pensamiento actual, que están basados, precisamente, en esa forma mental aristotélica, que ha explicado todo movimiento, toda producción, en base a la idea de potencia, de lo que está encerrado dentro de sí. Entonces se habla de las potencialidades del alma humana, por ejemplo. Están las virtudes, los defectos, los vicios, las pasiones y todo eso está en potencia, preparadito y lo único que hace es irse manifestando a lo largo del tiempo. Así que el que apareció de un modo, que se despida, porque ya está determinado a manifestarse en esa misma dirección. Parece que el ambiente no jugara un papel muy importante en esto. Parece que el medio no existiese, que todo estuviera comprimido en los seres y lo único que pueden hacer es manifestarse, manifestar eso que ya está en ellos. Como ven, esto ya estaba un poco antes de Aristóteles, esto ya estaba trabajando en la cabeza de Platón. En la cabeza de Platón estaban aquellas “esencias puras”, aquellos “arquetipos” de los que derivaban luego las cosas, que en Aristóteles comienza a tomar un carácter menos filosófico y empieza a tratar ya de aplicarse a las cosas, para explicar cosas y no sólo al mundo de las ideas. Ya a Aristóteles le interesa el movimiento de las cosas, le interesa la física de las cosas, le interesa el comportamiento de los objetos. Pero, lógicamente, con ese esquema que ya comenzó a organizarse antes de él, hay aportes sumamente importantes para el armazón de las ciencias y del pensamiento occidental en estos pensadores. Pero, lógicamente también, impusieron durante dos milenios, prácticamente, toda su forma mental. Y ahí se fue desarrollando, dentro de esos límites, el pensamiento europeo.
Esos son algunos problemas que tenían estos pensadores: el problema del ser, el problema del no ser, el problema del movimiento, el problema de las definiciones de los objetos, el problema de las clasificaciones de los objetos. Ellos, evidentemente, estaban tratando de organizar el mundo de las ideas. Y lo hacían bastante bien, lo hacían muy bien, tanto que siguieron a lo largo de muchos siglos, predominando.
Otra de las grandes preocupaciones fue acerca de las causas que mueven a las cosas. Ahí tenían otro problema. Sí, todas las cosas derivan de otras, perfecto. Hay siempre causa y hay efecto y no hay efecto sin causa, y cada vez que se produce un fenómeno se debe a otro fenómeno, y lo que hay que buscar, cuando surge un fenómeno, es de dónde deriva, de donde viene ese fenómeno. Hay que tener capacidad para ir a rastrear las fuentes de ese fenómeno. Ellos se preocuparon profundamente por el problema de las causas y los efectos. Ya Aristóteles no estaba satisfecho con eso de que las cosas fueran de un modo, había que explicar de dónde venían, las causas que determinaban ese fenómeno. Fíjense si hasta ahora no se sigue pensando así. Hay que ver qué fuerza tiene ese pensamiento y hay que contar con que lo hacían sin los instrumentos que tenemos hoy.
Observen ustedes eso de expresar con claridad la idea de causa y efecto, eso es algo muy notable. Y no sólo hizo eso, sino que clasificó las distintas causas que operaban en un fenómeno, y dijo: en la producción de un fenómeno hay siempre cuatro causas. Y puso el ejemplo de Fidias, un escultor de la época y dijo: para que Fidias pueda producir una estatua de ese pedazo de mármol, tiene que obrar en todo esto por lo menos cuatro causas diferentes. Por ejemplo, tal estatua no puede surgir si no hay una causa material, la causa material es el mármol que se utiliza. No puede haber estatua si no hay una causa eficiente, si no hay algo, algún factor externo a esa materia, que trabaje sobre esa materia, esa es la causa eficiente, ese es Fidias, ese es el escultor, esa es la causa que está trabajando sobre la materia, llevándola, transformándola. No puede producirse la estatua si no hay una causa formal, si no hay una forma. Si no hubiera una forma, jamás podría producirse esa estatua, sino que seguiría siendo ese pedazo, ese bloque material. Ese bloque material también él tiene una forma. Pero cuando todo se transforma del bloque ese, en una estatua, es porque ha operado, es porque siempre está presente una causa material -si no hay causa material no puede haber ningún objeto-, una causa formal –si no hay forma la materia no puede expresarse, uno puede imaginar cualquier tipo de materia, pero siempre tendrá una forma- y tiene que haber una causa eficiente, algo que actúa sobre un objeto, que no está en el objeto, que está fuera del objeto, que opera sobre el objeto…(cambia cinta).
…pero allá todo se va orientando hacia esa causa que todavía no está manifestada, una causa como que estuviera esperando al objeto al final del camino, hacia la cual se va orientando todo, hasta completarse en la cosa terminada. Entonces Aristóteles vio que siempre había una causa final, una suerte de plan al final del camino de todo ser. Así fue, el amigo Fidias pudo realizar su estatua gracias a que participaban esas cuatro causas, y la estatua fue resultado de cuatro causas diferentes: una causa formal, una material, una eficiente y una final, y sin esas cuatro causas no podía explicarse el suceder de las cosas. Así pues, las cosas dependían de causas y estas causas podían ser diferentes, y no podía haber fenómeno sin causa. Es una articulación del pensar sumamente interesante.
Así que se preocupó, no sólo de las definiciones, no sólo de las clasificaciones, no sólo de los problemas de las mayores o menores amplitudes del ser, sino de los problemas del movimiento, del problema de las causas y de los efectos, y no sólo eso, sino que, además, estructuró un sistema de Lógica y se preocupó ahora por el mismo pensar, y se dijo: ¿Cómo es posible el pensar? y ¿cómo hace uno para pensar? y ¿cuándo algo está correctamente pensado o incorrectamente pensado? y ¿cómo debe hacer uno para pensar correctamente? y entonces se preocupó por los problemas del ordenamiento de los juicios, por el problema de los silogismos o de los razonamientos, y se preocupó también por los métodos. De manera que es bastante grande, el aporte, el sistema de pensamiento que estructuró este griego antiguo y del cual todavía se reciben sus influencias. Por ejemplo, es aceptado universalmente que debe pensarse según un método. Es aceptado que sin método hay desorden, es aceptado que todo se mueve según causas y efectos, y así siguiendo. Todavía sigue siendo aceptado para nuestra forma mental.
Este punto de los juicios, este punto de los razonamientos, este punto del correcto pensar hace más bien a la lógica del pensamiento aristotélico. ¿Se capta la idea de todas las cosas que iba haciendo?
Debemos ser razonables y darnos cuenta que mil años antes de Aristóteles también el Oriente había producido todo este tipo de pensamientos, también ellos se preocuparon por el problema del ser y del no ser, también ellos estructuraron cuestiones de método, también ellos se dieron cuenta del ordenamiento de las ideas, también ellos trataron de clasificar al mundo, de manera que, claro, estamos hablando de Aristóteles porque está cerca de nosotros. Pero mucho tiempo antes que Aristóteles ya se habían preocupado por el mundo de lo lógico, no sólo por el mundo de lo psicológico, sino por el trabajo de las ideas en sí y Oriente fue muy rico en ese trabajo.
Pero tomó una vía diferente a la del pensamiento griego. Muchos orientales observaron el movimiento, por ejemplo, vieron que todo cambiaba incesantemente y en ese cambio constante no pudieron detener esas abstracciones, esas cosas que aparentemente quedaban quietas y gracias al frenar fotográfico de esas cosas que se movían, Occidente tendió a producir su tekhné, su técnica, es decir, a abstraer leyes, a abstraer constantes de fenómenos, mientras que en el pensamiento oriental en general, ese gran movilismo del pensar, ese cambio continuo que había en las cosas, impedía al pensamiento determinar constantes. Todo estaba cambiando incesantemente, entonces, el comportamiento de las cosas era continuo movimiento. Entonces ¿de qué manera puede servir para el futuro una cosa que decimos hoy? si esto que estamos observando de este objeto al poco tiempo va a estar cambiado. Entonces, nos encontramos con el movimiento de todo y la enorme dificultad de estructurar sistemas de leyes.
Bien, estos griegos, que vinieron mucho después de los ensayos del pensamiento oriental, que tuvieron tal vez menos vuelo lógico que los orientales, es gracias a esa falta de vuelo, tal vez, que pudieron estructurar lo que luego conocimos nosotros como ciencia y como técnica: ciencia, como un sistema de ordenamiento lógico; y técnica, como la aplicación de ese conocimiento a la cosa. Ellos diferenciaron muy bien entre ciencia y técnica. Todavía hoy la gente confunde eso, y les llama por ejemplo científicos a los técnicos, un técnico electrónico, por ejemplo, un señor que hace cosas, que hace aparatos, es decir un práctico, es un científico para muchos, cuando en realidad el científico es el científico puro, el que se preocupa por el aspecto teórico del asunto, no el que se preocupa por cómo se hacen esas cosas, el que ordena los conceptos, las leyes, los razonamientos que hay que establecer en una determinada teoría y, entonces, después están los técnicos que son los que aplican esas teorías a las cosas. Son diferentes niveles de operación. Diferente… abstraer, hacer teoría, a lo Einstein por ejemplo, teoría, ciencia pura… a luego aplicar esos conocimientos y hacer funcionar un reactor nuclear. Diferentes operaciones. Es cierto que a veces se mezclan esas dos cosas, pero son campos que ya distinguieron muy bien estos pensadores, y esos campos que distinguieron, permitieron muchas cosas, permitieron hacer cosas, desarrollar fuertes sistemas técnicos.
