Hay que distinguir entre los errores propios de la conciencia y los errores de relación entre conciencia, sentidos y memoria, a los que denominamos genéricamente disfunciones.
La alucinación es el error típico del coordinador. Se produce cuando en la conciencia aparecen representaciones que, no obstante no haber llegado por vía de los sentidos, son percibidas fuera de la conciencia, y se las experimenta como reales situaciones en el mundo, con todas las características de la percepción sensorial. Se trata de configuraciones que hace la conciencia en base a memoria.
Estas alucinaciones pueden surgir en situaciones de gran agotamiento, por carencia de sustancias o de estímulos, por acción de drogas, en el «delirium tremens» propio del alcoholismo y también en situaciones de peligro de muerte. Son frecuentes en casos de debilidad física y en casos de conciencia emocionada, en los que el coordinador pierde su facultad de desplazarse en el tiempo.
Como disfunciones con los sentidos puede mencionarse la incapacidad de relacionar datos provenientes de distintas vías sensoriales (por ej.: «¿ha olido pasar una pelota de golf?»).
Las disfunciones con la memoria se registran como olvidos y bloqueos.