El psiquismo – Breve introducción

Vamos a rescatar, de varios materiales, descripciones que pueden servirnos para entender mejor el psiquismo de acuerdo con el interés de este retiro.

 

 

Apuntes de Psicología I

El psiquismo como función de la vida

La tendencia hacia el ambiente en la búsqueda de fuentes de abastecimiento, hacia la huida o encubrimiento frente al peligro, dan dirección y movilidad a los seres vivos. Estas tendencias particulares en cada especie forman un equipo de tropismos. El tropismo más sencillo consiste en dar respuesta frente al estímulo. Esta mínima operación de responder a un elemento ajeno al organismo que provoca un desequilibrio en la estructura, para compensar y restablecer la estabilidad, va a manifestarse luego de manera diversa y compleja. Todas las operaciones van a dejar «huellas» que para las nuevas respuestas serán vías de preferencia (en un tiempo 2 se opera sobre la base de las condiciones obtenidas en un tiempo 1). Esta posibilidad de grabación es de suma importancia para la permanencia de la estructura en un medio externo cambiante y un medio interno variable.

Tendiendo el organismo hacia el medio ambiente para adaptarse a éste y sobrevivir, deberá hacerlo venciendo resistencias. En el medio hay posibilidades pero también hay inconvenientes, y para sobrepasar dificultades y vencer resistencias hay que invertir energía, hay que hacer un trabajo que demanda energía. Esta energía disponible estará ocupada en ese trabajo de vencer resistencias ambientales. Hasta tanto no se superen esas dificultades y se termine el trabajo, no habrá nuevamente energía disponible. Las grabaciones de huellas (memoria) permitirán responder sobre la base de experiencias anteriores, lo que dejará energía libre disponible para nuevos pasos evolutivos. Sin disponibilidad energética no es posible hacer trabajos más complejos de adaptación creciente. Por otra parte, las condiciones ambientales se presentan al organismo en desarrollo como alternativas de elección y son también las huellas las que permiten decidir ante las diferentes alternativas de adaptación. Además, esta adaptación se efectúa buscando la menor resistencia frente a distintas alternativas y con el menor esfuerzo. Este menor esfuerzo implica menos gasto de energía. Así es que concomitantemente a vencer resistencias se trata de hacerlo con el mínimo de energía posible, para que la energía libre disponible se pueda invertir en nuevos pasos de evolución. En todo momento evolutivo hay transformación, tanto del medio como del ser vivo. He aquí una paradoja interesante: la estructura para conservar su unidad, debe transformar al medio y transformarse también a sí misma.

Sería erróneo pensar que las estructuras vivas cambian y transforman sólo al medio ambiente, ya que este medio se complica crecientemente y no es posible adaptarse manteniendo la individualidad tal como ha sido creada en su comienzo. Este es el caso del hombre, cuyo medio, con el paso del tiempo, deja de ser sólo natural para ser además social y técnico. Las complejas relaciones entre los grupos sociales y la experiencia social e histórica acumulada, ponen un ambiente y una situación en la que va a ser necesaria la transformación interna del hombre. Tras este rodeo en el que la vida aparece organizándose con funciones, tropismos y memoria para compensar un medio variable, y así adaptarse crecientemente, vemos que es necesaria también una coordinación (por mínima que fuere) entre estos factores, y para la orientación oportuna hacia las condiciones favorables de desarrollo. Al aparecer esta mínima coordinación, surge el psiquismo como función de la vida en adaptación creciente, en evolución.

La función del psiquismo consiste en coordinar todas las operaciones de compensación de la inestabilidad del ser vivo con su medio. Sin coordinación, los organismos responderían parcialmente sin completar las distintas partes compositivas, sin mantener las relaciones necesarias y, por último, sin conservar la estructura en el proceso dinámico de adaptación.

 

Autoliberación

Operativa. Catarsis. Lección 3.

Esquema de la conciencia.

El esquema I muestra un sistema simple, en donde los estímulos llegan a la conciencia y ésta actúa dando respuesta.

