– Primero: División motriz.
Esta práctica comprende varios ejercicios de complejidad creciente. El primero tiene estas fases: tomando asiento frente a una mesa con los puños cerrados e índices extendidos (éstos se apoyan en la mesa). 2º El índice izquierdo sube y baja verticalmente golpeando la mesa. 3º El índice derecho se desplaza sobre la mesa de izquierda a derecha y a la inversa. 4º Ambos movimientos se desincronizan. Posteriormente los movimientos se aceleran y se complican con dobles o triples golpeteos, etc.
– Segundo: sentado y con las manos en las rodillas, tiene ésta tres fases: 1º La mano izquierda va a la nariz. Simultáneamente, la mano derecha va a la oreja izquierda. 2º Las manos vuelven sobre las rodillas. 3º La mano derecha va a la nariz. Simultáneamente la mano izquierda va a la oreja derecha, etc.
– Tercero: Como el primer ejercicio, pero agregando movimientos de cabeza a izquierda y derecha.
– Cuarto: Sobre un pie. La pierna que queda sin apoyo describe movimientos circulares mientras ambos brazos se alzan lentamente a nivel horizontal con los hombros y luego caen. Posteriormente se alzan a la misma altura pero hacia adelante. Se alterna la pierna, etc.
– Quinto: Mientras se efectúa el cuarto, se le agregan movimientos circulares de cabeza tratando de mantener el equilibrio.
– Sexto: Igual al anterior, pero cerrando los párpados.
Estas prácticas de control de movimientos exigen concentración y equilibrio que se pueden perfeccionar al ir agregando complicaciones.
La ejecución de éstos ejercicios da idea aproximada del control general que cada uno tiene sobre su propio cuerpo y permite por repetición, ir corrigiendo deficiencias.