Un primer salto cualitativo notable se expresa cuando comienza entre los homínidas la codificación de signos (sonidos y gestos). A partir del Homo Sapiens (luego de la última glaciación) los signos codificados se fijan con más permanencia (siqnos y símbolos grabados). Estos signos mejoran la comunicación que relaciona a los individuos entre si, y relata cuestiones de importancia para ellos referidas al ámbito en que viven. La memoria se amplía y no es ya sólo transmisión genética y memoria individual, sino que gracias a la codificación de señales, los datos pueden almacenarse y transmitirse sígnicamente, creciendo la información y la experiencia social.
En el Homo Sapiens se da un segundo salto cualitativo de importancia: los datos de memoria se independizan del aparato genético y del individuo, apareciendo la memoria dispersa, que va prosperando desde los primeros signos en muros y tablillas de arcilla hasta alfabetos que posibilitan textos, bibliotecas, centros de enseñanza, etc. El aspecto más relevante que ha operado ahí, es que el siquismo sale de sí, se plasma en el mundo.
La locomoción va parejamente ampliándose, gracias a la inventiva que crea aparatos naturalmente inexistentes por una parte, y domestica vegetales y animales por otra, permitiendo el traslado por estepas, montañas y bosques. Desde las poblaciones nómadas hasta la locomoción y la comunicación que en nuestros días alcanzan un notable desarrollo.
La nutrición se perfecciona desde la primitiva recolección, caza y pesca hasta la domesticación del vegetal de los primeros agricultores; sigue desarrollándose con la domesticación de animales y con progresivos sistemas de almacenamiento, conservación y síntesis de nuevos alimentos, y su consecuente distribución.
La reproducción va organizando los primeros grupos sociales de horda, tribu y familia, que con la instalación en lugares fijos va dando lugar a poblaciones rudimentarias, que más tarde adquieren compleja forma de organización social con la participación concomitante de las distintas generaciones, en un mismo momento histórico y geográfico.
El siquismo se va haciendo complejo; al par que refleja sus anteriores etapas. Especializa también aparatos de respuestas como son los centros, que de una original función vegetativa ha ido desarrollándose hasta un intelecto, sin que esto suponga un tope, ya que nuevos centros pueden aparecer en el siquismo, el cual da ocasionalmente muestra de ello.
Mientras, según el grado de trabajo interno y externo, la conciencia ha ganado niveles desde el sueño profundo al semisueño y ulteriormente a la vigilia que aún es frecuentada por ensueños.
(1) Ver: «Origen de la vida«, en «Siloismo» de H. Van Doren, Ed. Transmutación