 

El esquema II ya considera que los estímulos pueden ser externos al cuerpo y también internos. Los estímulos son recibidos por los sentidos como sensaciones y llevados a la conciencia como percepciones (es decir, como sensaciones estructuradas). Conciencia actúa y lo hace con imágenes que llevan energía a los centros, produciéndose las respuestas externas o internas según sean los casos.

 

El esquema III es más completo. En él ya se ha distinguido entre dos sistemas de sentidos: los externos (vista, oído, olfato, gusto y tacto) y los internos (cenestesia: dolor, temperatura, tensión muscular, etc. y kinestesia: posición y movimientos del cuerpo).

 

Los estímulos provenientes de los medios externos e internos llegan a la conciencia como percepciones, grabándose simultáneamente en memoria. A su vez, memoria lleva estímulos a conciencia (recuerdos). Conciencia suministra imágenes que actúan sobre los centros, dando éstos respuestas externas (motrices) o internas (vegetativas).

Cada respuesta que da un centro es detectada por sentidos internos y conciencia. Gracias a ello tiene noción de las operaciones que se efectúan (realimentación de la respuesta), quedando, además, grabadas en memoria. Esto último es la base del aprendizaje que se perfecciona a medida que se repiten operaciones.

Si por alguna circunstancia se bloquean impulsos que deberían llegar de los sentidos, o de la respuesta de los centros, o de memoria, en conciencia se producen perturbaciones. También ocurren éstas si los impulsos que llegan a conciencia son excesivos.

Todos los impulsos que recorren el circuito pueden trabajar a intensidad variable: a veces normal (entre umbrales); a veces con energía muy débil (bajo umbral); a veces excesiva (sobre el umbral de tolerancia); a veces nula (bloqueo). Cuando los impulsos provenientes de conciencia llegan a un centro y en éste se bloquea la respuesta sobrecargándose de energía, las cargas se desplazan a otros centros, produciéndose respuestas equivocadas (p. ej.: respuestas motrices que quedan inhibidas, sobrecargan al centro vegetativo que da respuestas internas inadecuadas, creando disfunciones orgánicas o somatizaciones. Otro tanto puede ocurrir si se bloquean determinadas respuestas emotivas que deberían terminar expresándose motrizmente). La función con que cumple la catarsis es la de posibilitar desbloqueos y, con ello, disminuir las sobrecargas que ponen en peligro al circuito.

Cuando se trabajó en gimnasia psicofísica pudo comprobarse que, en ocasiones, un centro actúa en sustitución de otro, así como una parte en reemplazo de la adecuada. Allí también se constató que la ejercitación de los centros en distintas personas era desigual. Mediante los ejercicios conocidos, se trató de poner en actividad centros y partes con dificultades en su funcionamiento.

La gimnasia psicofísica sirvió para la detección de problemas de respuesta y para el reencauzamiento de la energía, hacia los puntos de descarga adecuados. En este último caso, la función catártica de tales trabajos resultó evidente.

Ahora debemos preguntarnos: ¿qué pasa cuando los impulsos se bloquean antes de llegar a los centros? Está claro que en tales casos debemos actuar a nivel de sentidos internos (caso de anestesias intracorporales o pérdida de la noción de zonas del cuerpo); o a nivel de formación de imágenes (caso de ausencia, sustitución o mal emplazamiento en el espacio de representación de la conciencia). Todos esos casos serán tratados en las lecciones correspondientes a transferencia.

Se ha trabajado también en relajación, procurando disminuir cargas que, convertidas en sensaciones internas, dan lugar a nuevos impulsos perjudiciales al buen funcionamiento del circuito. Pero está claro que ciertas fuentes de tensión están alejadas de los puntos en donde éstas actúan. Así, un contenido de memoria puede manifestarse como imagen obsesiva que eleva la tensión emotiva y motriz. En tal caso, la relajación actúa disminuyendo las cargas en ciertos puntos corporales y, además, desplazando la atención desde las imágenes perturbadoras hacia imágenes controlables. De todas maneras, las cargas desplazadas exigen una apertura catártica.