De manera que tal vez en el momento de desarrollo de la humanidad, esa falta de vuelo metafísico de los primeros griegos, haya sido de todos modos muy beneficioso. En cambio, el enorme vuelo que tuvieron algunas metafísicas orientales, no fueron adecuados, tal vez, para el desarrollo de ese momento histórico y hoy nos encontramos con cosas muy sorprendentes, con que pensamientos tales como los de Hegel, por ejemplo, que recién vienen a surgir en el siglo XIX, casi dos mil años después de Aristóteles, esos pensamientos complejos, como los de Hegel, ya adecuados a su momento histórico, están muy próximamente formalizados entre los pensadores hindúes de hace tres mil años pero, claro, en el siglo XIX, ya ese pensamiento se adecua al momento, y tres mil años antes ¿qué íbamos a hacer con ese pensamiento? De manera que esto del correcto pensar, y esto del trabajo lógico de la mente, a veces tiene mucho que ver en su desarrollo con el momento histórico. Y hay momentos históricos en que un pensamiento, por muy amplio que sea, está fuera de época, es tal vez demasiado avanzado y entonces no se encuentra su aplicación práctica, no tiene utilidad inmediata en ese tipo de mundo y tal vez ese pensamiento muere. Ha habido muchos casos de pensamientos brillantes en distintas partes del mundo y muy avanzados, pero que han desaparecido.
Esto de la Lógica… es diferente la forma de ordenar los conceptos según los lugares. Los griegos empezaron a trabajar con los silogismos, el ordenamiento de los juicios para sacar conclusiones, ellos trataron de hacer una suerte de matemática de eso, ellos establecían relaciones entre una premisa mayor, una premisa menor, un término medio y una conclusión. Algunas líneas hindúes, por ejemplo, organizaron su pensar no de ese modo, sino según un sistema llamado Nyaya. La lógica Nyaya, no se mueve por silogismos, se mueve por sucesiones de conceptos, unos conceptos van explicando a otros conceptos, de tal manera que dicen, por ejemplo: en la colina hay humo porque hay fuego, hay fuego porque hay calor, hay calor porque hay movimiento… ¿observan ese tipo de razonar en secuencias? Diferente a decir el silogismo clásico: todos los hombres son mortales, Sócrates es hombre, luego Sócrates es mortal. ¿Se fijan como relacionan, comparan y sacan conclusiones? ¿Cómo van deduciendo? Diferente a la sucesión explicativa de un concepto por otro. ¿Se fijan que ya ahí está esa forma casi cuadrada del pensamiento occidental? ¿Con esas premisas que se comparan, esa raya que se tira y la conclusión que sale? Diferente a esa otra delicadeza del pensar, en sucesiones, en transiciones, con matices, sin violencia de colores contrapuestos. Son calidades distintas del pensar, son formas diferentes del pensar. Y muy interesantes ambas, sin ninguna duda. Cosas que cumplen con tareas distintas.
¿Para qué estamos hablando de esta relación de la lógica Nyaya con la lógica formal aristotélica? Simplemente para mostrar que no hay una sola forma de Lógica, hay muchas formas de Lógica y cuando alguien por ahí dice “esto es lógico y esto no es lógico”… y… habría que ponerse un poco de acuerdo de qué estamos hablando. Pero muy livianamente se suele hablar de lo lógico y lo no-lógico, de lo científico y lo no científico, de la realidad objetiva y de lo subjetivo y así siguiendo. Sucede que esto se ha convertido en un slogan y entonces “lógico” es lo aristotélico, en fin, lo que está de moda. Pero acá se ve claramente cómo los pensamientos pueden ser ordenados de muy distinta manera, con distintos tipos de Lógica y por lo tanto, dar resultado, dar producción a teorías completamente diferentes del mundo, completamente diferentes del psiquismo, de las cosas, de la Historia, etc., según sea el tipo de Lógica usado. Porque según se ordene el pensamiento lógico de un modo u otro, los métodos de investigación van a ser diferentes y la forma de acercarse a la realidad también va a ser diferente. Entonces, van a surgir teorías del mundo diferentes, imágenes del mundo diferentes. Así que esto de la estructuración del pensar, que es tan vago y tan en el aire, actúa precisamente como el aire: tan vago es el aire que nos rodea, que no lo notamos, no sirve para nada. ¿Para qué puede servir el aire, si ni siquiera nos damos cuenta de él? Está claro, no nos damos cuenta de él porque en él vivimos y de él respiramos. Pero, a veces, cuando cambia un poco el aire y se enrarece y se llena de smog, entonces nos damos cuenta de la función con que cumple esa cosa tan etérea. Y entonces, cuando los físicos se encuentran en sus laboratorios y ven que el comportamiento de las micropartículas no responde a todo lo dicho para el mundo macro, para el mundo grande, entonces tienen que empezar a revisar todos los conceptos científicos y tienen que empezar a revisar las definiciones. A ver ¿y cómo vamos a definir a la materia, por ejemplo? ¿Y cómo vamos a definir a la energía? Y si la materia se nos convierte en energía ¿qué hacemos? ¿Y no será que la energía puede desdoblarse nuevamente en materia? Y en definitiva ¿qué es esto de la energía y la materia? ¿Y cómo empezamos a definir esas cosas a esos niveles? ¿Y es cierto que una partícula sea idéntica a sí misma? ¿O en un tiempo 1 se comporta de una manera y en un tiempo 2 de otra manera diferente? ¿Y estamos hablando de la misma partícula con dos comportamientos distintos o estamos hablando de que esta partícula ya no es la anterior? porque perdió alguna característica que la define, o porque se convirtió en radiación, o porque se convirtió en una cosa y dio lugar a un gas, también. Entonces, claro, este aire enrarecido que nos parece tan común, a veces se enrarece en los laboratorios, entonces los científicos, sí empiezan a preocuparse seriamente por el ordenamiento del pensar.
La gente práctica, la gente que necesita del carro, la televisión y todo aquello, le dan importancia a los científicos sólo en la medida en que han hecho posible esa producción. Los científicos parece que son importantes porque dan lugar a esa producción. Pero si se acercaran a un científico y en lugar de verlo fabricando automóviles, lo vieran preocupado por unos problemas de fórmulas en la pizarra, le dirían “¿para qué pueden servir esas porquerías? ¿qué tiene que ver eso con las cosas?” No sé si comprenden las relaciones que hay entre la ciencia y la técnica y el ordenamiento de los pensamientos para la producción de cosas.
Existen gentes que todavía se preocupan por eso. Son seres anacrónicos, seres fuera del momento actual. Por ejemplo, se andan preocupando por cosas como ésta: ¿dónde empieza una ciencia y dónde termina? Los niveles de lenguaje de una ciencia son diferentes a los de otra, y ahora ¿cómo hacemos para combinar a las dos y para que puedan trabajar en equipo? Porque si los biólogos, por ejemplo, están trabajando en cierto nivel de lenguaje ¿cómo los relacionamos con los físicos que trabajan en otro nivel? ¿o tenemos que reducir la Biología a Física? Bien ¿y los historiadores qué hacen a todo esto, nos cuentan cuentos? Pero ¿y qué tienen que ver los historiadores con la Física?, ¿y la Biología tiene algo que ver con la Historia, o no? finalmente. ¿Podría de alguna manera estructurarse una imagen del mundo, en donde lo histórico y lo físico tuvieran que ver? ¿o la razón histórica no tiene nada que ver con la razón física? Hay gentes que se preocupan de ese tipo de cosas vacuas. Algunos de esos son los lógicos. Los llaman a esos, epistemólogos. Son los que se andan preocupando por la ciencia y no producen autos ni televisores. Son teóricos, que no se sabe para qué sirven y parece que van quedando pocos…
Bien, uno de los problemas más interesantes del ordenamiento del pensar es el problema del método. Esto del método, esto de ir por el camino, esto del pensar correctamente. Numerosos ensayos se han hecho para ordenar el pensar. Si Uds. toman a un estudiante de ciencias, por ejemplo, le van a decir que el método que ellos usan es el método científico. Es lógico, si estudian ciencias su método tendrá que ser científico, no será literario, claro. Muy bien, y ¿en qué consiste ese método científico? Bueno, si las ciencias que estudian son aplicadas, por ejemplo, ciencias biológicas, van a decir que su método es inductivo. Si estudian, en cambio, ciencias puras, como matemáticas puras, van a decir que su método es deductivo. Los dos van a decir que su método es científico. Entonces, parece que lo científico fuera inductivo, según los casos, o deductivo según los otros casos.
