Como ha sucedido hasta hoy, cuando sea necesario se reemplazará el esquema vigente por otro que “corrija” los defectos del modelo anterior. De ese modo y, paso a paso, continuará concentrándose la riqueza en manos de una minoría cada vez más poderosa. Es claro que la evolución no se detendrá, ni tampoco las legítimas aspiraciones de los pueblos. Así es que en poco tiempo serán barridas las últimas ingenuidades que aseguran el fin de las ideologías, las confrontaciones, las guerras, las crisis económicas y los desbordes sociales. Desde luego que tanto las soluciones como los conflictos se mundializarán porque ya no quedarán puntos desconectados entre sí. También hay algo seguro: ni los esquemas de dominación actuales podrán sostenerse, ni tampoco las fórmulas de lucha que han tenido vigencia hasta el día de hoy.