¿Cómo avanzar en dirección coherente? En primer término, necesitaremos una cierta proporción en lo que hacemos cotidianamente. Es necesario establecer cuáles son las cuestiones más importantes en nuestra actividad. Debemos priorizar lo fundamental para que las cosas funcionen, luego lo secundario, y así siguiendo. Posiblemente con atender a dos o tres prioridades tengamos un buen cuadro de situación. Las prioridades no pueden invertirse, no pueden tampoco separarse tanto que se desequilibre nuestra situación. Las cosas deben ir en conjunto, no aisladamente, evitando que unas se adelanten y otras se atrasen. Frecuentemente nos cegamos por la importancia de una actividad y, de esta suerte, se nos desbalancea el conjunto… al final lo que considerábamos tan importante tampoco puede realizarse porque nuestra situación general ha quedado afectada. También es cierto que a veces se presentan asuntos de urgencia a los que debemos abocarnos, pero es claro que no se puede vivir postergando otros que hacen al cuidado de la situación general en que vivimos. Establecer prioridades y llevar la actividad en proporción adecuada es un avance evidente en dirección a la coherencia.