Aristóteles se preocupó del método deductivo. Este señor enseñó a pensar de ese modo: de lo general, de este ser con el que empezamos nuestra conversación, empezó a deducir cosas. Como ya estaba todo, era cuestión de ir sacándole cosas. Es un excelente sistema de pensamiento estamental. Ahí está el Ser arriba y de él estamos deduciendo cosas. Y otros, en cambio, allá por el siglo XIV, muchos cientos de años después, dijeron “no, las cosas no se las explica deduciendo, a las cosas se las explica observándolas y, de acuerdo a las observaciones sobre las cosas, se va induciendo”.
Entonces, estos aristotélicos andaban con la bajada del pensamiento: de lo general llegar a lo particular. Si una ley vale para muchas cosas, entonces vale para las pequeñas cosas que están adentro. Si tenemos una gran ley podemos deducir cosas más pequeñas. De lo universal, de lo general, vamos bajando hacia lo particular. Y los otros tíos empezaron a decir “¿y cómo vamos a deducir todo eso, si no tenemos datos suficientes? ¿Cómo vamos a deducir este perro, por ejemplo, del concepto de perro, o de clasificar al perro dentro de ordenamientos? de clases, o géneros, o familias, con eso no deducimos la estructura del perro y el comportamiento del perro. ¿Qué decimos con que pertenece a la clase de los mamíferos, por ejemplo? Vamos dando definiciones unas detrás de otras pero no explicamos cómo funciona el perro. Necesitamos ir a la observación de lo particular y por la suma de elementos de observación particular, entonces vamos a poder sacar leyes generales, leyes más grandes que sirvan no sólo para este perro sino para todos los perros. Entonces, no sacamos del concepto de perro este caso sino, de la suma de cualidades que vamos observando en ese perro, tratamos de ir subiendo hacia leyes generales. Entonces, había señores que se preocuparon de las leyes generales para llegar a lo particular y luego vinieron otros que se preocuparon de lo contrario.
Entonces, surgió toda una revolución en el pensar en Occidente. Surgió un nuevo método de pensar, el método inductivo, el método del azar en la observación de los fenómenos, el método de lo experimental era fundamental y el método, en donde lo que se hacía o se decía, debía ser probado por la experiencia. Nació la razón experimental, diferente a la razón lógica. Es claro, esta razón experimental tenía su lógica, pero el criterio que daba la verdad de lo dicho era la demostración por vía de la experiencia.
En el otro caso, las demostraciones se hacían por vía de la Lógica. Se probaba que los pensamientos estaban bien armados y con eso era suficiente. Aquí, lo que había que probar en cambio, experimentalmente, por vía de la observación, había que probar la razón de lo que se decía, por el trabajo de las cosas. Entonces, cuando eso se lo probaba y eso era razón constante, se podía sacar de ahí una ley, un comportamiento. Entonces, es un movimiento del espíritu bastante diferente, un movimiento, en donde primero se hace una ley y luego, hay que andar buscándola entre las cosas a ver si se cumple o no se cumple esa ley, es muy diferente a observar las cosas y luego de tomar nota de los resultados de distintos comportamientos, sacar entonces esas constantes, esas leyes. ¿Notan un trabajo diferente del pensar? Sobre eso ha habido muchas discusiones.
Luego, ya surgieron otros métodos que también provocaron fuertes revoluciones en el pensar. Después de esos trabajos inductivos que dieron nacimiento y dieron lugar a las ciencias llamadas experimentales, luego de eso vinieron otros métodos. Métodos tal vez, más complejos, métodos que trataron de explicar las cosas, de establecer leyes, etc., según ciertas ideas metafísicas, lógicas también, como en el caso de este señor Hegel, que entonces explicó las cosas ya de otro modo. Entonces ya no se habló del método deductivo o del inductivo, ya se habló de método dialéctico, entonces ya las cosas no eran explicadas porque se iban deduciendo unas de otras o porque al observar las cosas se podían extraer verdades generales. No, no, ya se armó de otro modo la cuestión.
Y después vinieron otros, más exagerados, que hicieron hacer otro método, el método fenomenológico, mucho más complejo todavía, en donde se dudaba de todo, y entonces, dijeron: ¿porqué vamos a creer que las ideas se pueden ordenar de esa manera? ¿o porqué le vamos a dar tanta importancia a la observación de las cosas? si también los sentidos pueden equivocarse. Acá debe haber evidencias, no para los sentidos, que a veces se alteran, por montones de factores, a veces están sometidos a la ilusión. Acá las cosas hay que probarlas por la evidencia misma del pensar, sin intermedio de los sentidos. Entonces, saquemos todo lo que pueden decir los sentidos, pongamos entre paréntesis a esos datos de los sentidos, y entonces ¿qué es lo que realmente vemos si sacamos todos esos datos? vemos el trabajo del pensar, vemos que el pensar se refiere a ciertas cosas, etc, etc. Entonces, provocaron también su gran desorden, con el surgimiento de ese método. Y todos eran métodos “científicos”. Pero, claro, dieron lugar al nacimiento de doctrinas muy diferentes y según se organizara un método de un modo u otro, surgían concepciones totales del mundo, diferentes.
Si, por ejemplo, un contemporáneo de Hegel hubiera visto a ese oscuro profesor, un teólogo para colmo, es decir, preocupado por los problemas de Dios, si lo hubiera visto razonando, hubiera dicho “¿y este señor qué tiene que ver con los problemas del momento? si los problemas del momento son la Revolución Industrial que se está produciendo. Acá las cosas importantes son las cosas propias del estado prusiano, por ejemplo. ¿Qué tiene que ver este tío, que anda hablando de los problemas de las contradicciones, y de las dialécticas? Claro, el que lo veía a este oscuro profesor en el siglo XIX no se le hubiera ocurrido pensar que en el siglo XX, 700 millones de chinos son dialécticos hegelianos, por ejemplo, que hablan en el mundo socialista, de la dialéctica, que eso ha dado lugar a una determinada organización del mundo, que eso ha dado lugar a una interpretación de la historia y de la ciencia en general, y del comportamiento humano. Pero, claro ¿qué tenía que ver ese profesor con el problema de las tesis, las antítesis y las síntesis? ¿qué tenía que ver con el momento que se estaba viviendo?
De manera que esto de los métodos, tan etéreos, tan en el aire, que al cobrar cuerpo en la cabeza de Aristóteles dan nacimiento al pensamiento científico y a la técnica; que al cobrar cuerpo en la cabeza de Bacon, dan nacimiento al método experimental y al surgimiento de la ciencia física, con mediciones, con criterios matemáticos, etc.; que al cobrar cuerpo en la cabeza de Hegel dan cuerpo a una notable revolución del pensamiento humano; estos métodos, para los no especialistas, no tienen nada que ver con las cosas. Son ideas, ideas que terminan siendo bastante concretas, en aquello a lo que dan lugar, en aquello que mueven. De manera que estas ideas cuando se organizan, configuran una imagen del mundo y esta imagen del mundo tiene que ver con la gente que luego empieza a pensar en esos términos y esto se traduce de un modo u otro, y luego es muy normal pensar según ese nuevo método que surgió y que en aquel momento no tenía nada que ver con nada, un problema de especialistas oscuros. Parece que hay que poner, me parece, cierta atención a los fenómenos que dan origen a los surgimientos de métodos. Porque detrás de los métodos hay ordenamientos del pensar y eso lleva a construcciones e imágenes del mundo diferentes.
Como para prestarle cierta atención al pasar…
¿O Uds. no han visto lo que ha pasado con el método estadístico? por ejemplo. ¿Se han fijado cuando un tal Leibniz, con algunos otros, comenzaron a ver el asunto de los numeritos y a ver si se los podía relacionar y hacer ciertas constantes? y aparecieron otros que empezaron a sacar funciones entre los numeritos… Ya Descartes había trabajado un poco en esas cuestiones, ya había visto unas diferencias entre ordenadas y abscisas, y había tratado de establecer relaciones entre fenómenos distintos, un fenómeno y el tiempo, por ejemplo. Entonces esas relaciones que empezaron a hacer ahí, claro, así muy oscuramente, hoy se ha convertido en el formidable despliegue del método estadístico. Un método absolutamente necesario en la vida actual, ese método estadístico que es sumamente complejo hoy y en el cual se apoya muchísima gente para hacer producciones muy concretas. Piensen solamente en la importancia del método estadístico, que algunos no lo consideran un método, sino que lo consideran un auxiliar del método deductivo.
Así que, si esto del pensar en sí mismo tiene alguna importancia, es por cuanto sirve un poco para ordenar las ideas, para estructurar métodos… (cambio de cinta).
…termina haciendo impacto en el mundo. De manera que los fundamentos del pensar se preocupan por este problema de la base del pensar, independiente de lo que sucede en el psiquismo humano. No es un punto de vista psicológico, es un punto de vista lógico, sobre las ideas, cómo se ordenan, cómo se estructuran. ¿Captan la diferencia entre lo psicológico y lo lógico? Claro, hay diferencias. Nosotros vamos a decir que, claro, no puede haber un pensador si no hay un psiquismo detrás, claro, pero ése no es el punto. El punto es el ordenamiento de las ideas en sí.
