En los ensueños filiados previamente se observa un punto fijo, un «clima» interno que permanece durante años y tiñe todos los actos de la propia vida, rigiéndolos de un modo velado.

Es importante saber que al núcleo no lo veo, sino que lo deduzco del trabajo anterior, y luego trato de representarlo, de darle forma. Ejemplos son: el permanente sentimiento de culpa (injustificado); el sentimiento trágico del futuro; el viaje al lugar ideal; la pareja arquetípica de características no definidas, etc.

Los ideales de un individuo, su finalidad en la vida, sus aspiraciones, su escala de valores, responden a su núcleo.

Una vez determinado el núcleo de ensueño, trato de comprender cómo ha surgido en mí y cómo ha determinado mis acciones desde que comenzó a actuar. Debo advertir que funciona siempre compensando las deficiencias básicas de mi personalidad.

El mayor problema consiste en desplazar al núcleo de ensueño si por su acción me determina en una dirección opuesta al Trabajo y al desarrollo de la conciencia. Opuestamente, reforzarlo o clarificarlo si me conduce en la dirección del Trabajo.

Las técnicas de desplazamiento o refuerzo escapan a la brevedad de éste escrito, pero más adelante se verán algunas prácticas que lateralmente pueden influir sobre el núcleo de ensueño.