 

 

Apuntes de Psicología III

 

1. Catarsis, transferencias y autotransferencias. La acción en el mundo como forma transferencial.

Debemos considerar dos circuitos de impulsos que terminan por dar registro interno. Un circuito corresponde a la percepción, representación, nueva toma de la representación y sensación interna. Y otro circuito nos muestra que de toda acción que lanzo hacia el mundo, tengo también sensación interna. Esa toma de realimentación es la que nos permite aprender haciendo cosas. Si no hubiera en mí una toma de realimentación de los movimientos que estoy haciendo, jamás podría perfeccionarlos. Yo aprendo a escribir en mi teclado por repetición. Es decir, voy grabando actos entre acierto y error. Pero puedo grabar actos únicamente si los realizo.

Desde mi hacer, tengo registro. Hay un prejuicio grande, que a veces ha invadido el campo de la pedagogía, y es el prejuicio según el cual las cosas se aprenden simplemente por pensarlas. Desde luego, algo se aprende porque también del pensar se tiene recepción del dato. Sin embargo, la mecánica de los centros nos dice que éstos se movilizan cuando hacia ellos llegan imágenes, y la movilización de los centros es una sobrecarga que dispara su actividad al mundo. De este disparo de actividad hay una toma de realimentación que va a memoria y va a conciencia por otro lado. Esta toma de realimentación es la que nos permite decir, por ejemplo: “me equivoqué de tecla”. Así voy registrando la sensación del acierto y del error, así voy perfeccionando el registro del acierto, y ahí se va fluidificando y automatizando la correcta acción del escribir a máquina, por ejemplo. Estamos hablando de un segundo circuito que me entrega el registro de la acción que produzco.

En otra ocasión vimos las diferencias existentes entre los actos llamados “catárticos” y los actos “transferenciales”. Los primeros se referían, básicamente, a las descargas de tensiones. Los segundos permitían trasladar cargas internas, integrar contenidos y ampliar las posibilidades de desarrollo de la energía psíquica. Es bien sabido que allí donde hay “islas” de contenidos mentales, de contenidos que no se comunican entre sí, ocurren dificultades para la conciencia. Si, por ej., se piensa en una dirección, se siente en otra y finalmente se actúa en otra diferente, ocurre un registro de “desencaje”, un registro que no es pleno. Parece que únicamente cuando tendemos puentes entre los contenidos internos el funcionamiento psíquico se integra y podemos avanzar unos pasos más.

Conocemos los trabajos transferenciales entre las técnicas de Operativa. Movilizando determinadas imágenes y haciendo recorridos con dichas imágenes hasta los puntos de resistencia, podemos vencer a estas últimas. Al vencer esas resistencias provocamos distensiones y transferimos las cargas a nuevos contenidos. Esas cargas transferidas (trabajadas en elaboraciones post-transferenciales), permiten a un sujeto integrar algunas regiones de su paisaje interno, de su mundo interno. Conocemos esas técnicas transferenciales y otras como las autotransferenciales, en las que no se requiere la acción de un guía externo, sino que internamente uno mismo se puede ir guiando con determinadas imágenes anteriormente codificadas.

Sabemos que la acción, y no sólo el trabajo de las imágenes que hemos venido mencionando, puede operar fenómenos transferenciales y fenómenos autotransferenciales. No será lo mismo un tipo de acción que otra. Habrá acciones que permitan integrar contenidos internos y habrá acciones tremendamente desintegradoras. Determinadas acciones producen tal carga de pesar, tal arrepentimiento y división interna, tal profundo desasosiego, que jamás se quisiera volver a repetirlas. Y no obstante ya han quedado, tales acciones, fuertemente adheridas al pasado. Aunque no se volviera en el futuro a repetir tal acción, aquella seguiría presionando desde el pasado sin resolverse, sin permitir que la conciencia traslade, transfiera, integre sus contenidos y permita al sujeto esa sensación de crecimiento interno tan estimulante y liberadora. Está claro que no es indiferente la acción que se realiza en el mundo. Hay acciones de las que se tiene registro de unidad y acciones que dan registro de desintegración. Si se estudia esto de la acción en el mundo, a la luz de lo que sabemos sobre los procedimientos catárticos y transferenciales, quedará mucho más claro el tema de la integración y desarrollo de los contenidos de conciencia. Ya volveremos sobre esto, luego de dar un vistazo al esquema general de nuestra Psicología