Bueno ¿y qué encontramos nosotros cuando pensamos en las ideas en sí? Y, nos damos cuenta de que si pensamos, pensamos en algo. Claro, y cuando pensamos en algo, nos estamos refiriendo a ese algo, eso es lo primero que encontramos. Bonito descubrimiento…
Desde luego que para pensar en algo hay una referencia, hay una dirección de la conciencia, hay un interés hacia ese algo. De manera que pensar en algo, si se habla en términos lógicos, es antes que ninguna otra cosa, fijar la dirección del pensar. Si se va a hablar de ordenamiento del pensar, lo primero que debería considerar es la dirección del pensar.
Sabemos, pues, que pensamos en algo. ¡Aja! ¿Y qué tratamos entonces de fijar? La dirección de ese pensar en algo, en algo y no en otra cosa. De manera que fijar la dirección del pensar o fijar el interés, si Uds. quieren, la fijación de un interés, que es la fijación de la dirección del pensar hacia un objeto, la fijación de la dirección hacia un objeto. Esto de fijar el interés, parece ser una cosa de importancia.
¿Y cómo procede la fijación de un interés? Procede por diferencia. Cuando yo pienso en este objeto, lo hago porque lo separo de otros objetos. Cuando yo determino mi interés y digo, voy a pensar en este objeto, voy a estudiar este objeto, antes que nada, ese fijar el interés, ese referirse a este objeto, es diferenciar de otros. La fijación del interés, más clara es cuantas más diferencias establezca con otros objetos. Cuanto más mezclado esté el objeto, cuanto menos diferencias existan entre ese objeto y otros, más difícil es fijar su dirección. La dirección del pensar se pierde cuando no está diferenciado el objeto de otros. Todo pensar procede por diferencias. Todo pensar tiene una dirección. Todo pensar se refiere a un objeto y todo pensar para referirse a un objeto debe descartar, debe diferenciar, debe eliminar otros objetos. Todo lo que surge en la conciencia cuando se refiere a un objeto, surge por diferencia.
Y entonces, si esto es así ¿cómo serían posibles las identidades aristotélicas? ¿cómo sería posible decir que “a” es idéntico a si mismo, que el 1 es igual a si mismo? Si estamos hablando de algo que trabaja por analogía o por identidad ¿dónde está la diferencia? Si nosotros estamos hablando de que todo pensar obra por diferencia, si se dijera, por ejemplo, que la relación a=a no procede por diferencia, habría que destacar:
Primero, que hay un ámbito de relación fijado, dado por la igualdad, (se mueve a la pizarra) y si estamos hablando de esta relación, no estamos hablando de esta relación (señala en la pizarra). Al hablar de esta relación, ya estamos fijando un ámbito diferenciado de otros ámbitos. Primera cuestión: para hablar de igualdad, por ejemplo, es necesario que establezcamos diferencias con otros sistemas de relación.
Segundo, en cuanto a la entidad “a” que se relaciona consigo mismo y a la cual se le asigna identidad, tal cosa es posible porque se las diferencia de otras entidades. Porque decimos “a” es igual a “a” sólo porque no es ni “b”, ni “c”, ni “d”, porque en la medida que no estuviera diferenciada de otras entidades, no podríamos hablar siquiera de su propia identidad.
Tercero, “a” como primer término de la relación, es decir, la de la izquierda, aparece idéntico a si misma, sólo si se lo piensa como momento del pensar y en tanto se lo diferencie de otro momento. Esto es más complejo. Bien, ya lo veremos… De acuerdo a ésto, aún la relación de identidad “=” la consideramos relación de identidad. La relación de identidad aparece como diferencia entre términos para el pensar. Es decir, a esta relación la consideramos como diferente a la entidad “a” de la izquierda de “=” y diferente a la entidad “a” de su derecha. De manera que establecemos también diferencia entre el signo de igualdad y los otros signos que están relacionados por él. Así que tenemos una cantidad de diferencias, aún para poder decir que una cosa es igual a si misma. En definitiva, decir que una cosa es igual a si misma, es sólo decir que no es igual a otra, que si hay algo a lo que se parece y es idéntico y encaja con él mismo, es sólo y únicamente, él mismo. Es el colmo de la diferencia.
Bien, se separan las diferencias de los actos del pensar y se establece la diferencia de la diferencia, y se establece la relación entre términos que es, a su vez, diferencia entre otro tipo de relación y diferencia en cuanto a otros términos de la relación.
Estamos diciendo que acá tenemos a un perro. Muy bien. Este perro es idéntico a si mismo. Este perro tiene cuatro patas; estas cuatro patas son diferentes entre sí pero, claro, las cuatro patas están relacionadas. Para que este perro pueda caminar, es necesario que una pata haga un movimiento; otra, otro; etc. Nosotros ahora estamos hablando de las relaciones entre las cuatro patas y cuando establecemos relaciones, establecemos relaciones entre diferencias. De manera que relacionar es establecer también diferencias.
Cuando nosotros finalmente hacemos una síntesis y definimos ya al perro, como aquel sujeto que tiene cuatro patas, dientes de cierto tipo y hace ciertas cosas, y podemos hablar mucho tiempo acerca de la estructura anatómica y fisiológica del perro, cuando reducimos toda esa síntesis, lo que estamos haciendo es relacionando las diferencias de las diferencias. Es decir, aún en la síntesis estamos estableciendo relaciones entre diferencias. ¿Comprenden la idea?
De manera que en el pensar, lo que sí observamos como constante, es una relación entre las diferencias. Lo que aparece en el pensar es el diferenciar. Desde el primer paso que es el fijar un interés, hasta otro paso que es el comprender los elementos compositivos. Y podemos hablar de elementos compositivos gracias a que son elementos diferentes, porque si no fueran diferentes, no habría tales elementos. Y si decimos que se relacionan, decimos que estas relaciones son entre diferencias. Y cuando hacemos una síntesis, estamos estructurando la composición y la relación en un todo estructural. Y esa síntesis está compuesta, precisamente, está articulada por diferencias. Y no podría ser de otra manera.
Lo primero que establecemos al observar el movimiento del pensar y la dirección del pensar, es la referencia a un objeto y esa referencia no puede proceder sino por diferencia.
De manera que cuando hablemos de método, veremos que tal método, lo único que hace es seguir el trabajo propio del pensar. Es diferente a decir: hay un SER, con mayúscula, del cual se derivan deductivamente una cantidad de cosas. Es distinto a decir, hay objetos y de estos objetos voy sacando cosas comunes por observación, hasta que establezco leyes generales. Pero, si fuéramos a buscar las bases, los fundamentos de ese pensar deductivo o de ese pensar inductivo ¿qué nos podrían responder? Nos podrían responder, por ejemplo, que así es útil, que así se hace ¿y cómo se va a hacer sin observación? Esa es la forma más práctica y es propia de las ciencias aplicadas, también nos dirían que así trabajan las matemáticas, sí ¿pero cuál es el fundamento de ese pensar? ¿en qué se basa?, ¿en que las cosas son deductivas? Uno es deductivo ¿por qué? ¿porque la naturaleza es deductiva? Uno es inductivo, ¿porqué? ¿porque así se construyen las cosas?, ¿los árboles se construyen inductivamente? ¿Cuál es la razón básica, la razón raíz, del pensar deductivo y del pensar inductivo? ¿cuál es el fundamento? De manera que, sin duda, estos métodos son útiles, nadie lo discute ¿pero cuál es su fundamento?
Cuando nosotros decimos que: el pensar se refiere a un objeto y esta dirección del pensar o fijación del interés de la conciencia hacia el objeto, procede por diferencia, y que estas diferencias se relacionan y que se sintetiza el pensar estableciendo relaciones entre diferencias; cuando decimos eso, el fundamento del pensar no está puesto en una idea del Ser, no está puesto en la idea de que es práctico pensar inductivamente. El fundamento del pensar está puesto en el mismo pensar, es decir, el pensar procede de ese modo. También podría decir un deductivo: bueno, cuando yo pienso deductivamente así piensa mi mente. Si, pero observemos la mente ¿procede la mente deductivamente? ¿o la mente se refiere a objetos por diferencia? Este es un punto que sería muy interesante observar.
A ver ¿cómo hace este señor cuando dice: todos los hombres son mortales? Muy bien, Sócrates es hombre, por lo tanto, luego, Sócrates es mortal. ¿Así que así procede el pensamiento? Veámoslo por dentro, si yo digo primero todos los hombres son mortales y luego busco la otra premisa, Sócrates es hombre ¿no será, porque ya antes de pensar esto, yo ya he puesto tácitamente la conclusión que busco? ¿No será porque mi mente ya ha colocado el “Sócrates es mortal” hacia delante y porque ha colocado ese Sócrates adelante, estos pensamientos se estructuran de este modo? Si eso es lo que pasa, que en realidad la conclusión está puesta antes de las premisas, entonces tal método deductivo, no existe. Se hace ejercicio del método deductivo, pero está bien claro que la conclusión está puesta antes de las premisas mismas, y las premisas se han estructurado, se han ordenado, para que den ese resultado.
