(1) Ver “centros” en Siloísmo de H. van Doren, Ed.’ Trasmutación

El centro vegetativo sexual es la base orgánica del siquismo, en el que se encuentran los instintos de conservación individual y de la especie.

También da información de registros cenestésicos del sueño, del reflejo de hambre y del reflejo del sexo (que en general son involuntarios). El registro cenestésico aumenta en caso de enfermedad y en caso de falta de sentidos externos.

Este centro es el productor energético de todo el organismo, en base al plan propio del cuerpo, trabajando con afinidad y descarte de substancias, que son metabolizadas para su asimilación.

El centro sexual es el recolector y distribuidor energético principal, Operando por concentración y difusión alternada, como aptitud para movilizar la energía, en forma localizada y difundida. Su trabajo es voluntario e involuntario.

La tensión en este centro tiene registro cenestésico, como así también la distribución de energía al resto de los centros. La disminución de la tensión, se produce por descargas propias de este centro y por descargas a través de los demás centros. También puede colectar tensiones del cuerpo y de los otros centros.

La estructura vegetativo-sexual es la base filogenética a partir de la cual se han ido organizando los demás centros en proceso evolutivo de adaptación, generando así los niveles de conciencia. El centro vegetativo sigue operando a la base, al ir ascendiendo la energía por los centros y al activar los niveles vigílicos.

El centro motriz actúa como regulador de los reflejos externos, condicionados e incondicionados, y de los hábitos de movimiento. Permite el desplazamiento del cuerpo en el espacio. Trabaja con tensión y relajación; muchas tensiones son de origen motriz y se dan dirigidas a objetos.

El centro emotivo es el regulador y sintetizador de respuestas situacionales, mediante un trabajo de adhesión o rechazo. Cuando el centro emotivo da respuestas desbordantes, se producen alteraciones en la sincronización de los otros centros por bloqueos parciales. Este caso de respuesta puede dar lugar a la «conciencia emocionada», base de una conducta que se estudia más adelante.

El centro intelectual responde en base a mecanismos de abstracción, clasificación y asociación. Trabaja por selección o confusión, en una gama que va desde las ideas a las distintas formas de imaginación, dirigida o divagatoria, pudiendo elaborar distintas formas simbólicas, sígnicas y alegóricas. Cuando las respuestas incorrectas de este centro se desbordan de su ámbito producen confusión en el resto de la estructura, y por ello en el comportamiento.

Existen diferencias de velocidad en el dictado de respuestas al medio. Tal velocidad es proporcional a la complejidad del centro: mientras el intelecto elabora una respuesta lenta, la emoción y la motricidad lo hacen con mas velocidad, siendo la velocidad interna del funcionamiento vegetativo considerablemente mayor.

El funcionamiento de los centros es estructural, lo que se registra por las concomitancias en los otros centros cuanto uno está actuando como primario. Por ej., al trabajo intelectual lo acompaña un tono emotivo («gusto por el estudio»), que ayuda a mantenerse en el trabajo, mientras que la motricidad se reduce al mínimo. Si, en cambio, se trata de la recomposición vegetativa (por enfermedad, por ej.), toda la energía es ocupada en ese trabajo y la actividad fe los otros centros se reduce al mínimo.

Los centros pueden trabajar con disfunción, lo que ocasionará errores en la respuesta. Las contradicciones entre los centros surgen cuando las respuestas no se organizan estructuradamente, y los centros disparan actividad en direcciones opuestas entre sí, Puede usarse la fórmula: «En contradicción, se piensa, se siente y se actúa en direcciones opuestas».