Eso es muy diferente a observar el pensar cuando se refiere a un objeto y, al observar ese pensar, lo primero que se comprueba es que en su referencia procede por diferencia. Ahí nos estamos fijando en el mecanismo del pensar mismo.
Entonces, cuando nosotros hablamos de método, no fundamentamos un método por una razón de Ser, o por una razón práctica, útil o lo que fuere, sino que si hablamos de método y entendemos que el método es un sistema para el correcto pensar; si nos ponemos de acuerdo en que usar un método es usar un sistema para pensar de un cierto modo; si estamos de acuerdo en que se refiere el método al pensar; entonces, está claro que el fundamento tiene que proceder del pensar. Porque si entonces empezamos a hablar de que el fundamento va a surgir de una idea del Ser, o de que las cosas sean útiles o prácticas, entonces definamos los métodos de nuevo y pongámonos de acuerdo. Entonces digamos, por ejemplo, que el método es una forma de ordenamiento práctico en la vida, que nada tiene que ver con la razón lógica, que tiene que ver con la utilidad, por ejemplo. Ah, bueno, excelente, en ese caso estamos de acuerdo.
Pero si nos ponemos de acuerdo en que el método tiene que ver con el correcto pensar, con el lógico pensar, entonces necesariamente todo método debe tomar su fundamento y su base, del propio pensar; debe observar antes que nada, cómo hace el pensar. Y nosotros observamos que el pensar procede refiriéndose a objetos y que esta referencia es de tipo diferencial. Y al decir solamente eso: que se refiere a objetos, y que no hay pensamiento sin referencia, y que al referirse a objetos procede por diferencias, al decir solamente eso, ya hemos creado un mundo completo de consecuencias en todos los campos. Al decir, simplemente, que el pensar procede por diferencias y que relaciona diferencias y que estructura síntesis por diferencias y que el pensar es tal, porque parte de la fijación de un interés hacia un objeto. Eso es todo lo que decimos. Es un poco diferente a pensar las cosas en términos deductivos o inductivos. Estamos pensando ya las cosas en términos estructurales, en donde vemos que el pensar desde el comienzo mismo es una estructura. Que no hay pensar sin objeto y que ese pensar hacia el objeto tiene dirección. Que no hay pensar estático, que ese pensar es dinámico, porque se refiere a objetos y que, al hacerlo, descarta otros, diferencia de otros. Ah, estamos diciendo muchas cosas. Estamos diciendo que el pensar, en su estructura mínima, es eso, estructura, y que es una estructura dinámica y que procede por diferencia. Todo eso estamos diciendo acerca del pensamiento metódico.
Ya ven cómo es aburrido, pero Uds. querían hablar de esto.
La movilidad de la conciencia se explica solamente en tanto estructura con el mundo y en cuanto a diferencia y relación en tal estructura, lo cual, además, nos muestra la ampliación creciente de tal estructura. Estamos diciendo que no hay pensar sin objeto, que eso: pensar-objeto, es una estructura. Y esta estructura, acto del pensar, objeto al cual se refiere el pensar, esta estructura entre acto y objeto móvil, todo esto funciona en cuanto a diferencia y en cuanto a relación, en tal estructura. Estamos diciendo que hay acto y hay objeto al cual éste se refiere y estamos diciendo que esto es una estructura y que es una estructura dinámica. Estamos diciendo además, que esto puede proceder así, únicamente sólo porque estos se diferencian entre sí. Gracias a que hay diferencia entre el acto y el objeto al cual se refiere la conciencia, gracias a que hay diferencia entre estos elementos compositivos de tal estructura, es porque se pueden establecer relaciones entre estos elementos compositivos.
De tal manera que un objeto no puede pensar a otro objeto, un acto no puede pensar a un acto y si el acto piensa sobre un propio acto, a este acto se lo convierte en objeto del pensar. Porque un acto no puede pensarse a si mismo, el acto puede pensarse en la medida en que convierta en objeto ese acto, eso que anteriormente fue acto.
La cosa es simple y Uds. lo saben bien. Yo tomo por base cualquier objeto: la tiza. Ahora me olvido de la tiza, no la veo a la tiza; ahora represento la tiza, ¿qué está pasando? Hay un acto en mi conciencia que se refiere a un objeto, ahora el objeto externo tiza ha desaparecido, no importa… Ahora tengo la representación “tiza” en la conciencia, me puedo imaginar la tiza; yo tengo un acto que se refiere a la tiza, ¿qué es la tiza en ese caso? Es el objeto, pero hay un acto que piensa la tiza. Perfectamente, ahí veo la diferencia. Pero ahora me digo: esto es una representación; de manera que ahora no me preocupo ni por la conciencia ni por la tiza, ahora ya pienso en que estoy representando, ahora pienso que en mi conciencia hay una representación. ¿Qué estoy haciendo? Tengo un acto y este acto ¿qué está haciendo? está pensando que en su conciencia hay una representación. Ah, entonces, lo que antes era el acto de representar, ahora se está convirtiendo en un objeto en mi conciencia; ahora estoy pensando en el acto de representación; ahora estoy considerando al representar, que antes era un acto, ahora lo estoy considerando como objeto, lo estoy estudiando. Ahora estoy diciendo ¿qué es el representar?, por ejemplo. ¿Se dan cuenta que ya no estoy representando? No estoy representando, me estoy fijando en lo que es el acto de representar. ¿Y qué estoy haciendo entonces? Estoy convirtiendo lo que era acto de representar, ahora lo estoy convirtiendo en un objeto que estoy estudiando, en un objeto al cual se refiere mi conciencia. Ahora estoy diciendo: el acto de representar tiene tales y cuales características, por ejemplo; el acto de representar no es un acto de evocar, por ejemplo; es diferente al acto de percibir. ¿Qué estoy haciendo?, estoy estudiando el representar y si estoy estudiando el representar ¿qué es el representar para mi en este momento? Es un objeto de estudio, no es un acto, ya no estoy representando con él, ahora lo estoy estudiando. Y si me dijera ahora, por ejemplo ¿y qué es esto de estudiar el representar? ¿Qué estaría haciendo ahora? Este acto, que antes estaba estudiando el representar, ahora, en este momento, se me está convirtiendo en objeto ¿Por qué? Porque lo estoy estudiando a él. Entonces, en todos los casos, necesariamente, hay una diferencia fundamental entre el acto y el objeto al cual se refiere. De manera que si el acto se pudiera pensar a si mismo en términos idénticos, y desapareciera la diferencia entre el acto y el objeto, desaparecería el pensar. Por lo tanto, en la base misma del pensar está la diferencia entre el acto y el objeto.
Muy bien. Nosotros decimos que eso es una estructura del pensar y ¿cuál es esa estructura del pensar? Es la relación entre acto y objeto; y ¿que más decimos? que es una relación dinámica; y ¿que más decimos)? Que podemos establecer esas relaciones gracias a que son diferentes el acto y el objeto. Y entonces ¿qué estamos diciendo? Que nos referimos a un objeto el cual hemos fijado, hemos puesto nuestro interés en ese objeto, lo hemos diferenciado de otros objetos. Y ¿qué más decimos? Decimos que hay un acto que se refiere a él; decimos que si hay referencia hay dinámica hacia él; decimos que no podemos pensar sin objetos y sin actos, por lo tanto, decimos que ésa es la estructura del pensar. Y es una estructura donde necesariamente establezco relaciones entre diferencias, y no hay otra…
Si el pensar nos va diciendo eso, va a ser bastante más coherente hablar de los fundamentos del pensar basándose en la mecánica misma del pensar y no en otras cuestiones laterales que no vienen al caso.
Pues bien, la síntesis asume las diferencias de la relación; asume las diferencias de la relación estructurándolas ponderativamente, por tanto, diferenciando las diferencias que no coinciden con el nuevo ámbito que ponen. De manera que, si ahora voy a hablar del famoso perro y voy a hacer una síntesis de ese perro y voy a tomar sus características esenciales, estructurales, voy a tomar los elementos de ese animal, voy a relacionar todos esos elementos y lo voy a hacer de un modo ponderativo, es decir, eliminando, es decir, diferenciando nuevamente. Aún en la síntesis, que aparentemente sería meter todo en una bolsa sin que se quede nada afuera, aún en la síntesis voy a proceder por diferencias y voy a sacar de esa estructura todo aquello que no tenga que ver con la síntesis misma. Para definir la estructura biológica de este animal por ejemplo, puede interesarme poco que tenga el pelo de un color o que mire hacia la derecha en vez de mirar hacia la izquierda, o cosas por el estilo, o que me guste o no me guste el perro. De manera que en toda síntesis que se establece, se procede también por diferencias de las diferencias entre los elementos diferentes compositivos. Y no hay otra…
De manera que el pensar se amplía y cada vez se va ampliando más y va creciendo, gracias a que se pueden establecer diferencias entre distintos objetos, entre distintos actos, entre distintas estructuras del pensar, entre distintas regiones del pensar. El pensar crece gracias a las diferencias. Muy bien…
Si ahora se considera al fenómeno en general, incluso la estructura conciencia-mundo, si a esta estructura se la considera como fenómeno también, es evidente que sólo puede apreciarse la movilidad, el movimiento, el desplazamiento, la referencia de una cosa a otra; y sólo momentos, momentos de detenimiento, momentos que pone el pensar. El pensar, en su transcurrir, pone ciertos momentos, saca ciertas fotografías, pero el pensar continuamente está en dinámica, está en movimiento. Estos momentos de detenimiento, pueden reducirse a variaciones en el transcurrir, puede reducirse sólo a diferencias en el transcurrir. Si observamos la mente trabajando, vemos que en ella nada está estático; que podemos concentrarnos en un momento en un pensamiento. Por ejemplo, yo ahora pienso en ese encendedor, cierro los ojos, ahora represento el encendedor. Por unos momentos el encendedor está quieto en mi mente, pero ¿qué está quieto en mi mente? Está quieta la imagen del encendedor, no está quieta mi mente. En un momento dado el encendedor se mueve, a veces aparece, a veces se desaparece, a veces lo traigo nuevamente a mi campo de presencia. Yo observo que puedo detener la imagen del encendedor, pero la referencia de mi conciencia a ese objeto, ese tratar de detener el objeto mental, esa tensión interna que observo al concentrarme en ese objeto mental, me revela que mi conciencia no está detenida, que estoy pasando una fotografía por la pantalla de televisión, pero que el aparato de televisión sigue funcionando y tiene su dinámica; y yo en ese momento he detenido una imagen y ¿qué es eso de detener imágenes?, eso es poner una diferencia en la secuencia, en el transcurrir. Yo simplemente he establecido una diferencia en el transcurrir normal y entonces yo ahora tengo la apariencia de que esto está detenido. Yo detengo con el concepto, por ejemplo, pero yo no detengo mi mente y mi mente siempre está en movimiento. Entonces tengo variaciones de momentos en el pensar. Entonces lo que sí puedo registrar son diferencias entre los momentos del pensar; diferencias en los tiempos del pensar; diferencias en las variaciones. Eso sí lo voy a observar y así siguiendo.
Ahora se complica mucho más, con el problema del “ser” y el “no ser” y todas esas historias. Pero nosotros lo simplificamos diciendo que la diferencia más amplia en la abstracción del transcurrir del fenómeno es el concepto de “ser”. Cuando uno habla de ese “ser” de que hablaba Aristóteles, lo que está haciendo la mente, es establecer la diferencia más amplia posible en la abstracción del transcurrir del fenómeno. Es decir, yo veo esta tiza, este es el fenómeno, yo lo único que veo son fenómenos. Fenómenos que se mueven, fenómenos que cambian, pero cuando hablo del “ser”, que parece que no estuviera alterado por el movimiento, el ser que “es”, que siempre permanece, eso sólo es posible porque es el concepto más amplio que trabaja por diferencias con los objetos particulares y del cual yo hago la abstracción. Yo saco el transcurrir del tiempo, yo abstraigo el transcurrir -como si lo exprimiera, lo dejo sin jugo- y entonces digo “el ser” que no transcurre, entonces opino que la diferencia más amplia en la abstracción del transcurrir del fenómeno es el concepto de “ser”. Entonces el concepto de “ser” no es un ser real, no existe el SER (con mayúscula), no hay tal “ser”, es una abstracción de la mente, es un detenimiento en fotografía, es un sacarle el tiempo al transcurrir de las cosas y hacer un gran salto, una gran diferencia, entre las cosas que transcurren y que son, con el “ser” que no transcurre, porque he abstraído intelectualmente tal idea de las cosas, estableciendo tal diferencia por esa capacidad que la mente tiene de trabajar con diferencias, pero que de ninguna manera me pone en contacto con el “ser”, sino que más bien trabaja… (cambio de cinta)
…y considerarlo como si fuera una existencia separada. OK, en fin…
Por lo tanto cuando se habla del “ser”, debe destacarse que en términos lógicos se está haciendo referencia a una abstracción, a una cosa que no existe en las cosas, es una abstracción lógica. Y en cambio en términos psicológicos, no en términos lógicos sino en términos psicológicos, cuando se habla del “SER”, con mayúscula, ese “ser” intemporal, ese “ser” universal que está en todas las cosas -ya no cuando se habla del “ser” en lógica- cuando se habla del “ser” en términos psicológicos, se está mencionando al “objeto” más amplio -y ese objeto va entre comillas- al objeto más amplio de compensación estructuradora de la conciencia en el mundo. Punto este que se estudió al hablar de “la forma pura”. De manera que, psicológicamente, como objeto más amplio y universal, es de gran importancia, psicológicamente hablando, como compensación estructuradora total.
Pero en términos lógicos, no es más que una abstracción que procede por diferencias con los objetos particulares y con el transcurrir. Desaparece todo lo particular y se nos convierte en universal. Desaparece el transcurrir de las cosas y se nos convierte en atemporal, para algunos en inmortal. Exacto…
Bueno, las abstracciones más amplias se refieren al “ser” y su comportamiento da lugar a lo que se enuncia como principios del pensar lógico. En base a los principios aceptados se formulan leyes generales, que son más reducidas que los principios, menos universales que los principios, aunque tienen la mayor extensión posible a fin de ser aplicadas a fenómenos diversos. Son los principios y las leyes universales las que sirven al fundamento y al desarrollo de la llamada ciencia. Esto de los principios y de las leyes ha sido estudiado desde hace mucho tiempo y se ha dicho que es en los principios en los que se apoyan las ciencias para tener fundamento. Es decir, las ciencias tienen muchas articulaciones en su pensar, distintas amplitudes. No es lo mismo un principio, que una ley, que un enunciado, que un postulado, etc. Bueno, parece que lo más amplio es esto de los principios.
Y cuando se llega al problema de los principios, los lógicos nos dicen: los principios en que se apoyan las ciencias no tienen demostración. Son el fundamento de la ciencia, pero no tienen demostración. De manera que en los principios lógicos se basa la ciencia, pero tales principios no tienen demostración. De tales principios derivan luego las leyes y esas leyes sí, ya tienen comprobación y experimentación y todo aquello. En las teorías científicas siempre están trabajando leyes y en las hipótesis científicas también están trabajando leyes. Claro que las hipótesis son ideas a confirmarse, mientras que las teorías son estructuraciones de hipótesis, que a veces han sido confirmadas y a veces están en la sala de espera, confiando en ser demostradas. Así, hay teorías científicas hoy comprobadas experimentalmente y otras que todavía no han sido comprobadas, pero que tienen adecuación lógica y que es muy probable su confirmación.
Las teorías científicas son hoy cuerpos complejos. Son más complejas las teorías científicas que las hipótesis científicas pero, claro, todas ellas están descansando en un conjunto de leyes y todas estas leyes, irremisiblemente, se apoyan en principios indemostrables. He ahí el problema.
Los principios más usados, que no han podido ser demostrados, son los principios de identidad; principio de no contradicción; principio del tercero excluido; etc.
El principio de identidad, explica que una cosa es idéntica a si misma y que es imposible que sea idéntica y no idéntica a si misma. Al decir eso estamos explicando la no contradicción que tiene que haber en un objeto. Así que decimos, un ser es idéntico a si mismo y, por otro lado decimos, es imposible que un ser sea y no sea idéntico a si mismo. Así que una cosa es y no puede ser otra cosa, esa es la idea. Es y no puede ser otra cosa. Son principios…
Muy bien, de ese modo y sin ponernos a discutir mucho y para terminar con esta historia, nosotros también enunciamos principios, enunciamos leyes y enunciamos un método.
Los principios que nosotros enunciamos, son estos:
Primero: Principio de Experiencia, decimos, no hay ser sin manifestación. Es decir, no podemos hablar de algo de lo cual no tengamos fenómeno. De manera que, cuando se habla del “ser” por ejemplo, o de cualquier otra identidad que a Uds. les parezca, no podemos realmente hablar de ella si no tenemos manifestación de ella. A eso le llamamos Principio de Experiencia.
Segundo, Principio de Graduación: lo que “es” y lo que “no es” admiten grados de diferente probabilidad y certeza. O sea, que dada una proposición en donde se dice, tal cosa es verdadera o falsa, nosotros colocamos un Principio de Graduación y no decimos, tal cosa es o verdadera o falsa, basándonos en el sistema de contradicción, no, no decimos las cosas son o verdaderas o falsas. Nosotros decimos hay una gradación, hay distintos grados de probabilidad y de certeza, en donde una cosa es más probablemente cierta, más probablemente falsa, es con seguridad verdadera, con probabilidad falsa, etc. De manera que establecemos gradaciones entre esos criterios tajantes en donde las cosas parece que estuvieran totalmente separadas y no conectadas entre sí. Por ejemplo, la existencia en general de todas las cosas no es para nosotros una seguridad. De acuerdo al Principio de Graduación, la existencia de todas las cosas no es nada más que un grado de probabilidad muy elevado. De manera que la existencia de las cosas es un determinado tipo de probabilidad, es un grado de probabilidad y hay probabilidades más grandes que otras. Del mismo modo que la percepción de este objeto tiene un grado de probabilidad en donde este objeto aparece como determinado, pero este objeto podría no ser exactamente según mi representación, este objeto podría tener un grado de determinación mayor si se lo comprendiera a nivel de estructura molecular, y un grado de certeza mayor si se lo considerara a nivel de partícula atómica pero, como a nivel atómico las cosas empiezan a ser un poco extrañas, aquéllo también empieza a relativizársenos y a ser también bastante gradual sus posibilidades de existencia. Esto es todo lo que queremos decir cuando hablamos del Principio de Graduación, de que las cosas que son y no son, admiten grados de diferente probabilidad y de diferente certeza. Eso es lo que estamos diciendo, nada más.
También hablamos de Principio de No Contradicción y en este caso decimos, es imposible que lo que es, sea y no sea en el mismo momento y con el mismo sentido. O sea, este objeto puede ser otra cosa dentro de media hora, evidentemente, le damos unos martillazos y esto dentro de media hora es distinto. Perfectamente. También esto puede ser distinto, según se lo observe como encendedor, o según se lo observe como proyectil, porque está cumpliendo con funciones diferentes. Entonces, es obvio que este objeto puede ser diferente a si mismo según el tiempo que pase, y puede ser diferente a si mismo según la función con que se lo haga cumplir. Por eso decimos que, únicamente, el ser es según se lo considere en el mismo momento y con el mismo sentido. No puede ser este encendedor un proyectil, no puede ser otra cosa si se lo considera encendedor. Al considerarlo encendedor como tal y en este mismo momento, no puede ser y no ser diferentes cosas. De manera que el Principio de No Contradicción, nosotros lo entendemos así, como imposible que una cosa sea y no sea, en el mismo momento y con el mismo sentido. Si fijamos entonces esos dos parámetros, del mismo momento y el mismo sentido, entonces, no puede haber contradicción. Pero si no fijamos el mismo momento y el mismo sentido, entonces una cosa puede ser diferente a sí misma. De manera que ese detalle tiene alguna importancia. Y eso tiene mucha importancia sobre todo en cuestiones más prácticas, como es fijar los niveles de lenguaje. Y claro, si se fijan distintos niveles de lenguaje, y de un objeto, a ese objeto, se lo va considerando de distintos puntos de vista; claro, o si se toma un objeto y se lo deja ir a lo largo del tiempo; claro, entonces, el objeto va siendo distinto, va cambiando e incluso puede tener contradicciones consigo mismo. Pero si se lo toma en el mismo sentido y en el mismo momento, no puede ser y no ser, no puede haber tal contradicción. Perfecto.
Y el último Principio nos habla de la Variabilidad y se enuncia así: el ser es y no es idéntico a sí mismo, según se lo considere como momento o como proceso. Es un poco lo que se había dicho antes, en otro contexto. Si a este encendedor se lo considera en este momento, tal cual está acá presentado, se lo considera idéntico a sí mismo. Pero si lo hacemos variar en el tiempo, si a esto lo ponemos en proceso, ya no es idéntico a sí mismo. Entonces hablamos de la Variabilidad diciendo que un ser puede ser o no ser idéntico a sí mismo según se lo considere como momento o como proceso. Y eso es todo lo que decimos.
Entonces, hablando de Principios, hablamos de: Principio de Experiencia, no hay ser sin manifestación; Principio de Graduación, el ser y el no ser admiten grados de diferente probabilidad y certeza; tercero, Principio de No Contradicción, es imposible que el ser sea y no sea, en el mismo momento y con el mismo sentido; cuarto, Principio de Variabilidad, el ser es y no es idéntico a sí mismo, según se lo considere como momento o como proceso.
Las Leyes ya están conocidas y vistas por nosotros.
Ley de Estructura: nada está aislado sino relacionado dinámicamente con otros seres dentro de ámbitos condicionantes –se comprende de donde sale esto ¿no?.
Dos, Concomitancia: todo proceso está determinado por relaciones de simultaneidad con procesos del mismo ámbito.
Tercero, Ciclo: todo está en evolución y va de lo simple a lo complejo según ritmos cíclicos, en donde vemos siempre –podemos agregar ahora– esa sucesión continua de diferenciaciones, de complementaciones, de síntesis, de nuevas diferenciaciones de la síntesis, de nuevas complementaciones entre ellas, y de síntesis mayores, según lo que hemos estado estudiando al ver este problema de las diferencias crecientes.
Cuarto, Superación: la síntesis de un proceso asume las diferencias anteriores eliminando elementos cualitativamente no aceptables para pasos más complejos.
Estas Leyes las tenemos conocidas.
Y en cuanto al Método, decimos que es un encuadre que sirve para ordenar el pensamiento, siendo su fundamento la dinámica estructural del pensamiento. El primer paso del Método exige la determinación del punto de interés sobre el objeto, es decir, diferencia del objeto con respecto a otros, lo que llamaríamos fijación del ámbito; procediéndose luego a estudiar los elementos compositivos del objeto, a lo que le podríamos llamar diferencia interna, diferenciación –acá hemos fijado el encendedor desde un cierto punto de vista, muy bien, ahora ¿cómo está compuesto el encendedor?, diferencias internas del encendedor–. Hemos fijado el punto de vista, hemos fijado nuestro interés, ahora vemos el encendedor, ahora nos metemos en su estructura: ¿cómo está compuesto?, vemos las diferencias en su composición, las diferentes cosas que hay en él. Bien, ese es el estudio compositivo de este objeto, perfectamente… Diferenciaciones, diferenciamos cosas en ese objeto.
Luego, estudiamos la relación de los elementos compositivos entre sí. A mi no me basta con decir esto está compuesto de tales y cuales cosas, es necesario que vea las relaciones que existen entre esos elementos compositivos. Yo he procedido por diferencias en este encendedor, ahora establezco relaciones entre esas diferencias, es como si viera ahora cómo funciona, perfectamente. O sea que ¿qué estoy haciendo?, estoy haciendo relaciones en las diferencias y a esto ya no le llamo diferenciación, a eso le llamo complementación. Complemento, hago relaciones, que por supuesto procede por diferencia también. Es otro acto, yo he establecido en todo este campo, diferencias compositivas, ahora establezco relaciones entre esas diferencias, ahora veo como funciona. Perfecto.
Y por último, la manifestación del mismo objeto, dinámica o manifestación estructural. A eso le llamamos síntesis, es decir ¿de dónde viene? ¿a dónde va?, o bien, ¿cómo se presenta?
Punto de interés, composición, relación y manifestación, son los aspectos y pasos a tener en cuenta en el ejercicio del Método.
Hagámoslo simple. Los biólogos por ejemplo. Algunos de ellos dicen que trabajan inductivamente o deductivamente, pero ¿qué hacen en la práctica? En la práctica hacen un poco esto, no hacen eso de las inducciones y las deducciones. En la práctica dividen las ramas de su conocimiento en una anatomía, es decir, descripción compositiva del objeto a estudiar –ahí estudian los huesos, los tejidos, los distintos tipos de elementos que están trabajando–, están haciendo anatomía, están haciendo composición, estudio compositivo; pero después estudian fisiología, es decir, no les basta con describir simplemente cómo está compuesto un cuerpo, es necesario saber cómo funciona, cómo se relaciona una cosa con otra. Así que esa división elemental entre la anatomía y la fisiología, nos está poniendo en presencia de la necesidad que ellos tienen de hacer un estudio primeramente compositivo, descriptivo; de ¿cómo es esa maquinaria que están estudiando?, ¿cómo son sus partes, sus piezas, como si fuera un motor? y luego ver cómo esas piezas están relacionadas entre sí. Y por último van a hacer una síntesis y nos van a hablar de una bioquímica; y nos van a hablar de la transformación de las substancias y de todo el trabajo metabólico de ese organismo; y lo van a poner en marcha el proceso y van a decir cómo nace, cómo se reproduce, de dónde procede, hacia dónde va, los contactos y las relaciones con el ambiente, los problemas de nutrición, etc. Ellos van a poner en proceso todo eso.
Pero ellos mismos en la organización de su ciencia, dejando de lado lo que dicen acerca del método científico y acerca de la inducción o la deducción, en la realidad práctica, nuestros amigos han tenido que dividir sus estudios en descriptivos o anatómicos, en funcionales o fisiológicos y luego en proceso bioquímíco. Así que, de tal modo están organizadas ciencias como ésa que da la impresión que estuvieran organizadas según este Método, y claro, porque son las más relacionadas con la vida y entonces también podemos pensar que este Método está organizado según la biología…,(risas), porque funciona según los mismos pasos que lo vivo, que son los mismos pasos del pensar y de la conciencia.
De manera que en cuestiones de Método –el Método, en todo caso debe servir de ayuda y no de traba, no de impedimento y allí donde el Método nos coloque un impedimento para estudiar algo, está fácil, sacamos el Método; de manera que el Método tiene que ser una herramienta de ayuda, si nos crea problema: fuera con el Método; se supone que está en función del ordenamiento del pensar y si por alguna circunstancia no tuviéramos dominio del Método en ese momento, perfectamente, afuera con el Método–, pero, hablando de Método, nosotros siempre fijamos el interés; se trate de un nivel de lenguaje, de un objeto, de un tema, de lo que sea.
Si producimos una monografía, o entramos en un determinado tema, o nos ponemos a hacer una investigación, lo que debe estar claro de entrada es, qué cosa vamos a estudiar; en qué sentido la vamos a estudiar; con qué interés la vamos a estudiar, para qué fin, a qué sirve fijar el ámbito del objeto. Una vez bien fijado el ámbito del objeto, diferenciado de otros objetos, ahí entonces vamos a ver su anatomía, su fisiología y su bioquímica; vamos a ver cómo está compuesto, cómo se relacionan los elementos que lo componen y cómo procesa o cómo se presenta.
Bien. Con las relaciones siempre hay un problema, con esto de la relación. Como pasaba en psicología y como puede pasar en biología, hay distintos niveles de relación, si yo acá tengo distintos tejidos (tejido óptico, tejido conjuntivo, tejido muscular, etc.) y establezco relaciones entre ellos, claro, son relaciones estructurales dentro de ese organismo; pero eso tiene un nivel diferente a si ahora establezco relaciones entre todo el organismo y su medio. Así que hay una cuestión de criterio y de buen manejo en el Método y saber que cuando estamos hablando de relaciones, bueno, muy bien, estamos hablando de relaciones entre los elementos compositivos o, a veces, según el caso, de relaciones entre esa estructura y su medio. Uds. ven que hay diferencias de niveles de relación y esto, en lugar de comprimirnos, debería servirnos para tener más movilidad en el manejo del sistema de relaciones. Así que, si estamos hablando de la relación entre los tejidos, es una cosa; pero si estamos hablando del metabolismo, la reproducción y la locomoción, en relación con el medio, es una cosa bastante distinta. Ven la diferencia del ejercicio de la relación. Pero eso no debe ser un obstáculo, si no al contrario, una facilidad para movernos. Si no, nos comprimimos con esa historia de la relación y nos quedamos embolsados siempre.
Así que vemos elementos compositivos, vemos las relaciones entre los elementos compositivos y según los casos, podemos ver relaciones con el medio. En fisiología a cada rato sucede eso. No sólo estamos viendo relaciones entre tejidos, sino que estamos viendo, cómo ese tejido o ese órgano, también trabaja directamente en relación con el medio. Así que claro, podemos ver las relaciones entre el sistema digestivo y el sistema pulmonar. Desde luego, hay un tipo de relación; pero también podemos ver la relación entre el sistema digestivo y el medio en lo que hace a los alimentos; así que fíjense que son dos sistemas de relaciones bastante diferentes y entonces lo único que hacemos al fijar esos dos sistemas de relaciones –interno a la estructura o externo a la estructura–, lo único que hacemos es explicarlo. Es decir, bueno ahora vamos a ver las relaciones internas y ahora vamos a ver las relaciones con su medio, lo único que hacemos simplemente es explicar las diferencias de las relaciones que estamos estableciendo. Bueno, eso es todo un problema que hay con esto de las relaciones.
Y en cuanto a la síntesis, lo que explica toda esta estructuración, a veces esta síntesis la podemos ver como algo que se presenta globalmente; a veces lo podemos ver como proceso, entonces nos vamos a preocupar de la génesis de todo este organismo: este organismo nace de dos células y luego se convierte en un cierto aparato; y luego se va transformando en su interior; y luego…, etc., etc.; hasta que aparece el organismo en cuestión que estamos viendo y a este sujeto le van sucediendo distintas cosas en el tiempo; incluso ese organismo puede reproducirse; este organismo muere y se descompone nuevamente, en substancias minerales básicas, etc. y se establece otro ciclo vital ¿no es cierto?, que los minerales trabajando, los mamíferos de nuevo, y de nuevo… Bien, este es un problema vital, un proceso biológico, es un proceso muy interesante, porque nos va a hacer entender cómo funciona esta cosa. No vamos a tomar el organismo ahí, como si hubiera salido de la estratósfera, vamos a ver su composición, sus relaciones internas, sus relaciones con su medio, y acá no lo vamos a ver que está procesando. Bien, cuando hablamos de proceso, hablamos de todo ese tipo de transcurrir.
Entonces en cualquier estudio que hacemos, siempre andamos con esa historia de fijar el interés, ver los elementos compositivos, las relaciones y los procesos.
Tal Método ¿lo usamos nosotros en la vida cotidiana? De ninguna manera. ¿Cómo vamos a pensar siguiendo un método de pensamiento? Si eso no tiene nada que ver con nuestro pensar cotidiano. Eso tiene que ver con un pensar riguroso, cuando se está haciendo un estudio, pero en la vida diaria, cuando estamos en nuestras cosas, no estamos haciendo un estudio. Si yo estoy con un amigo, pues estoy con un amigo y punto. Qué tengo que estar metiendo ruido con un método. Pero claro, cuando tengo que estudiar un objeto, no puedo tratarlo como si fuera el amigo, mejor tratarlo con cierto ajuste si es que lo quiero entender bien; pero a un amigo no lo estudio, no le aplico el Método a un amigo ¿qué es eso? (risas) Ruido de planos… eso es evidente. Entonces no se entiende la función de la vida, no se puede reducir la vida a un método, hay que entender más bien un método surgiendo de la vida y para la vida, si no, da vuelta todo y se producen esas monstruosidades racionalistas, de las que afortunadamente estamos ya saliendo.
Bien, así que el Método puede servirnos sobre todo cuando hay algún estudio y hay algún interés preciso. Yo he visto cosas, a veces, un poco risueñas en esto del Método. Se toma un objeto cualquiera y se dice: vamos a estudiarlo del punto de vista del Método (risas). Que su composición… hay unos cartones, claro… que sí, que están relacionados entre sí… y que parece siguieron un proceso porque lo fabricaron… y yo lo compré. Y ya está. De tal manera que si estoy ejercitando el Método, es porque hay alguna cuestión de estudio y por una cosa muy importante, muy a tener en cuenta: el Método no opera en vacío, el Método opera estudiando sus elementos compositivos, sus relaciones y su proceso y por lo tanto, el Método opera estructurando datos. El Método no puede operar sin datos. No puedo hacer un estudio compositivo de tal caja, si no tengo la más mínima idea de lo que sea la celulosa; si no tengo la más mínima idea de lo que significan estas pinturas; si no tengo la más mínima idea del proceso productivo de esta fábrica; etc. Quiero decir simplemente, que el Método no puede operar en vacío, sino con datos; el Método no puede entregar datos; el Método puede ordenar datos y puede servirnos para buscar datos que falten en un estudio dado. Así que nos sirve, por un lado, para estructurar la masa de información y por otro lado para saber las deficiencias de la masa de información y orientarnos a llenar esas lagunas. Pero, con vacío no podemos estudiar composición, ni relación, ni proceso. Y a veces suceden esas cosas extrañas en el ejercicio del Método.
Bien, si redujéramos todo lo que hemos dicho, qué podríamos decir ahora..,, ¡no mucho! (risas). Podríamos decir que ahí con el pensamiento hay una historia y que esta historia vaporosa del pensamiento, tiene que ver con estas cuestiones de Lógica; que eso no es muy práctico en la vida diaria; pero que estas ideas a veces se organizan y entonces sirven para hacer cosas o para entender cosas. Entonces, esa organización de las ideas configuran un cierto tipo de lógica y esa lógica trabaja con algunos principios, algunas leyes y un cierto tipo de método, que es la mecánica a la que se adecua el pensar, para llevar una secuencia razonable, coherente. Así que ¿qué estamos diciendo? estamos hablando de que el pensar puede ser más o menos ordenado; y si es más o menos ordenado debería tener en cuenta algunos principios muy generales que operan en todas las cosas, algunas leyes muy amplias que también operan en distintos campos y un método de pensamiento que nos permita también operar en distintos campos. Entonces sí es completo y es interesante. Esos principios, esas leyes y ese método, deben servirnos para ser aplicados en distintos campos, aunque en cada campo tengamos que hacer las traducciones que corresponden a ese lenguaje. No vamos a usar un lenguaje histórico en Biología. Pero con seguridad, que tanto en la historia como en la biología, tendrán que operar los mismos principios, las mismas leyes y tendrá que trabajar el mismo tipo de método. Entonces, cosas que nos parecen tan separadas entre sí, empiezan a configurarse ordenadamente. Entonces, el mundo empieza a encajar, entonces la imagen del mundo se hace más compacta… (fin de cinta).